La obra se posa sobre la historia, respetándola y acompañándola sin dejar de lado su propio tiempo, utiliza un modelo de museo de tipología contemporánea, su recorrido lineal y descendente permite una fácil convivencia con otros recorridos alternativos que facilitan la visión puntual de alguna de las piezas o colecciones. Con una arquitectura austera, ajustada y sobria, el proyecto muestra el respeto por el lugar y el tiempo cronológico en el que se realiza dicha intervención. Su cualidad espacial viene ligada a la precisa construcción de unos espacios de gran dimensión estructural que conceden dignidad a la arquitectura por su solidez y funcionalidad. Las grandes alturas que piden las colecciones expuestas, dotan al edificio de contemporaneidad, comparándola con las grandes infraestructuras de su época, por ello la estructura portante toma gran importancia en la organización espacial del museo que se configura a partir de una serie de pórticos de corte monumental donde la iluminación, las vistas y el espacio borran sus fronteras, queriendo ser una sola cosa pensada a la vez.
Antonio Vacas Salcedo