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CAMPBELL James W.P., La biblioteca. Un patrimonio mundial. Edit. Nerea. San Sebastián, 2013.


pág. 269-270."La planta diseñada por Aalto  para Seinäjoki es asimétrica, aunque el edificio consta básicamente de líneas rectas, excepción hecha del espacio central. Este presenta un muro ondulado que forma parte posterior de la principal sala de lectura y dos paredes laterales que se extienden hasta conectar con los extremos de dicho muro. Distinto es el caso de las obras de Hans Scharoun (1895-1972), donde el trazado suele ser extremadamente complejo, incluyendo numerosas y dispares geometrías que parecen escogidas al azar. El alemán se dedicó a la enseñanza y la práctica de la arquitectura durante toda su vida,  aunque tuvo que esperar a los años sesenta del siglo pasado para recibir encargos de envergadura, y falleció antes de completar la mayoría.  Su empleo de la planta libre tuvo una gran influencia, sobre todo en la década de los noventa, cuando los arquitectos inteseados en conceptos como la deconstrucción y la teoría del caos valoraron el carácter marcadamente premonitorio de sus planteamientos arquitectónicos. Scharoun compuso dichas trazas como una serie de elementos - cada uno de ellos completo en sí mismo- que organizó conforme a determinados patrones de movimiento y perspectivas. Su primer gran proyecto fue la Berliner Philarmonie (la sala de conciertos principal iniciada en 1956, se terminó en 1965 y el auitorio secundario se levantó entre los años 1970 y 1984=. Al igual que sucede con el Palacio Finlandia de Helsinki (1967-1971) - una obra posterior de Aalto - los espacios de foyer, vistos sobre el plano, parecen enormemente complejos y de traza libre. Se prescinde aquí por completo del concepto de planificación axial propio del estilo Beaux Arts. En su lugar, los visitantes que entran en el edificio se encuentran de frente con el espacio de guardaropa para, seguidamente ser conducidos por una serie de escaleras ascendentes a sus asientos en el salón de conciertos de la Orquesta Filarmónica de Berlin. Aquí el foyer es un único espacio de grandes dimensiones, aunque organizado con múltiples alturas, donde los niveles superiores se asoman a los inferiores.


En 1967 Scharoun recibió en encargo de diseñar la segunda sede de la Staatbiblioothek  berlinesa, pero el arquitecto falleció en 1972 y el edificio hubo de ser terminado por su discípulo Edgar Wisniewski en 1978. Durante la II Guerra Mundial, la colección de la  Staatbiblioothek se había depositado por motivos de seguridad, en varios emplazamientos, de forma que cuando la ciudad de Berlin fue dividida en 1945, la colección también se excindió en dos mitades, cada una a un lado de la frontera. El viejo edificio de la Biblioteca Estatal se hallaba ahora en el Berlin Oriental, mientras que los fondos conservados en el Berlin Occidental, carecían de una sede propia. El edificio de Scharoun fue proyectado para dar cabida a cuatro millones de volúmenes y permitir además una posible ampliación que duplicara esa cifra. Se accede al interior del recinto por la planta baja, donde se ubican los guardarropas, el departamento de préstamos y las secciones dedidacas a facililtar los documentos a los usuarios. A continuación, el lector pasa por un área de seguridad y se dirige hacia una escalera que conduce a la primera planta. La sala de lectura la constituye un único espacio de grandes proporciones, pero que componen muchos niveles conectados por escaleras y terrazas. Semejante disposición permite que los lectores encuentren por sí mismos el espacio que más les conviene. Pequeños habitáculos individuales, nichos escondidos en las esquinas, espacios ubicados bajo techos de gran altura, mesas de estudio colocadas junto a ventanas y otros lugares ofrecen amplias perspectivas que abarcan la longitud completa del edificio. El depósito y los despachos de los bibliotecarios, forman una pared que recorre la parte posterior del conjunto, que originariamente se habría asomado a una via principal de nueva construcción.


El trazado de la sala de lectura de Scharoun se asemeja de forma llamativa al del foyer de un teatro, una analogía extensiva al depósito, que se proyectó desde la cubierta del edificio como si fuera la tramoya del escenario.


Esta configuración era totalmente novedosa. Los visitantes circulan por el interior del edificio mientras van experimentando espacios diversos: elevados o situados en un plano inferior; iluminados, de costado o cenitalmente. Como las paredes nunca son paralelas, no resulta fácil estimar las distancias reales. Los entusiastas de este tipo de arquitectura valoran su heterogeneidad, la celebración de lo diverso y de una experiencia que se transforma constantemente. Para sus detractores, se trata de una arquitectura de complejidad, innecesaria, por no decir caprichosa, que confunde y desorienta. Estas discrepancias de opinión son tan acusadas como las que enfrentaron las estéticas del Rococó y el Neoclasicismo. Aunque la arquitectura de Scharoun, se construye con materiales, no son estos los protagonistas, sino la experiencia visual".


 

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