La obra del arquitecto Mangado para el Museo de Bellas Artes de Asturias resulta especialmente interesante por los conceptos utilizados de forma voluntaria e involuntaria en la misma. El primero es la doble fachada que tiene la obra, la primera unificada con el lenguaje del contexto, de manera que actúa como un telón arquitectónico, con vacíos que permiten desvelar la segunda fachada del proyecto. La contemporaneidad escondida o parcialmente oculta, trae a debate si el desapego respecto con el contexto es sano o no. La utilización del concepto del patio para generar sutileza en la iluminación natural dentro del museo es de las variables a destacar, ya que es de gran relevancia para el cuidado de las obras. Y para rematar la materialidad del conjunto, es de destacar la utilización de un concreto sobrio y madera de tonos cálidos que no “compitan” con las obras plásticas, siendo una manera elegante de culminar la realización de la obra.
Pablo CARATTO ARAMBURO