págs.51-53. "Scarpa recibió el encargo de diseñar el local comercial de la empresa Olivetti en la Plaza se San Marcos en Venecia después de haber recibido, en 1956, junto a Ludovico Quaroni, el Premio Olivetti de Arquitectura. Adriano Olivetti fue sin duda una personalidad de extrema importancia para la cultura italiana, uno de sus últimos mecenas. Por eso, no sorprende que haya confiado el encargo a Carlo Scarpa, poco conocido en aquella época en Italia.
Las características del sitio le impusieron una tarea difícil; se trataba de redisear un espacio largo, angosto y relativamente oscuro. Primero gueron necesarios ciertos trabajos preliminares; la estructura debería consolidarse, y la decoración anterior había de ser retirada. Sólo después fue posible realizar una modificación arquitectónica que transformó el espacio por medio de una modulación gradual de la luz desde los grandes escaparates, en la arcada, hasta la ventana posterior que da hacia el canal y cuyo hermoso enrejado de teca y palo santo filtra los reflejos luminosos del agua. De esta manera, el espacio es percibido en su totalidad. Unas galerías con techos bajos forman el nivel superior, al que se asciende por medio de una espléndida escalera de mármol. Estas galerías reciben la luz a través de aberturas en forma de almendra dirigidas, como ojos, hacia la Plaza. El recorrido por el local está lleno de sorpresas, pero está bien difinido. La entrada, dispuesta lateralmente, anuncia ya la asimetría en el interior. El pequeño vestíbulo, está dominado por una escultura, dorada y brillante de Alberto Viani, que se refleja en un estanque poco profundo de mármol negro. Más atrás se ubica la escalera con sus escalones de piedra, suspendidos, que "representa" una descomposición neoplástica de la rampa de la Biblioteca Laurenciana de Miguel Angel y distiende el espacio prismático con su informal cascada de escalones que fluye hacia abajo. Rsta escalera de mármol de Aurisina, conduce al entresuelo, cuyo perfil enlaza y separa al mismo tiempo los diferentes elementos espaciales; hacia la galería está revestido de madera chapeada con teca africana, hacia el piso inferior muestra un estuco veneciano pulido.
Las pilastras representan un elemento frecuente en la arquitectura de Scarpa. Las placas de piedr que terminan claramente bajo el nivel del techo, hacen patente, de esta manera, su mera función de revestimiento y su carácter de montaje. La iluminación artificial general surge de fajas verticales de vidrio satinado, tras las cuales se instalaron lámparas fluorescentes. La iluminación directa proviene de pequeñas lámparas de madera de ébano sobre barras de acero inoxidable.
Los cristales de los escaparates, rítmicamente divididos por la arcada, están fijados a ras de la fachada, sin cornisas, saledizos o remetidos. Un marco de bronce sostiene cada grueso paño de vidrio. Todos los elementos de fijación están emplomados y las esquinas del marco biseladas a 45 grados para suavizar la severidad del rectángulo. Para presentar los productos, Scarpa diseñó elegantes mesas de madera, colgada del techo, que no obstruían la visión del local. También es notable el suelo, copiado con frecuencia; está elevado 31 cm con respecto a la plaza; su motivo, realizado en cristal de murano, es de cuatro colores diferentes y cuatro dimensiones según el color. El motivo sigue líneas exactamente prescritas, pero muestra una irregularidad intencional basado en motivos pictóricos de paul Klee. De esta manera se produce la impresión de una superficie en movimiento, como si el suelo estuviera siempre bajo el agua".