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BROOKS PFEIFFER Bruce. Frank Lloyd Wright 1876-1959. Construir para la democracia. Edit. Taschen. Colonia,2006.


 p.39. El Hotel Imperial de Tokio es uno de los edificios más conocidos de Frank Lloyd Wright fuera de los Estados Unidos. Diseñado por Wright en 1916, el edificio fue construido en el distrito de Ginza en Tokio, Japón, y se considera uno de los mejores ejemplos del estilo arquitectónico de Wright en el extranjero.


  El Hotel Imperial de Tokio es un ejemplo supremo del uso del hormigón armado. En este edificio, hay dos ideas de importancia decisivas; la construcción debía ser resistente a los temblores de tierra y estar protegida contra los incendios subsiguientes a los terremotos. Por elllo, en lugar de la arquitectura tradicional japonesa en madera y papel, se tuvieron que utilizar hormigón armado, piedra y ladrillo. Para que el edificio pudiera resistir a los movimientos sísmicos, Wright desarrolló un sistema de cimientos y estructuras portantes, hasta entonces desconocido en la arquitectura. El principio de este sistema era el voladizo libre, la carga en equilibrio, algo así como una bandeja que lleva un camarero con el brazo extendido por encima de la cabeza. En lugar del pesado techo de ladrillo, tradicional en la arquitectura japonesa, para cubrir el tejado se utilizaron placas finas de cobre. Toda la construcción descansaba sobre un conjunto de montantes de hormigón que, cada tres metros, se hundían casi 60 cm en el subsuelo arcilloso. Esta flexibilidad, obtenida gracias al hormigón armado, salvó el edificio de destruirse durante el terremono Kanto, ocurrido en 1923.


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FRAMPTON Kenneth., Historia crítica de la  Arquitectura Moderna. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.  


Págs. 57-63.“Frank Lloyd Wright y el mito de la Pradera 1890-1916” 


La casa Hardy, construida en 1905 en Racine Wisconsin, es la formulación más pura hecha por Wright de una casa simétrica y frontal. 1924 fue la última obra hecha coordinadamente por el equipo de Wright en Chicago. Con el Hotel Imperial de Tokioconstituyen los últimos intentos, por parte del primer Wright, de establecer su visión como una expresión universal.


La subcultura de la pradera se acabó como estilo hermético con el edificio del Hotel Imperial en Tokiodurante los años 1916-1922. Esta construcción derivaba tanto en planta como en sección de los Midway Gardens. El restaurante con jardín del invierno del conjunto de Chicago reapareció como auditorio y vestíbulo del hotel mientras que las arcadas laterales de los jardines propiamente dichos se transformaron en alas residenciales. Los murales y relieves interiores también ampliaban los temas de Medwar, en tanto que los accesos porticados al hotel recordaban las terrazas del café del mismo conjunto. Apartado del contexto estadounidense, Wright buscó afinidades con la tradición de la albañilería local trazando un perfil escalonado y almenado, construido con ladrillo y revestido con piedra de Oya. En el interior, esta piedra volcánica estaba modelada de forma que aludía a siluetas precolombinas, como se había hacho con la fábrica de sillería de los Midway Gardens. Estas referencias exóticas iban a convertirse en una fórmula teatral en las casas que Wright construyó en Hollywood en la década de 1920. En el Hotel imperial venían a ser el equivalente de una petrificación de la cultura del Nuevo Mundo.


La casualidad hizo que el Hotel Imperial fuese valorado tanto por lo ingenioso de su estructura como por su arquitectura, pues su milagrosa supervivencia entre las ruinas del desastre provocado por el terremoto de Tokio en 1922 hay que atribuirla al ingeniero Muelles. No obstante, un hecho significativo es que esta obra final de la primera fase de la brillante carrera de Wright fuese alabada por Sullivan, quien antes de su muerte en 1924, escribió en términos místicos acerca de la salvación: “Hoy se mantiene en pie, sin daños, porque fue pensado y construido para durar. No era una imposición  a los japoneses, sino una contribución voluntaria a los elementos más bellos de su cultura”.


Pág.252-265.“El Estilo Internacional: tema y variaciones, 1925-1965”


 A pesar de la previa brillantez del “remodelado” de Wright en la cultura japonesa en América y del uso ingenioso, por parte de Paul Mueller, de la técnica del hormigón armado, el imperial hotel de Tokio no daba indicación alguna de cómo su pesado estilo arquitectónico podía llegar a contribuir a una interpretación inteligente de la ligera construcción japonesa. Sus afinidades estilísticas estaban más próximas a los castillos aislados de los siglos XVI y XVII que del edificio aristocrático shinto de la época Heian; contrariamente a la opinión de Louis Sullivan en 1924, se mantuvo firmemente apartado de la corriente arquitectónica de la cultura indígena. Sin embargo, su espectacular supervivencia tras el desastroso terremoto de Tokio en 1923 facilitó una justificación post facto para la aplicación de una estructura antisísmica, particularmente en el caso de los edificios públicos. Esta “prueba” de la construcción monolítica reforzada permitió a Raymond sacar toda la ventaja de la más reciente tecnología del hormigón en sus obras principales de finales de los años veinte, entre ellas las oficinas de la Rising Sun Petroleum Company, de 1926, y su elaborado y amanerado golf club de Tokio, construido en las afueras de la capital en 1930. Al parecer llegado a este punto Raymond trasladó su obediencia estilística a Auguste Perret, pensando al parecer que difícilmente cabría encontrar en Wright una sintaxis apropiada para el hormigón armado a la vista.


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 CURTIS William. J. La arquitectura moderna desde 1900. Edit. Phaidon. Hong Kong, 2006.


Págs.371-391. “Internacional, nacional y regional: La diversidad de una nueva tradición”


 La arquitectura moderna occidental estaba bastante en deuda, en primer lugar con la estética japonesa. Frank Lloyd Wright se había sentido atraído por las disciplinas del diseño japonés cuando estaba formando su propio lenguaje arquitectónico, pero su Hotel Imperial en Tokio (1912-1923) acabó siendo sumamente recargado y amanerado; pese a sus evidentes deudas con los prototipos japoneses,  tuvo una influencia local limitada. Incluso tras la terminación del hotel, los arquitectos “progresistas” japoneses todavía estaban adoptando con entusiasmo el Art Nouveau, dos décadas después de que hubiese perdido el favor de la vanguardia europea.


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Es un Hotel con altura japonesa pero pensado para un oriental, con aspecto a las ruinas mayas y macizo como los edificios militares japoneses.


El Hotel Imperial de Tokio fue diseñado para ser un hotel de lujo, y cuenta con una gran cantidad de detalles y acabados elegantes y refinados. El edificio se destaca por su fachada de ladrillo y piedra, así como por su techo en forma de pagoda, que se inspiró en la arquitectura tradicional japonesa. También cuenta con detalles decorativos en metal y vidrio, que añaden un toque de modernidad y sofisticación.


El desafío en su construcción era doble: por un lado, había que dar una adecuada respuesta a la elevada actividad sísmica de la región (colocando pilotes hincados a poca distancia ➝ edificio “flotante”) y a los incendios subsiguientes, (colocando en la entrada un grandísimo estanque para en caso de incendios utilizar esa agua para apagar los fuegos); por otro, la composición formal debía estar en armonía con su venerable vecino, el Palacio Imperial. Ante este reto, Wright combinó la innovación estructural con el respeto a la tradición artística.


En el interior, el Hotel Imperial de Tokio cuenta con una gran escalera central, así como con una serie de salones y comedores elegantes, decorados con muebles y detalles de alta calidad. El edificio también cuenta con un gran jardín en la azotea, que ofrece vistas espectaculares del skyline de Tokio.


A pesar de su belleza y elegancia, el Hotel Imperial de Tokio ha sufrido varios cambios a lo largo de los años, y en la actualidad sólo quedan algunas partes del edificio que se mantienen fieles al diseño original de Wright. Aun así, el Hotel Imperial de Tokio sigue siendo una de las obras más importantes y emblemáticas de Frank Lloyd Wright en Japón y en el mundo.


Naroa Mauriz


 

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