COLQUHOUN Alan., La arquitectura moderna. Una historia desapasionada. Gustavo Gili.Barcelona. 2005.
Págs. 73-85.“La urna y el original: Adolf Loos, 1900-1930”
Cuando Loos decía “ los muros corresponden a los arquitectos “ no se refería a los arquitectos coetáneos, que habían “dejado reducida la construcción a un arte gráfico” , sino al Baumeister (maestro constructor) que crea el objeto que está haciendo directamente en tres dimensiones. Este retorno a un concepto prerrenacentista vincula a Loos y el arquitecto expresionista Bruno Taut (véase las páginas 90-92) ambos compartían esa idea romántica de que la arquitectura debía ser un lenguaje natural y espontáneo. Su Baumeister tenía cierto parentesco con el héroe epónimo del cuento de E.T.A. Hoffmann. El consejero Krespel, en este cuento, en lugar de usar planos, trazaban los contornos de su casa en el terreno, y cuando los muros alcanzaban determinada altura, ordenaba al constructos por donde cortar los hueco. La analogía con Loos parece especialmente pertinente en el caso de la casa Rufer (1922) , con su planta cuadrada y sus ventanas colocadas aparentemente al azar, pero que obedecían a las reglas secretas del interior [figura 50].
Por fuera, las villas de Loos eran cubos sin ornamentación [figura 50]. Al reducir el exterior a la más cruda expresión de la técnica, Loos estaba haciendo una analogía consciente con el hombre urbano moderno, cuyo atuendo estandarizado oculta su personalidad y le protege de la tensión de la metrópolis moderna. Pero las casas de Loos , una vez que ha atravesado el muro exterior, “este se ve enredado en una complejidad sensual” , repleta de esos residuos culturales de la memoria y la asociación de ideas que han sido desterrados del exterior del edificio. La disminución entre el interior y el exterior repite el concepto formulado por Loos de esa brecha insalvable, propia de la modernidad, entre la tradición y el mundo científico y técnico moderno, entre el vivido ( Ort ) y el calculado ( Raum ), Después de la I Guerra Mundial, las casas de Loos sufrieron ciertos cambios. Entre 1919 y 1923, proyectó una serie de villas-- ninguna de las cuales llegó a construirse-- con alzados y plantas que son de estilo neoclásico , aunque en alguna de ellas, por ejemplo la villa Konstadt de 1919 , coexisten la simetría clásica y los rasgos del Raumplan . Al mismo tiempo, otras casas, como la Rufer , combinaban el clasicismo de las cornisas y la figura cúbica, con la tradición vernácula de las ventanas irregulares. En aquella época no era raro encontrar un neoclasicismo pintoresco en Europa central: se aprecia, por ejemplo, en la obra de Behrens , Karl Moser , y Joze Plecnik.
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FRAMPTON Kenneth., Historia crítica de la Arquitectura Moderna. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.
Pág.92-97.“Adolf Loos y la crisis de la cultura, 1896-1931”
La casa Steiner, construida en Viena en 1910, inició una serie de casas en las que Loos, inició una serie de mansiones en las que Loos pudo dar gradual evolución a su concepción del Raumplan o “plan de volúmenes”, un complejo sistema de organización interna que culminó en las casas de nivel de partido realizadas a finales de su vida: la casa Muller cerca de Praga. En tiempos de la casa Steiner, Loos había alcanzado ya un idioma externo altamente abstracto: su blanco prisma sin adornos que se anticipó al menos en ocho años al llamado “Estilo Internacional”...Empezó a elaborar su concepto de Raumplan en su casa Rufer de Viena (1912), donde, en contraste con sus casas posteriores, las aberturas están dispuestas libremente siguiendo la disposición, también libre, de los volúmenes internos, un contrapunto de elevación que se anticipó a las obras canónicas del De Stijl…
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