Págs. 29-40.“Transformaciones técnicas: ingeniería estructural, 1775-1939”
La repentina expansión en el crecimiento urbano y el comercio en la costa norteamericana oriental en 1840, alentó a hombres como James Bogardus y Daniel Badgera inaugurar talleres de fundición en Nueva York, para la fabricación de estructuras de varias plantas en hierro. Sin embargo, hasta finales de la década de 1850, sus estructuras “empaquetadas” se basaron en el uso de grandes vigas de madera para cubrir el espacio interno, reservando el hierro para las columnas interiores y las fachadas. Una de las obras mejores de la extensa carrera de Bogardus es su Haufhwout Building de Nueva York, construido en 1859 según los diseños del arquitecto John P. Gaynor. Este fue el primer edificio que dispuso de un ascensor para pasajeros, solo cinco años después de que Elisha Graves Otis hiciera su histórica demostración del mismo en 1854.
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"La Escuela de Chicago y la vanguardia americana".
Los elevados edificios del Loop de Chicago son posibles de construir gracias a algunas invenciones técnicas. La estructura de esqueleto en acero perfeccionada sobre todo por Le Baron Jenney, permite aumentar la altura sin miedo a tener que dar un grosor excesivo a los pilares de los pisos bajos, y permite también abrir a lo largo de las paredes vidrieras casi continuas, iluminando, crujias profundas, para soportar las cargas centrales de los pilares, F. Baumann propone, en 1873, nuevos sistemas de cimentación en piedra, que se perfeccionan poco a poco hasta dar con el «Chicago Caisson» de cemento que se emplea por primera vez en 1894. El ascensor de seguridad a vapor, instalado por primera vez por E. G. Otis en Nueva York en 1857, llega a Chicago en 1864; en 1870 C. W. Baldwin inventa y construye en Chicago el primer ascensor hidráulico, ¿mientras que en 1887 empieza a difundirse el uso del ascensor eléctrico. Ascensor, teléfono y correo neumático permiten el funcionamiento de hoteles, almacenes y oficinas de cualquier tamaño y número de pisos; nace así, en Chicago, por primera vez, el rascacielos. Un observador de 1895 escribe:
“La construcción de edificios para oficinas de enorme altura, con estructura de esqueleto en hierro y acero que sustenta los muros internos y externos, ha llegado a ser una costumbre en casi todas las grandes ciudades americanas. Este estilo de construcción ha nacido en Chicago, al menos en su aplicación práctica, y esta ciudad dispone ahora de más edificios del tipo de esqueleto de acero que todas las demás ciudades americanas juntas.”
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Págs. 186-302. La evolución de las nuevas posibilidades.
... págs.226-229. Los primeros ascensores. En la época en que James Bogardus proclamaba que sus nuevos edificios de fundición podían «elevarse a una altura muchísimo mayor que con cualesquiera otros medios [...] y cuanto mayor fuese su altura, más firmes serían», se estaban inventando los primeros ascensores en Boston y Nueva York. Al igual que casi todos los inventos de este periodo, en principio los ascensores pretendían solamente servir para fines industriales.
Bogardus propuso instalar «un mecanismo para elevar observadores hasta la cúspide mediante una máquina de vapor» en la torre central, de 300 pies [unos 90 metros] de altura, de su edificio para la Feria Mundial de Nueva York de 1853. Aunque la palabra misma todavía no estaba en uso, Bogardus proponía aquí lo que habría sido el primer ascensor de pasajeros del mundo.
El primer ascensor completamente satisfactorio fue obra de Elisha Graves Otis, de Nueva York (figura 117). El primer ascensor fiable se logró cuando Otis incorporó un mecanismo de seguridad a la plataforma de elevación corriente. Este ascensor tuvo su exhibición y demostración inicial en la exposición del Crystal Palace de Nueva York, en 1853. En cada demostración, el señor Otis se subía a la plataforma, que estaba levantada del suelo. Cuando la cuerda de elevación se cortaba, el ascensor se detenía, momento en el cual el señor Otis pronunciaba su frase histórica: «All safe, gentlemen», 'todos a salvo, caballeros. Una reciente comprobación de los archivos de la compañía Otis reveló que no se conservan dibujos de este primer ascensor. Sólo conocemos su aspecto aproximado gracias a algunos croquis de aparatos de un periodo ligeramente posterior.
El primer ascensor de pasajeros: Nueva York, 1857. El que se considera el primer ascensor de pasajeros fue instalado por Otis en un gran almacén de Nueva York, en la esquina de Broadway con Broome Street, en 1857. El siguiente ascensor de pasajeros se instaló en el antiguo Fifth Avenue Hotel, en 1859. Su inventor fue un tal Otis Tufts, de Boston, y el dispositivo llevaba el nombre de vertical screw railway, 'ferrocarril de tornillo vertical'. Tampoco quedan imágenes coetáneas de estos 'ferrocarriles'; sin embargo, se conservan dibujos del periodo en torno a la guerra civil norteamericana que nos dan una idea de los principios empleados en su diseño (figura 118).