Imprimir
Profile Photo Peter Collins ARQ

COLLINS, Peter

  • Arquitecto e Historiador de la Arquitectura
  •  
  • 1920 - Leeds. Inglaterra. Reino Unido
  • 1981 - Westmount. Quebec. Canadá

Peter Collins nace en Leeds (Gran Bretaña) y se titula como arquitecto en 1948. Trabajó como ayudante de Perret en el proyecto de reconstrucción de Le Havre, de cuyo contacto surge su primer estudio de investigación Concrete: The vision of a new architectureColaborador asiduo de la revista Architectural Review, ha sido profesor en varias escuelas de Arquitectura de Gran Bretaña y Canadá. Su obra más conocida es el libro, Los ideales de la Arquitectura Moderna y su evolución (1750-1950), en el que remonta los orígenes de la Arquitectura Moderna a la gran crisis del pensamiento arquitectónico europeo que se produjo alrededor de 1750.


---


BENEVOLO, L., Historia de la arquitectura moderna. Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.


Págs. 942-1023.”El cambio de los años sesenta” 


5.-La búsqueda de nuevas direcciones.


Entre los países y los arquitectos mencionados hasta ahora se constituye, en este período, una amplia red de relaciones culturales y profesionales y, gracias al éxito alcanzado, los mejores estudios amplían su actividad al campo internacional. Los edificios representativos que exigen un exceso de caracterización formal a menudo son objeto de concursos internacionales, ofreciendo así a los arquitectos de países pequeños las ocasiones para sobresalir. Es el caso del danés Utzon, quien gana, en 1955, el concurso para la Ópera de Sydney, y del finlandés Revell, quien gana, en 1958, el concurso para el Ayuntamiento de Toronto. Ambos edificios fueron realizados en los años sesenta y se hicieron famosos como invenciones arquitectónicas irrepetibles, pero populares y conocidas.


Para los críticos de arquitectura, estas experiencias contrastantes son difíciles de ordenar e incluso de comprender. Reyner Banham agrupa las últimas obras de Le Corbusier, las del Team X y del Atelier 5, los primeros trabajos de Ungers y de Stirling, parte de los edificios públicos ingleses e incluso algunos edificios de Rudolph y de Maekawa bajo la denominación de Nuevo Brutalismo (es el título de un libro de 1966, que expresa sobre todo la reacción por la precaria y difícil realización física, común a los arquitectos creativos de este período).


Sólo más tarde se intentará una teorización conjunta de este ciclo de experiencias, de la que hablaremos en el capítulo siguiente. A mitad de los años sesenta aparecen, sin embargo, dos libros importantes que atestiguan la conciencia teórica de este periodo: Complejidad y contradicción en arquitectura (Complexity and Contradiction in Architecture) de Robert Venturi (1966) у Los ideales de la arquitectura moderna. Su evolución: 1750-1950 (Changing Ideals of Modern Architecture) de Peter Collins (1965).


El primero es un libro de batalla, que sitúa las experiencias proyectuales del arquitecto y sostiene la necesidad de dejar que convivan las contradicciones, características de la arquitectura de nuestro tiempo:


Me gusta declarar de forma polémica la complejidad y la contradicción en arquitectura. Pero me desagrada la incoherencia y la arbitrariedad de la arquitectura incompetente y las com- plicaciones rebuscadas del pintoresquismo o el expresionismo. En su lugar, hablo de una arquitectura compleja y contradictoria basada en la riqueza y ambigüedad de la experiencia moderna, incluyendo la experiencia que es intrínseca al arte.


La referencia a la ambigüedad proviene de un afortunado libro de W. Empson, Seven Types of Ambiguity; en arquitectura, esta tendencia desplaza la atención de los elementos que pueden ser heterogéneos, de cualquier origen a los contextos y a las relaciones, que inciden en las actitudes humanas, y por este camino se relacionan con las búsquedas sobre el ambiente urbano, realizadas en aquellos mismos años por C. Alexander y L. Halprin, de los que ya hemos hablado.


El segundo es un ensayo histórico que vuelve a examinar las raíces de la tradición moderna, entre la mitad del siglo XVIII y finales del XIX el romanticismo, los revivals de los estilos históricos, el funcionalismo, el racionalismo, la influencia de las otras artes, abandonando la perspectiva de una convergencia final, y subrayando en cambio los caracteres divergentes e irreducibles. Collins no llega a analizar los acontecimientos de la posguerra, pero su análisis histórico pone en duda la jerarquía de los valores aceptados.


La más ortodoxa historiografía específicamente dedicada a la arquitectura moderna no debe dejar de considerar los ideales del siglo XIX, ya pasados de moda, permitiendo al lector decidir por sí mismo qué ideas son todavía válidas y qué aspectos de las teorías del siglo XIX han sido injustamente olvidados o condenados. Se intenta de este modo abrir paso a una auténtica filosofía arquitectónica en el espíritu del verdadero eclecticismo.


Para volver a introducir en el debate de los años sesenta la palabra «eclecticismo» con una nueva connotación positiva, Collins utiliza una cita de Diderot. Pero precisamente a causa de este cambio, capta mejor que nadie el sentido global de las experiencias en curso: ninguna nueva propuesta tiene ya el carácter exclusivo sostenido por los maestros de la fase precedente: cada tendencia suscita su opuesto, y todas conviven precariamente, en espera de una clarificación imposible.


Entre los ensayos que se escribieron durante este período encontramos también dos libros italianos, editados en el mismo año, 1966, que anticipan los desarrollos más importantes de la búsqueda sucesiva: La arquitectura de la ciudad (L'architettura della città) de Aldo Rossi la primera enunciación rigurosa del reflujo académico propio de los años setenta- y El territorio de la arquitectura (Il territorio dell'architettura) de Vittorio Gregotti, que anticipa uno de los temas utilizados en los años ochenta para salir del academicismo, es decir, la atención, sin prejuicios, al contexto. La importancia de estos temas no es por ahora perceptible, pero será reconocida en los decenios siguientes.


 


 ---


 


 


 

Subir