"Se ha vuelto difícil decidir dónde termina la ingeniería y dónde comienza la arquitectura".Este capítulo trata de la llamada arquitectura de la ingeniería,  realizando una visión panorámica (acompañada de abundantes referencias) sobre el proceso evolutivo que se produce en la construcción durante el siglo XIX. El uso cada vez más industrializado de los nuevos materiales (hierro, cristal, hormigón…) en la nuevas tipologías (estaciones de ferrocarril, invernaderos, mercados, salones de exposiciones, rascacielos…) toma forma en un período de crecimiento constructivo como nunca antes se había producido. 

Los edificios profundamente decorados de este momento, se hacen presentes en las nuevas e impresionantes estructuras realizadas por el uso técnico de lo nuevos materiales, produciéndose un fuerte antagonismo entre dos mundos que parecen despreciarse. El de la naturaleza social y estética que quiere recuperar los valores del trabajo de los antiguos arquitectos (representados por W.Morris y J. Ruskin), y el emocionante mundo de los ingenieros quienes absorbidos por la evolución de los nuevos descubrimientos, desprecian a los anteriores. En este contexto el Art Nouveau se abre camino ocasionalmente hacia el nuevo Movimiento Moderno que está por llegar.