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La mejor manera de intervenir en el mantenimiento o renovación de los edificios antiguos, es una duda en la que ha permanecido en los arquitectos desde hace siglos. Muchos de ellos han aventurado diversas teorías de restautación (Viollet-le-Duc. John Ruskin…), estando hoy en día dicho debate especialmente presente, tanto en cuento cada vez se tiene que intervenir más sobre el tejido urbano existente.


José Ignacio Linazasoro nació en San Sebastián en 1947, profesor en E.T.S.A. de Madrid, es un maestro en la operación de integración y modernización de lo preexistente, dando a sus obras una sinergia total entre nuevo y viejo. Este aspecto es evidente en la Biblioteca y Aulario que diseña para el barrio de Lavapiés en Madrid. Es un proyecto de gran complejidad en el que viejos y nuevos construcciones interactúan perfectamente. Linazasoro acompaña silenciosamente a las ruinas del antiguo Colegio de la Iglesia, fundado en 1729, con un nuevo edificio, pero no se limita a esto, mezcla los dos en una cosa única, siendo ambos reconocibles. De hecho la intervención del arquitecto mantiene el espacio del ábside de la iglesia que, ahora alberga la sala de lectura de la biblioteca. Desde el exterior el nuevo edificio es muy discreto, contiene cafetería, la cocina, la escalera principal, y la terraza del café se une armoniosamente a las ruinas de la iglesia, manifestándose diferente. El uso de ladrillo, por ejemplo, destaca y realza por el contraste de color, la esencia moderna del nuevo edificio pero sin entrar en contraste con la antigua fachada de la iglesia barroca.


En el interior la luz cenital da un cierto dramatismo al lugar, y exalta la textura de los materiales. El vestíbulo se enfrenta a la doble altura de la sala de lectura, ubicada en la nave central, coronada por un techo abovedado, marcado por una serie de elementos longitudinales de madera oscura. Incluso en el tambor de la cúpula ahora inexistente, se coloca una bóveda en madera abierta en un lado que permite la entrada de luz desde arriba.


Importante es la elección de los materiales por parte del arquitecto, la combinación y uso que hace Linazasoro del ladrillo, el hormigon y la madera. Las fachadas exteriores alineadas a la altura de la iglesia, se realiza con ladrillos rojos, mientras la ventanas de madera marcan las composición de los alzados. El uso sincero de materiales manifiesta la predilección de Linazasoro por Kahn y su lenguaje formal.


Matilde PANASCÍ

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