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Centro cívico y comercial de New Town en Cumbernauld

Centro cívico y comercial de New Town en Cumbernauld

  • 1958 - 1960
  •  
  • WACHSMANN, Konrad
  •  
  • Glasgow (Escocia)
  • Reino Unido

FUSCO Renato de ., Historia de la arquitectura Contemporánea. Ed. Celeste. Madrid,1992.


Págs.445-549 .“Un código virtual”


Una serie de leyes urbanísticas que se adelantan o acompañan a la labor de reconstrucción-Town and Country Planning Act, 1944; Distribution of Industry, 1946; New Towns Act, 1946; Town and Country Planning Act, 1947 permiten el control y la planificación en casi todos los sectores de intervención, desde la clásica relación campo-ciudad al desplazamiento de las instalaciones industriales, desde la construcción de nuevas ciudades a la intervención en los centros históricos. El fruto más significativo de esta legislación, de los aparatos técnicos y administrativos que garantizan eficazmente su ejecución y del esfuerzo político y económico mantenido con relativa continuidad, a pesar de la sucesión en el poder de laboristas y conservadores, está constituido por las New Towns. Estas, junto con el plan del Gran Londres, de 1944, a cargo de P. Abercrombie, y concebido para descongestionar la capital mediante una expansión regional y acoger la población de las zonas subdesarrolladas. se relacionan evidentemente con la tradición de la ciudad-jardín, y han podido llevarse a la práctica gracias a la preparación política y económica de las comisiones Barlow, de 1940; Scott, de 1942: Uthwatt, de 1942; a la constitución del Ministery of Town and Country Planning (1943) y a la ya citada ley urbanística de 1947. Las New Towns dependen en el plano técnico de las Development Corporations, instituidas por la New Towns Act de 1946, a cuyo cargo corre su proyecto, construcción y gestión.


 En cuanto a su trazado, las nuevas ciudades surgidas en la postguerra, como Stevenage, Crawley, Harlow of East Kilbride, difieren de la configuración de las Garden-Cities por su desarrollo extensivo, mientras que los ejemplos más recientes presentan zonas de densidad variable, una «espina» central de carácter más urbano, por los servicios allí concentrados, y una edificación residencial más densa y compacta: recordemos en particular la ciudad de Cumbernauld, en Escocia.


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MONTANER, Josep María.,  Sistemas arquitectónicos contemporáneos. Gustavo Gili. Barcelona, 2008. 


Págs.. 90-115. “Universos de la realidad y del tiempo” 


...Este hecho se hace muy evidente en los experimentos y diagramas del holandés Piet Blom, quien evolucionó de esquemas básicos de mat-buildings hacia ciudades en el espacio. Por todo ello, en las décadas de 1960 y 1970 la síntesis de las posibilidades de la lógica de la producción de detalles, articulaciones y estructuras, desarrollando los conceptos de complejidad en el espacio y recurriendo a los prefabricados tridimensionales, permitió potenciar la eclosión de las megaestructuras, es decir complejos arquitectónicos, generalmente polifuncionales, desarrollados en el espacio y realizados con tecnología avanzada, que aparecen para resolver programas complejos como centros direccionales, centros regionales, grandes hospitales, complejos culturales o catedrales del consumo. Ejemplos emblemáticos serían el longitudinal centro cívico y comercial de la New Town de Cumbernauld(1958-1960) o toda la obra experimental del arquitecto de origen alemán Konrad Wachsmann, desarrollando sistemas prefabricados ligeros a base de estructuras modulares...


Continuidad del racionalismo. Megaestructuras tecnológicas


La continuidad de la lógica racionalista lleva a una mayor complejidad tecnológica, potenciando la prefabricación, la ingeniería de la construcción y los sistemas modulares e industrializados. De esta manera, la complejidad de los mat-buildings puede ser llevada a la tercera dimensión. Podemos considerar que de la trama de Candilis, Josic y Woods para Berlín puede evolucionarse hacia megaestructuras como el Centre Georges Pompidou en Parísde Renzo Piano y Richard Rogers. Este hecho se hace muy evidente en los experimentos y diagramas del holandés Piet Blom, quien evolucionó de esquemas básicos de mat-buildings hacia ciudades en el espacio. Por todo ello, en las décadas de 1960 y 1970 la síntesis de las posibilidades de la lógica de la producción de detalles, articulaciones y estructuras, desarrollando los conceptos de complejidad en el espacio y recurriendo a los prefabricados tridimensionales, permitió potenciar la eclosión de las megaestructuras, es decir complejos arquitectónicos, generalmente polifuncionales, desarrollados en el espacio y realizados con tecnología avanzada, que aparecen para resolver programas complejos como centros direccionales, centros regionales, grandes hospitales, complejos culturales o catedrales del consumo. Ejemplos emblemáticos serían el longitudinal centro cívico y comercial de la New Town de Cumbernauld(1958-1960) o toda la obra experimental del arquitecto de origen alemán Konrad Wachsmann, desarrollando sistemas prefabricados ligeros a base de estructuras modulares. Las megaestructuras tienen muchos antecedentes, como el Plan Obus para Argely la Unité d'Habitation de Marsella de Le Corbusier; el proyecto de torres para la Philadelphia City Planning Commission (1957), en el que Louis I. Kahncontó con la colaboración de Kenneth Day, Louis E. McAllister, George Braik y Anne GriswoldTyng; los diversos prototipos de Richard Buckminster Fuller; y las ciudades espaciales(1970) de Yona FriedmanLa intención de las megaestructuras es convertir la arquitectura en ciudad. Esta ciudad como megaestructura se desarrolló en los proyectos fantásticos de cápsulas y torres tecnológicas del grupo Archigram(fundado en 1960) y en la mezcla de utopía y pragmatismo del grupo de los metabolistas japoneses, surgidos en el Congreso Mundial de Diseño celebrado en Tokio en 1960 y para quienes el racionalismo tecnológico era superado por el organicismo. Entre los diversos experimentos metabolistas destacan la Ciudad Flotante en Kasumigaura (1961) de Kisho Kurokawa, con una geometría procedente de las estructuras celulares, un módulo triaxial que puede crear plazas y claustros y que puede ir creciendo por ramificaciones; y la Ciudad en el aire para Tokio (1960-1961) de Arata Isozaki, donde la analogía biológica lleva a unos edificios-ciudad en forma de árboles con troncos, que son las torres de circulación vertical, ramas que captan energía y sirven de circulación horizontal, y hojas que son las unidades habitacionales. El metabolismo japonés pretendía crear unas ciudades flexibles que se desarrollasen como proceso genético y vivo.


 Estos proyectos experimentales son antecedentes de las megaestructuras libertarias de Constanty de los edificios-masa, apilamientos y estratificaciones, los megaobjetos de Rem Koolhaas y MVRDV.En esta evolución una aportación clave fue el Centre Georges Pompidou de París(1972-1977) de Renzo Piano y Richard Rogers, que significó la definición del edificio-masa, una megaestructura pragmática en la que se desarrollan diversas actividades en sus plantas libres, dentro de una gigantesca estructura modular de fuerte implementación tecnológica, que tiene la voluntad de facilitar cualquier tipo de transformación en su interior. La propuesta del Centre Georges Pompidou se inspiraba en precedentes no realizados, como algunas fantasías de Archigram y como el Fun Palace(1961) de Cedric Price. Esta idea megaestructural también se desarrolló en diversas direcciones en las propuestas de ciudades proyectadas a base de módulos residenciales. Una de ellas es la búsqueda de una ciudad en el espacio por parte del Taller de Arquitectura que hoy dirige Ricardo Bofill(1939) y que, tras ciertos experimentos menores, algunos de ellos realizados, culminó en el Walden 7 en Sant Just Desvern (1970-1975), cerca de Barcelona: un complejo residencial en altura para unos 1.000 habitantes, con una estructura de módulos y mallas que se agrupan siguiendo leyes geométricas de repetición y simetría, creando grandes patios y unas gigantescas aberturas a la manera de arcos. Las células de vivienda, que son accesibles desde pasarelas, pueden conectarse y ampliarse, uniéndose en horizontal o en vertical. El conjunto sigue distintas leyes geométricas que eran el resultado de las investigaciones sobre la complejidad de las estructuras modulares de la tesis doctoral de Anna Bofill (1944).


Los estructuralistas holandeses desarrollaron esta idea partiendo de la estructura de mat-building que Piet Blom(1934-1999) había investigado a fondo y que había llevado a las tres dimensiones en un conjunto residencial en altura hecha de módulos colocados de forma romboidal: las Casas Cubo, en Róterdam(1978-1984). En esta misma dirección, Moshe Safdie(1938) propuso un sistema arquitectónico de módulos, que puso en práctica en conjuntos emblemáticos como el Hábitat de Montreal, en Canadá(1967).


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 BENEVOLO, L., Historia de la arquitectura moderna. Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.


Págs. 942-1023.”El cambio de los años sesenta” 


3.-El desafío de la gran dimensión.


A continuación citaremos las experiencias más importantes realizadas en el mundo entero durante la década que va de 1960 a 1970.


En Inglaterra, los problemas legales y económicos planteados por aquellas leyes innovadoras de los primeros años de la posguerra se resolvieron, en su mayoría, con la Town and Country Planning Act de 1959 y con la Land Compensation Act de 1961. El dispositivo fiscal y financiero introducido por la ley de 1946 queda prácticamente anulado y el precio por la adquisición de los terrenos necesarios para los programas de intervención pública es reconducido al valor del mercado; precisamente gracias a esta simplificación, los programas públicos pueden desarrollarse en mayor escala y poner precio al mercado mismo.


De hecho, en el decenio siguiente, las intervenciones públicas adquieren una nueva dimensión. En 1956, se aprueba la decimoquinta New Town, Cumbernauld, de 70.000 habitantes. Después de 1961 se realizan otras ocho y se aumentan de forma considerable las dimensiones previstas para todas ellas. En 1963 sale la primera edición del libro de Osborn y Whittick que relata las experiencias realizadas y vuelve a animar la discusión internacional sobre el argumento. La nueva Ley de Urbanismo de 1962 obliga a las autoridades locales a preparar un plan de desarrollo de sus territorios. En 1963 se instituye un órgano central para la planificación urbana, ligado a los ministerios de transportes, de la construcción y de las administraciones locales que estimula las demás administraciones y suministra los criterios comunes. La acción del gobierno central encuentra respuesta en muchas ciudades. Los primeros Departamentos de Planificación independientes se constituyen en Newcastle, en 1960; en Leicester, en 1962, y en Manchester, en 1963; trazan barrios nuevos y planes de ordenación total de los centros. En la capital, el London County Council ha sido sustituido en 1965 por el Greater London Council que administra un área más amplia que comprende la city y 32 municipios periféricos.


En este renovado aparato público confluye la búsqueda por una nueva forma de proyectar, iniciada en los estudios de detalle.


Las exigencias de una rigurosa separación del tráfico -rodado, de bicicletas y peatonal, de la integración entre las funciones y de un aumento dimensional, para lograr una vida urbana completa, conducen a un modelo puesto al día de la new town, con una población de 100.000 habitantes aproximadamente, y una estructura concéntrica (una corona exterior de industrias, una corona interior de barrios residenciales y un centro compacto para los comercios y los servicios Este modelo fue experimentado, por vez primera, en Cumbernauld ideada en 1956 bajo la dirección de Hugh Wilson y más adelante desarrollada en el proyecto y nunca realizado de la nueva ciudad de Hook, diseñada en 1960 por el London County Council para el Hampshire County Council.


También el principio de la separación vertical del tráfico se ha desarrollado de forma sistemática en el informe que Colin Buchanan realizó para el Ministerio de Transportes, publicado en 1963. En los años siguientes, sus sugerencias fueron aplicadas a muchos proyectos, como por ejemplo en algunas new town más recientes y en el plan de ordenación del centro de Liverpool (1966).


Todas estas experiencias encuentran un marco apropiado en la planificación territorial que se concreta en la segunda mitad de los años sesenta. Las elecciones iniciales de los planes locales referentes a los nuevos asentamientos y a la transformación de los ya existentes se reconducen, de forma gradual, hacia estudios más profundos en la escala superior, entre los cuales hay que destacar el plano estratégico para el sudeste de Inglaterra, publicado en 1970. El concepto de la new town derivado de la ciudad-jardín de Howard y caracterizado por una dimensión determinada (50.000 o 100.000 habitantes) ha desaparecido completamente: se trata de realizar un nuevo asentamiento con un procedimiento conocido que ha dado buenos resultados en el pasado, pero adaptado a las necesidades locales sin ideas preconcebidas; puede tener cualquier magnitud (Milton Keynes, aprobada en 1967, tendrá 250.000 habitantes a finales de siglo; las dos nuevas ciudades previstas en el Plano Estratégico para el sudeste, cerca de Northampton y Warrington, tendrán 230.000 habitantes cada una; la nueva ciudad en el Lancashire Central, aprobada en 1970, llegará a los 430.000 habitantes) y puede englobar ciudades o barrios más antiguos, o sea, no siempre es una «nueva ciudad>> en sentido estricto, sino que puede parecer un plano con ampliaciones coherentes (Runcorn, establecida en 1964, es una pequeña ciudad de 30.000 habitantes que debe crecer hasta 90.000; Northampton y Warrington tenían casi 130.000 habitantes cada una, ya en el momento de su planificación en 1968; Londonderry, en Irlanda del norte, creada en 1969, tenía 70.000 habitantes y debe llegar a 100.000).


Algunas ciudades nuevas de la primera serie -Crawley, Hatfield, Hemel Hempstead y Welwyn-se consideran “terminadas” y su administración ha pasado de las Development Corporations a una comisión central creada en 1959 para las new towns; la New Towns Association, instituida en 1970, elabora los registros y las informaciones necesarias para todas las administraciones interesadas.


El carácter más relevante de las experiencias inglesas es la continuidad con las de los años cuarenta y cincuenta (descritas en el cap. XXI), que produce un ciclo coherente entre proyectos, realizaciones y críticas y que conduce a nuevos proyectos. Este circuito se repitió varias veces y los resultados mejoraron gradualmente no por una mayor habilidad de sus inventores, sino por la selección producida a través del enfrentamiento con la realidad, como ocurre también en otros campos de la búsqueda científica. La espiral del método experimental -hipótesis, experimento, verificación- fue puesta en marcha por una generación y convalida, con la evidencia de sus efectos, la tesis de la “cientificidad” de la arquitectura moderna, afirmada. en línea de principio, entre las dos guerras. Sobre todo el gran experimento de las new tows-33 a principios de los años setenta aproximadamente a dos millones de personas y costaron 1500 millones de libras esterlinas, suma que, sin embargos se ha convertido en mucho mayor, cerrando en activo adquiere el valor de un método general, alternativo al tradicional, para el desarrollo de las ciudades, basado en la combinación de dos factores: la disponibilidad pública total, pero temporánea, de las áreas destinadas a construcción (el partido laborista presenta un proyecto de generalización de este procedimiento en su programa electoral de 1964) y la posibilidad de inventar libremente, en los nuevos espacios así creados, la forma del ambiente construido.


Hugh Wilson, el proyectista de Cumbernauld, ha escrito en la presentación del estudio sobre el centro de aquella ciudad:


Las new towns deben ser consideradas laboratorios de urbanística, en los que podrán ser elaboradas las ideas las ideas para la reestructuración de las ciudades existentes. Constituyen grandes ocasiones de recabar enseñanzas útiles para la solución de los problemas urbanísticos de las ciudades viejas y nuevas. El Gobierno debe sacar plena ventaja de las enormes inversiones realizadas en las nuevas ciudades, a fin de que sus habitantes, así como los habitantes de las viejas ciudades a transformar, puedan disfrutarlas al máximo.


 


 

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