El capítulo centra su atención en la personalidad arquitectónica de F.LL. Wright durante sus primeros años de vida profesional. Desde los inicios junto a Sullivan, a las construcciones conocidas como “Casas de la Pradera”. Sus reflexiones, escritos y propuestas, acompañadas con el análisis de las realizaciones más destacadas durante este momento, van marcando dicha etapa, que finalizará tras la realización del Hotel Imperial de Tokio entre 1916 y 1922.