Págs. 771-812.”La arquitectura en Latinoamérica”
pág 774. Argentina
Al retorno de Bonet de su etapa uruguaya (1946-1949), parte de los antiguos componentes del Grupo Austral —que ya en 1945 se había desintegrado volverán a trabajar juntos en la redacción del no realizado Plan de Buenos Aires: Antonio Bonet, Jorge Ferrari y Jorge Vivanco en el Consejo director, Juan Kurchan en un grupo de estudio. En este equipo entraron a trabajar, entre otros, dos jóvenes que luego se convertirían en grandes arquitectos: Clorindo Testa y Justo Solsona....
...La siguiente generación, dentro del contexto económico de los cincuenta que les ocasionará grandes dificultades para realizar obras, dispuso como representantes más prometedores a Eduardo Catalano y Horacio Caminos, autores del Auditorio Municipal de Buenos Aires y de la Ciudad Universitaria, también de Buenos Aires (1960-1972), pero ante las dificultades de trabajar en su país, emigraron a Estados Unidos. De esta generación intermedia, el estudio con una mejor organización y capacidad de trabajo será el de Sánchez Elia, Peralta Ramos y Alfredo Agostini, que han escapado al sino negativo de los años cincuenta. Y por último, Mario Roberto Álvarez, autor del Teatro Municipal de San Martín (1954-1960), racionalista convencido que representa un momento de transición importante entre los esfuerzos precursores de los años cuarenta y las más recientes elaboraciones a partir de los sesenta.
Será precisamente en esta época de los sesenta cuando se configure una amplia arquitectura argentina con una importante trascendencia internacional, teniendo en este enriquecimiento un papel relevante los Concursos Nacionales de anteproyectos que se proponen en Argentina y disponiendo este momento cultural tan rico de un testimonio y espacio de reflexión tan cualificado como la revista Summa, creada en 1963.
En estos años sesenta, la peculiar interpretación de la tradición lecorbusieriana, que arranca en Bonet, Kurchan, Ferrari y Williams, va enriqueciéndose y atomizándose en distintas corrientes. La clara confianza en las nuevas tecnologías y el intento de huir de las configuraciones espaciales más simples, tendiendo a soluciones que expresen la plasticidad de los nuevos materiales como hormigón, cristal, aluminio, etc., se recreará en muchas obras de estos arquitectos, tendiendo a caminos formalistas y neobrutalistas (como Clorindo Testa), hipertecnológicos (como el estudio Llauró, Urgell y Asociados), de un claro énfasis en los valores de significado (como la obra del equipo Solsona, Manteola, Sánchez Gómez, Santos y Viñoli) o centrados en experiencias más poéticas y escultóricas (como Miguel Ángel Roca).
La obra más personal, creativa y atrevida. es la de Clorindo Testa (1923), dentro de una total confianza en las tecnologías más avanzadas y de una tendencia brutalista que arranca de la arquitectura de Le Corbusier. Testa trabajó a partir de 1956 en el Centro Cívico de Santa Rosa, La Pampa, en colaboración con F. Rossi, A. Gaido y B. Dabinovic, realizando edificios como el de la Gobernación de la provincia de La Pampa y la Terminal de Autobuses, ambos de 1963-1973, y el Palacio Legislativo (1964-1972), dentro de una plástica interpretación de las formas del más reciente Le Corbusier. Entre 1960 y 1966 interviene en la obra que más alcance mundial ha tenido: el Banco de Londres y America del Sur en Buenos Aires (fig. 924), colaborando con el estudio de Sánchez Elia, Peralta Ramos y Agostini. Dentro de un ambiente de fascinación tecnológica, afrontando el tema de la percepción a nivel peatonal del edificio, situado en una esquina, y definiendo una especie de plaza cubierta en la entrada, el Banco de Londres y América del Sur se sitúa en un difícil punto de unión entre la fantasía de la expresión de las máximas posibilidades formales del hormigón visto y la razón de la estática de una gran superestructura. La sede de un banco está interpretada como un gran espacio comercial cubierto, como una piranesiana ciudad subterránea del dinero, en la que, según una gran exaltación de los detalles del edificio, se explora el organismo interno de un mundo de hormigón armado. Posteriormente, en 1962, Testa, junto a Alicia Cazzaniga y Francisco Bullrich, ganará el Concurso para la Biblioteca Nacional de Buenos Aires —según una idea próxima a las ciudades-superestructura de los Archigram—, que se realizará en los años setenta. Además, Testa realizará bellas casas unifamiliares de cristal y hormigón, en el período 1970-1973 ganará varios concursos de edificios hospitalarios y en 1975 obtendrá el primer premio del concurso para el edificio de Aerolíneas Argentinas en Buenos Aires.
La obra de Mario Soto y Raúl Rivarola, de la que destaca la Escuela Normal Leandro Alem en la provincia de Misiones (1957- 1961), con temas formales del Le Corbusier de Chandigarh, estaría también próxima a la arquitectura de Testa.
Esta arquitectura de confianza en la tecnología tendrá también su exponente en obras del equipo J. Erbin, M. Baudizzione, A. Varas y J. Lestard, tales como el local de la Editorial González Porto, en Buenos Aires, o la propuesta ganadora del concurso para el Auditorio de Buenos Aires (1972).
El regionalismo se ha manifestado, por supuesto, en otros lugares de América: en Brasil, durante la década de 1940, en las primeras obras de Oscar Niemeyer y Affonso Reidy ; en Argentina, en la obra de Amancio Williams , sobre todo en su casa puente en Mar del Plata , de 1943-1945, y más adelante, en el Banco de Londres y América del Sur (1959) en Buenos Aires, obra de Clorindo Testa ; en Venezuela, en la Ciudad Universitaria de Caracas, construida entre 1945 y 1960 según el proyecto de Carlos Raúl Villanueva"
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En proximidad a la arquitectura orgánica, siguen teniendo una enorme fuerza: aquellos espacios que han surgido del impulso irracional del inconsciente, que se basan en la energía incontrolable y convulsa que fluye de lo irracional, que eclosionan en formas generadas por una tensión interna. Es por ello que los espacios oníricos y orgánicos proyectados por Frank O.Gehry, la Coop Himmelblau, Clorindo Testa o Enric Miralles tienen en común que su fuente de inspiración no son ni los organismos, ni los ecosistemas, ni los campos de cultivo, sino la energía y la fantasía latentes en el inconsciente humano, pulso vital aprisionado por la razón. Sin embargo, ¿qué sistemas se encuentran detrás de estas formas aparentemente azarosas y confusas?...
... También encontramos formas orgánicas y escalonadas, como de cascadas o rocas gastadas por el agua, en proyectos de Clorindo Testa (1923), como el auditorio de la paz del Centro Budista de Buenos Aires, Argentina (1993-1996). La actividad de Clorindo Testa va de las pinturas de intervenciones artísticas de intención ecologista a los proyectos urbanos, como el balneario recreativo La Perla, remodelando una parte del paseo marítimo de Mar del Plata (1985), o el proyecto para el concurso del desarrollo urbanístico de Retiro en Buenos Aires (1996), en el que un dibujo gestual e inquieto va depositando, casi al azar, torres a los dos lados de la nueva avenida planteada. El proyecto de la Universidad Torcuato Di Tella en Buenos Aires (1997-2005) se asemeja al Mercat de Santa Caterina en Barcelona, de EMBT, por resolverse por inscripciones y analogías, por superposición de estratos, con partes en forma de quilla de barco y conexiones orgánicas entre ellas.
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