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Reina victoria

VICTORIA, Reina

  • Reina
  •  
  • 1819 - Londres. Reino Unido
  • 1901 - Isla de Wight. Reino Unido

KOSTOF, Spiro. Historia de la Arquitectura. Edit. Alianza Editorial.Madrid, 1988.


Págs. 995-1051."El arte arquitectónico y el paisaje de la industria, 1800-1850 "


Pág. 1004,  Una cuestión de estilos. 


El revival gótico.


Pero el argumento religioso resultó ser el más importante. Después de la conmoción de la Revolución Francesa, el gobierno inglés decidió fortalecer a la iglesia para controlar las pasiones sediciosas. La población de Londres había crecido desde un millón de habitantes a finales del siglo XVIII, a casi el doble de ese número en veinte años. Ahora era la ciudad más grande de la historia del género humano. En 1818, el Parlamento aprobó el Acta de Construcción de Iglesias que destinaba un millón de libras para nuevas iglesias, y seguidamente fueron construidas 612 de ellas con capacidad para unos 600.000 fieles en los crecientes suburbios de las clases trabajadoras.


La mayoría de ellas tenían un formato clásico: una masa de templo con un campanario elevándose justamente por detrás del frontón de la fachada porticada principal. Pero aproximadamente una de cada seis nuevas iglesias fue realizada en el estilo llamado Gótico de Comisario, que era cualquier cosa menos culto. Esto tenía una singular justificación. Se decía que las iglesias de este tipo resultaban más baratas porque omitían características tan costosas como los pórticos de piedra. Pero en realidad, la economización se conseguía empleando columnas y tracerías de hierro y haciendo las paredes de ladrillo enlucido, es decir, denegando la integridad estructural de la mampostería gótica tradicional.


En los primeros años de la década de 1830 el movimiento gótico, que se había desarrollado con un carácter marcadamente contencioso, reaccionó contra este estado de cosas. Sus partidarios luchaban ahora por dos principios relacionados: que la forma gótica debía ser rigurosamente reproducida, y que debía concebirse para tener relevancia religiosa. La arqueología medieval había hecho grandes progresos desde la aparición de Un intento de discriminar los estilos de la arquitectura inglesa desde la Conquista hasta la Reforma, de Thomas Rickman, en 1817. Dos años más tarde, por ejemplo, William Gunn identificó y definió el románico como el estilo que mediaba entre la antigüedad romana y el pleno gótico. Ahora se disponía de dibujos mensurados de edificios medievales en libros que hicieron por el revival gótico lo que Stuart y Revett habían hecho por el griego.


Un resultado de esta erudición fue que la doctrina medieval comenzó a adquirir tantos subtítulos como la clásica. Había una manera propia de castillos, reservada al principio para mansiones campestres y extendida más tarde, como era predecible, a prisiones. Una versión de está, la llamada manera subbaronial escocesa, encontró el favor de la joven Reina Victoria, de lo que dan testimonio las residencias reales privadas de Osborne y Balmoral. El cottagedecorado tenía su propia forma de subestilo gotico. Las iglesias y las vicarías podían elegir entre varios períodos distintos de la arquitectura inglesa medieval.


Con la fundación del Oxford Movement en 1803, y de la Cambridge Camden Society en 1839, se institucionalizó un interés paralelo en el culto medieval. La invención de la composición tipográfica mecánica en 1841 desarrolló una nueva industria, la publicación de revistas, y los medievalistas supieron sacar partido a este popular medio. El Ecclesiologist, el influyente órgano de los Camdenitas, fue lanzado ese año como una guía del culto anglicano. Dictaba, en un tono fuertemente doctrinario, acerca de temas concernientes al diseño, la construcción y el mobiliario de iglesias. El objetivo era la imitación exacta de los modelos históricos. El siglo XIV era claramente el favorito, y los editores mostraban una afición especial hacia las pequeñas iglesias rurales de la Edad Media en un evidente sentimiento de romanticismo antiurbano. Podían hacerse concesiones a los tiempos modernos en cuestiones técnicas, pero en nada más. El empleo del hierro era reconocido, por ejemplo, e incluso se propuso un diseño para una iglesia de hierro que podía ser prefabricada y enviada a lugares distantes donde también se practicaba el culto anglicano. En la década de 1840 Inglaterra ya estaba prefabricando viviendas de hierro, faros y almacenes destinados para lugares tan lejanos como Australia, Bermudas o California. Pero por toda Inglaterra se construían iglesias no enteramente de hierro, porque los obispos manifestaron claramente que se opondrían a consagrarlas.


Internamente, el presbiterio con su altar en alto era de nuevo el punto focal de la iglesia. De hecho, los escenarios devocionales y rituales de los anglicanos se acercaron mucho a la práctica católica, y ello intencionalmente. La causa de Roma estaba disfrutando una buena etapa desde el Acta de Emancipación Católica. Este fenómeno llegó a estar ligado al revival gótico mediante la activa propaganda de un hombre, el arquitecto llamado Augustus Welby Pugin (1812-1852). Hijo de un francés emigrado y converso al catolicismo, Pugin adquirió una culta maestría en arquitectura medieval cuando era aún muy joven. Era el experto en gótico que asistió a Barry en el edificio del Parlamento, la construcción que había de establecer el revival gótico como una de las opciones contendientes en el siglo XIX.


En 1836, Pugin publicó un libro titulado Contrastes, o un paralelo entre los Edificios Nobles del Siglo Catorce y Quince y los Edificios Similares del Presente; Muestra de la Decadencia del Gusto Presente. Esta era la base de su argumentación. No sólo el gótico tardío era muy superior a cualquier cosa construida en el período moderno, sino que ello era así porque la sociedad del gótico tardío ensombrecía al mundo industrial contemporáneo por su humanidad y su fe. En imágenes apareadas, Pugin mostraba instituciones tardomedievales y sus contrapartidas modernas para apoyar su argumento. La ilustración llamada «Contraste de Residencias para Pobres» ilustraba las casas de pobres modernas como un severo edificio de disposición radial, como una prisión neoclásica, despojada de toda decoración. En viñetas marginales vemos algunas de las características de la vida de un interno: tedioso aburrimiento, castigos, una dieta de gachas, pan y patatas con harina de avena, y su cadáver acarreado fuera para su disección (Fig. 23.23). La «Casa de Pobres Antigua», es un conjunto medieval enclaustrado dominado por su iglesia y situado entre recuadros de huertos y verduras. El día se pasaba en rezos, los vigilantes eran benignos hermanos, las comidas incluían ternera, cordero, cerveza, gachas de leche y queso, y en la muerte uno encontraba el consuelo de un solemne funeral y una tumba. Recuperemos este estilo de arquitectura, argumentaba Pugin, y estaremos más cerca de conseguir «una restauración de los antiguos sentimientos y emociones».


Pugin no se andaba con rodeos en declarar que «la Iglesia Católica Romana es la única verdadera en la cual puede ser restaurado el estilo grandioso y sublime de la arquitectura». Otros podrían tomar las formas sin su específica afiliación religiosa. El Ecclesiologistapoyó el gótico de Pugin, con su énfasis en el reinado de Eduardo I (1272-1307), y lo canonizó para el uso del anglicanismo por todo el mundo angloparlante. Y si es explicable en términos de una tendencia catolicista en la Iglesia de Inglaterra, el estilo fue igualmente adoptado entusiásticamente también por los no anglicanos. Pero fuera de Inglaterra y Estados Unidos, el revival gótico sólo hizo incursiones menores. En Alemania se preferían las formas del románico nativo, emergiendo en los modelos del Rundbogenstil. Las pocas iglesias neo-góticas de Francia se apoyaban en parangones anteriores, del siglo XIII, mientras que el funcionalismo constructivo del estilo fue difundido, sin ninguna nota religiosa, por los compañeros de Viollet-le-Duc, un librepensador.


¿Cómo podemos resumir la contribución del revival gótico a la historia de la arquitectura moderna? En primer lugar, debemos insistir en su efecto debilitador de la hegemonía de la escuela clásica, particularmente en el mundo anglo-americano. Las plantas libres, las masas asimétricas, las siluetas variadas, así como la explotación del color y la textura en su empleo de las piedras locales, eran todas ellas características patentemente anticlásicas. En segundo lugar, su perspectiva nacionalista condujo al descubrimiento de una serie de lenguajes del período medieval y de interés en el momento —los chalets alpinos, el gótico veneciano y en Inglaterra la obra normanda, Tudor e Isabelina— que volvieron a llenar la reserva formal de la arquitectura occidental. Y finalmente, la insistencia de Pugin, el Ecclesiologist, el taller de la Catedral de Colonia y los restauradores de los monumentos medievales en cada uno de los detalles exactos mantuvo vivo un cierto sentido de artesanía en un tiempo en que la producción en masa estaba empezando a alterar viejos hábitos de la industria de la construcción.

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