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FRAMPTON Kenneth., Historia crítica de la  Arquitectura Moderna. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.  


Págs. 29-40.“Transformaciones técnicas: ingeniería estructural, 1775-1939”


Con la virtual terminación de la infraestructura ferroviaria británica, en 1860, la ingeniería estructural de Gran Bretaña entró en un período de hibernación que duró hasta finales de siglo. Pocas obras de gran brillantez e ingenio quedaban por construir después de mediados de siglo, pero entre ellas se cuentan el puente tubular Britannia de Stephenson y Fairbaim, terminado en 1852, sobre los estrechos de Menal y el viaducto Saltash, de Brunel en 1859. En ambos casos el hierro forjado en plancha,  o sea la placa terminada y remachada, técnica que había experimentado un avance considerable gracias a los estudios de Eton Hodgkinsony la labor experimental de William Fairbairn. Robert Stephenson había utilizado ya los hallazgos de Hongkinson y Fairbaimen su perfeccionamiento de las jácenas planas en 1846, sistema que quedaría plenamente demostrado en el puente Britannia.  Esta estructura comprendía dos túneles independientes de una sola vía y  revestidos con plancha metálica, que cubrían los estrechos con dos tramos de 70 m cada uno y un tramo principal de 140 m. Las torres de pieda de Stephenson habían sido pensadas para el anclaje de unos miembros suplementarios de suspensión, pero, por si solos, los “tubos” blindados resultaron más que adecuados para la luz del puente. Se consiguieron luces comparables en el Viaducto de Saltash, donde una sola via salva el rio Tamar sobre dos armaduras de cuerda de arco cada una de las cuales cubre una luz de 138,5 m. De nuevo se usaron planchas laminadas y remachadas para formar las acusadas cuerdas elípticas con unas medidas de 4.9 por 3.7 m a través de sus ejes respectivos. Estas cuerdas trabajan a la par con unas catenarias colgantes de cadena de hierro pasa sostener unos puntales verticales de los que finalmente quedaba suspendido el lecho del camino de paso. La última obra de Brunel se equiparaba con los viaductos que Gustave Eiffel construiría en el Messif Central en los trenta años siguientes, y su uso de secciones de plancha en los treinta años siguientes, y su uso de secciones de plancha  huecas se anticipó a la gigantesca estructura tubular de acero que emplearían John Fowler y Benjamin Bakeren los Cantilevers de 213 m de puente sobre el Forth, completado en 1890.


Págs.64-73 "El racionalismo estructural y la influencia de Viollet-le Duc; Gaudí, Horta, Guimard y Berlage, 1880-1910 “ 


A pesar de estas exhortaciones, se requirió tiempo para que se materializara un estilo convincente, y en Bélgica no se consiguió nada importante hasta 1892, cuando Victor Horta inició su carrera madura con la construcción del Hôtel Tassel en Bruselas. En esta casa rural de tres plantas, fachada estrecha y una azotea mas bien tradicional, Horta llegó más allá de los logros de sus primeros tiempos, para convertirse en uno de los primeros arquitectos que hicieron uso abundante del hierro en la arquitectura doméstica. Trataba el hierro como si fuese un filamento orgánico insinuado en la obra para subvertir la inercia de la piedra. A diferencia de las obras de Eiffel y Contamin, que él debió ver en la Exposición de Paris de 1889, la imagen más influyente detrás del peculiar estilo “de cintería” de Horta fue la obra gráfica contemporánea del artista holandés-indonesio Jan Toorop. Esta conexión subraya la importancia de la pintura en el Art Nouveau belga. Toorop era miembro de aquel influyente grupo postimpresionista llamado Les XX, cuya posterior reforma como La libre esthétique desempeñaría un papel clave en la diseminación de los objetivos y principios del movimiento inglés Arts & Crafts.


 

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