El castillo de Himeji, ordenado a construirse en 1346 por Akamatsu Sadanori, es una de las obras más antiguas del Japón medieval. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993, es una de los tesoros más importantes del país. Las razones de dicha distinción, están basadas en: La disposición y tamaño de esta edificación de madera, que junto al mortero blanco de las paredes del castillo ofrece una singular belleza. Y en la conservación a través del tiempo de este sistema de construcción medieval, lo que le ha convertido en un símbolo, siendo un ejemplo de este tipo de edificios, que ilustra una etapa significativa de la historia del Japón, previa a la entrada del periodo Meiji
Asentado sobre los montes Himeyama y Sagiyama, rodeado de murallas y ubicado sobre ellas, tuvo diferentes usos a lo largo de su historia en relación a los distintos clanes que lo ocuparon. (castillo, sede de gobierno feudal, cuartel de ejército…).
El castillo dispone de una torre principal (1601) y abarca veintitrés hectáreas, desglosada en: Torre mayor con cinco secciones de 6 pisos y una base, torre menor y sus ocho watari yagura (pórticos amurallados construidos en forma de atalayas). El castillo, en su totalidad abarcaba 233 hectáreas y dispone de setenta y cuatro torres, (yagura), veinticuatro watari yagura, treinta y dos murallas y quince puertas. Es el prototipo de castillo japonés, con características propias de este tipo de arquitectura defensiva. Paredes cubiertas de cal, situadas sobre altas fundaciones de piedra con emplazamientos de armas, son elementos estándar de este tipo arquitectónico.
Los techos en madera, tienen gabletes con tejados a cuatro aguas. Hay dos tipos de gabletes, estilo chino Tang, gabletes ondulados con forma de arco, y chidorihafu, triangulares de forma curva cóncava permitiendo que la estructura sea también una torre vigía. Los techos de cada piso equilibran y distribuyen el peso de la torre. Los muros cubiertos por un mortero blanco resistente al fuego le dan una bella apariencia a la estructura. Los pilares de madera de noventa y cinco centímetros de diámetro y veintiséis con cuatro metros de altura se alzan hasta el sexto piso. Las ventanas, que en realidad son celosías con el fin de proteger, son ventanas salientes hechas para lanzar flechas
Para acceder a la torre principal antes hay que pasar por un confuso laberinto con el objetivo de confundir a los invasores. Las puertas que disminuían de tamaño según se avanzada hasta la torre principal, estaban construidas de madera las más grandes con un piso inferior de paredes de madera agujereado, a través de los cuales se lanzaban proyectiles. A medida que se avanza por el camino las puertas acaban siendo de hierro.
Adrián DEMIDOV