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CURTIS William. J., La arquitectura moderna desde 1900. Edit. Phaidon. Hong Kong, 2006.


Pág.589-613.“ El pluralismo de los años 1970”


A mediados de los años 1970, llegó a ser políticamente respetable (especialmente en los organismos de vivienda de Europa occidental) la limitación de las cubiertas a cuatro aguas y las molduras, en la creencia de que era una garantía automática de ‘la imagen humana’ de la vivienda.


El bloque lineal de viviendas para el barrio Gallaratese de Milán (1969-1976), obra de Aldo Rossi, presentó un fuerte contraste tanto respecto a Byker Wall como respecto al resurgir de lo vernáculo.


Las artificiosas complejidades de Byker Wall se reemplazaban por una simplicidad desolada y repetitiva; la forma sinuosa y los acentos pintorescos se sustituían por una linealidad obsesiva; los rincones y las rendijas se reemplazaban por una monótona calle galería que corría de un extremo a otro. La banda de viviendas definía el borde de un enclave próximo a un cruce de autopistas, y en un entorno tan vacuo se necesitaba un gesto audaz. Según parece, el planteamiento del proyecto de Rossi se situaba entre lo que llamaba ‘inventario y memoria’ e implicaba la fusión deliberada de tipos anteriores. En el cementerio de Módena (1972), el mausoleo antiguo se había cruzado con las visiones abstractas de Boullee o Ledoux de finales del siglo XVIII; en el Gallaratese, Rossi pareció juntar la organización de la Unité, la calle-puente, recuerdos melancólicos de las arcadas del norte de Italia (con alguna ayuda de los metafísicos paisajes urbanos de Giorgio de Chirico) y la idea de un viaducto:


[…] existe una relación analógica con determinadas construcciones de ingeniería que se confunden ampliamente con la tipología de corredor y el mismo sentimiento que siempre experimentado por las viejas casas milanesas en las que el corredor es una forma de vida bañada en historias menores, en intimidades domésticas, en relaciones.


 

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