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BANHAM, R.,  Teoría y diseño en la primera era de la máquina. Edit. Paidos. Barcelona, 1977.


Págs. 94-108.“Adolf Loos y el problema del ornamento” 


Es evidente que estas cualidades (de Adolf Loos) debían necesariamente atraer a los teóricos del Movimiento Moderno, mas podrían haber quedado olvidadas y perdidas en la Viena de posguerra de no haber sido por un hombre cuya vinculación con la arquitectura moderna es importante, aunque indirecta.


Este hombre fue Herwarth Walden, propietario de una galería de arte y de una revista denominada Der Sturm; Walden fue uno de los principales representantes del arte revolucionario, y sobre todo del expresionismo, en Berlín. Concienzudo avant-gardiste y contrario a toda convención, según el modelo de Marinetti, hizo de su revista —fundada en 1910— y de su galería —que funcionó hasta 1924 un centro de intercambio de ideas a escala internacional, algo similar a lo que hiciera Léonce Rosenberg en París después de 1919. Fue uno de los que presentaron el futurismo al público alemán en 1912; también en 1912 su revista publicó cinco ensayos de Loos. Quizá le llamara la atención sobre ellos Arnold Schönberg, un amigo de Loos que se hallaba en contacto con los pintores expresionistas alemanes (integraba el grupo Blaue Reiter de Munich); pero, como quiera que sea, el tono de los ensayos aparecidos en Der Sturm era del tipo destinado a atraer a quienes desprecian las convenciones, aunque no lo fuera tanto el resultado lógico de sus argumentos. En particular, el tono de Ornament und Verbrechen, escrito por Loos en 1908, era especialmente atractivo por el uso que hacía de argumentos sexuales y antropológicos; el de Archi-tertur, por su apoteosis del diseño rural.


Tener acceso a las páginas de Der Sturm significaba tener acceso a un auditorio limitado, pero internacional; esta circunstancia rindió sus frutos en una reimpresión de sus escritos publicada en 1913 en las páginas de Les Cahiers d'Aujourd'hui, en una traducción de Georges Besson. La versión de Besson es ágil, pero algo recatada y apreciablemente expurgada en lo que se refiere a Ornament und Verbrecen, drásticamente expurgada y abreviada en el caso de Architektur. No obstante, la esencia del tema subsiste en ambos casos, y estos dos ensayos (los únicos traducidos) atrajeron en París a personas y mentalidades similares a las que sintieron su atracción en Berlín; en este caso, a los que luego habrían de integrar el grupo Dada. Pues cuando Ornament und Verbre-chen volvió a reimprimirse en francés, en 1920, esta vez en las páginas de L'Esprit Nouveau —quizá la reimpresión más difundida, y la que preparó el camino para la llegada de Loos a París, uno de los directores de L'Esprit Nouveau era Paul Dermée, activo dadaísta marginal que contribuyó sobremanera a destruir un intento de resucitar La Section d'Or. Con esta reimpresión se lograba un doble objetivo: apoyar la exigencia de una reforma arquitectónica y un abandono de los estilos de catálogo —planteada por Le Corbusier— y al mismo tiempo colaborar en la campaña dadaísta de escarnio a las bellas artes, lo cual significó para Loos la entrada al círculo de Tristan Tzara y los demás dadaístas.


 

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