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Según la Revelatio ecclesiae sancti michaelis, el texto más antiguo que describe los orígenes del Mont-Saint-Michel, la primera fundación de la abadía se remonta al año 708. Se considera esta fecha como la de la edificación por parte de Aubert, obispo de Avranches, de un primer santuario dedicado al arcángel Miguel sobre el Mont-Tombe, actual Mont-Saint-Michel.


Hacia el año 1000, la popularidad del Mont-Saint-Michel no deja de aumentar. Con varias construcciones se amplía el santuario original para albergar a los peregrinos, cada vez más numerosos. En esta época se edifica asimismo la iglesia Notre-Dame-Sous-Terre. Tras la creación del ducado de Normandía en 911, la abadía del Mont-Saint-Michel se convierte en un enclave estratégico. En 966, el duque de Normandía Ricardo I instala allí una comunidad de monjes benedictinos que siguen la regla de San Benedicto. Los monjes permanecerán en el Monte durante más de ocho siglos, periodo durante el cual la abadía no deja de evolucionar.


Tras los primeros edificios, de los que subsiste la iglesia de Notre-Dame-Sous-Terre, en el siglo XI se construye en el Monte una abadía románica. Con planta de cruz latina, la iglesia abacial reposa sobre una plataforma de 80 metros de largo. El crucero está apoyado en la punta de la roca, mientras que el coro y los brazos del crucero reposan sobre las criptas y la nave se despliega sobre la antigua iglesia prerrománica.


A lo largo de los siglos la abadía se ha ido transformando debido a los incendios, derrumbes, reconstrucciones, cambios de función o restituciones. Hoy constituye un conjunto tan variado como homogéneo donde coexisten épocas y estilos.


El siglo XIII es un periodo de esplendor intelectual, artístico y económico que favorece el desarrollo de grandes obras en todo Occidente. Desde 1204, la región de Normandía está anexionada al Reino de Francia y recibe la atención y la protección de los reyes de Francia. Es en tal contexto cuando se edifica la Maravilla, en la pendiente norte de la roca. La Maravilla ilustra el espíritu del arte gótico que se difunde entonces por toda Europa occidental. Su ingeniosa arquitectura se estructura en 3 niveles superpuestos que culminan a 35 m de altura, reforzada por dieciséis imponentes contrafuertes.

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