El arquitecto más famoso de su tiempo, rivalizó con los hermanos Adam e incluso eclipsó a Chambers, al que sucedió como Inspector General en 1796. Pero su brillantez fue superficial y su reputación se apoya ahora principalmente en sus extravagancias neogóticas, aunque la mejor de ellas ha sido destruida. Hijo de un maderero y constructor de Staffordshire, fue a Venecia en 1762 y permaneció allí seis años estudiando con el arquitecto-pintor Visentini. Alzanzó fama a su vuelta a Londres con el Panteón de Regent Street (1770, hoy destruido), una sorprendente versión neoclásica de de Santa Sofía de Constantinopla. A partir de entonces se vio inundado de encargos, a pesar de su comportamiento violento con sus slientes y su desconfianza general. Sus casas clásicas, muy pulidas y elegantes, entre las que se encuentra Heaton House (1772), Heveningham (1788-99), Castle Coole en Irlanda del Norte (1790-7) y Dodington (1798-1808), esta última muy solemne y sobria, deben mucho al neogriego. Sus obras neogóticas van desde la exquisita miniatura de Lee Priory (1782, destruida, se conserva una habitación en el Victoria and Albert Museum) a la fabulosa abadía de Fonthill (1796-1807, destruida) para William Beckford, y la igualmente extravagante Ashridge (1806-13). Sus numerosas e insensibles restauraciones y "mejoras" de edificios góticos incluyen obras en las catedrales de Salisbury, Durham y Hereford y le valieron el nombre de "Wyatt el Destructor".