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BANHAM, R.,  Teoría y diseño en la primera era de la máquina. Edit. Paidos. Barcelona, 1977. 


Págs. 294-310. “Alemania: los enciclopedistas” 


En uno de esos libros, Hilbersheimer pasa revista a la nueva arquitectura como movimiento que abarca la mayor parte de Europa. Internationale Neue Baukunstilustra la obra de unos setenta arquitectos europeos (y cuatro estadounidenses), y demuestra un juicio muy seguro: muy pocos de los arquitectos cuya obra incluye han perdido luego la estima profesional y por lo menos en un caso -Sant’Elia- los hechos subsiguientes han justificado plenamente su inclusión. Otros de los elegidos demuestran casi una clarividencia por parte de Hilbersheimer: Alberto Sartoris y la firma Figini-Pollini habían construido escasamente un edificio cuando Hilbersheimer escribió su libro.


Otros dos libros escritos por Hilbersheimer en esa época pasan revista a tipos determinados de edificios, usando el término «tipo» en sentido muy amplio: en Hallenbauten se ocupa de auditorios, mercados, etc., Groszstadt Architekturpasa revista a edificios públicos y semipúblicos de escala metropolitana. El cuarto libro, el más interesante de la serie, trata un material específico, el hormigón.


El título, Beton als Gestalter, da una idea falsa del contenido y sugiere que la obra pertenece a una corriente de pensamiento que adquiría preponderancia por entonces y tendía a interpretar el Estilo Internacional en términos puramente racionalistas, como producto de los materiales y las técnicas empleadas. 


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COLQUHOUN Alan., La arquitectura moderna, una historia desapasionada. Gustavo Gili. Barcelona, 2005. 


Pág. 183-192.Del racionalismo al revisionismo: La arquitectura en Italia, 1920-1965”


El racionalismo. El segundo movimiento progresista de posguerra nació en 1926 con la formación del Gruppo 7. Los componentes de este grupo entre ellos Adalberto Libera (1903-1963), Luigi Figini (1903-1984) y Gino Pollini (1903-1991) eran todos estudiantes del Politécnico de Milán y pertenecían a una nueva generación de posguerra. Sus objetivos quedaron resumidos así en la revista Rassegna italiana: «La herencia de los vanguardistas que nos han precedido era (…) una verdadera furia devastadora (…) El distintivo de la juventud de hoy día es un deseo de lucidez y de ciencia (…) Nosotros no queremos romper con las tradiciones. La nueva arquitectura, la verdadera arquitectura, debe ser el resultado de una estrecha asociación entre la lógica y la racionalidad. El programa de los racionalistas, con su fusión de funcionalismo y espíritu clásico, estaba tomado en buena parte de los artículos de Le Corbusier en L'Esprit Noucean. Los líderes intelectuales de este movimiento eran el crítico de arte Edoardo Persico (1900-1936) y el arquitecto Giuseppe Pagano (1896-1945), director y redactor jefe, respectivamente, de la revista Casabelia desde finales de la década de 1920...


...Estos arquitectos racionalistas llevaron a cabo importantes proyectos, tanto privados como públicos: entre ellos, Figini y Pollini (por ejemplo, la casa del propio Figini en Milan, de 1934 - 1935) y Giuseppe Terragni, cuya Casa del Fascio en Como (1932-1936) era una fusión del monumentalismo clásico con la abstracción moderna.


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BENEVOLO, L., Historia de la arquitectura moderna. Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.


Págs. 565-600”El compromiso político y el conflicto con los regímenes autoritarios” 


3.-Italia.


Para comprender como se desarrolla el debate italiano en el decenio que va de 1920 a 1930, es necesario tener en cuenta al aislamiento y la escasez de contactos con Europa, acentuada por el proteccionismo cultural del régimen. Nadie antes que Pérsico se da cuenta, ni siquiera parcialmente de lo que está ocurriendo en Alemania; incluso las informaciones escasean y son inmediatamente traducidas a los términos convencionales del debate local.


En 1930, Piacentini describe la situación alemana con estas sorprendentes palabras: “En Alemania no se evidencia todavía un carácter dominante y preciso; aún dura en medio de grandes incertidumbres, la lucha entre la línea vertical y horizontal” y en 1931, una fotografía de la Bauhaus aparece en Archittettura con este pie: “Sede de la empresa de construcción Bauhaus, en Dessau”, mientras, algunas páginas más adelante, se puede leer que “las casitas de Meis van de Rohe (escrito así) se pueden confundir con las del suizo Le Corbusier o el francés Mallet-Stevens”.


En el clima perezoso y sin ninguna preparación, aparece en 1926, el grupo 7 – compuesto por G.Figini, G. Frette, S.Larco, G. Pollini, C.E. Rava, G. Terragni y U. Castagnola, sustituído un año más tarde por A. Libera – que se inspira explícitamente en la tesis del movimiento internacional.


Los 7 se presentan al público con una serie de artículos publicados en Ressegna italiana, afirmando entre otras cosas:


La nueva arquitectura debe ser el resultado de una estrecha adecuación a la lógica, a la racionalidad… No pretendemos en absoluto, crear un estilo, pero a través del empleo constante de la racionalidad, de la perfecta coherencia del edificio con los fines propuestos, estamos seguros de lograr, precisamente por selección, el estilo… Es preciso estar convencidos de la necesidad, de crear tipos, unos pocos tipos fundamentales… es preciso convencerse de que, al menos por ahora, la arquitectura debería hacerse en parte con renuncias…


Esta tesis se expone con gran cautela, buscando anticipadamente las respuestas a las objeciones probables y evidenciando el  carácter moderado, no maximalista de la nueva tendencia. Los 7 aseguran:


*Que no quieren romper con la tradición: “Entre nosotros existe tal sustrato clásico, y el espíritu de la tradición – no las formas que son cosas bien distintas – es tan profundo en Italia, que de manera evidente y casi mecánica, la nueva arquitectura no podrá dejar de conservar una típica huella nuestra”.


* Que no están de acuerdo con las tendencias extremistas de una parte del movimiento europeo: “A causa del frecuente error de llevar el racionalismo más allá de los límites que el ritmo estético debería imponer, esta arquitectura se aleja demasiado de nuestro espíritu”


* Que la nueva arquitectura puede compararse con la de las épocas arcáicas del pasado.


Los jóvenes del grupo 7 parten, como los novecentistas, de “un deseo de sinceridad, de lógica, de orden”, pero llegan a consecuencias totalmente distintas. Los novecentistas buscan el principio de regularidad en un repertorio de formas pasadas, mientras que los 7 se relacionan con un movimiento europeo vivo y activo, que implica una revisión del concepto mismo de arquitectura y de sus realizaciones con la vida asociada. Todos sus términos – “tradición, estilo, racionalidad, belleza” - tienen dentro de esta nueva perspectiva, un significado distinto al antiguo.


Pero los 7 evitan profundizar en esta distinción que, llevaría lógicamente a la ruptura con las costumbres concretas y toman prestados los términos y frases familiares del público, para demostrar que aceptan – con la excepción de alguna vaga corrección – los conceptos correspondientes. Se preocupan particularmente, mediante la comparación con el arcaísmo, de que su actitud sea aceptada por la mentalidad común,  acostumbrada a juzgar cualquier tendencia a través de una comparación retrospectiva.


 De esta manera logran mantener un tono moderado y razonable en sus polémicas, se dan cuenta de que nada tienen que ganar en la ardiente atmósfera de los viejos debates de vanguardia, pero aceptan cierta ambigüedad en sus razonamientos que, a la larga,  deberá ser amargamente soslayada.


 


 

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