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Vista frontal del pabellón

Pabellón de Finlandia en la Exposición Universal de 1937 en Paris

  • 1937 -
  •  
  • AALTO, Alvar
  •  
  • París
  • Francia
obras/38049_8.jpg obras/38049_25.jpg obras/38049_26.jpg

FRAMPTON Kenneth., Historia crítica de la  Arquitectura Moderna. Gustavo Gili. Barcelona, 1987. 


Pág.194-204.“Alvar Aalto y la tradición nórdica: nacional romanticismo y sensibilidad dórica 1895-1957”  


El patrocinio de Aalto por parte de la industria finlandesa de la madera —las grandes empresas industriales Ahlström y Enso-Gutzeit iban a ser sus mecenas el resto de su vida — le llevó a recuperar el valor de la madera, por encima del hormigón, como material expresivo primordial. Con ello parece que fue retornando gradualmente al gusto por las fuertes texturas arquitectónicas del movimiento romántico-nacionalista finlandés, así como a la obra de Saarinen, Gallen-Kallela y Sonck. La primera indicación de este cambio de rumbo con respecto al Constructivismo internacional llegó con su propia casa, construida en Munkkiniemi, Helsinki, en 1936. A este edificio —con forma de L algo irregular, ejecutado como un collage de mampostería enfoscada, tablones estriados y fábrica de ladrillo visto—  siguió su propuesta ganadora para el pabellón de Finlandia en la Exposición Universal de París de 1937,una construcción de madera significativamente titulada 'La madera está en marcha'. Era una exhibición retórica de la construcción con madera, en la que sus diversos elementos expresaban las características específicas de este material.


El revestimiento de listones de madera de la sala principal y el esqueleto estructural, también de madera, del espacio perimétrico de exposición componían un despliegue virtuosista de diferentes técnicas de ensamblaje con madera. Sin embargo, pese a todo su ingenio constructivo, el pabellón finlandés fue importante principalmente porque formulaba el principio de composición volumétrica de la carrera posterior de Aalto, según el cual todo edificio queda invariablemente separado en dos elementos distintos y lo que queda en medio se articula como un espacio de apariencia humana (véase la villa Mairea, el ayuntamiento de Säynätsalo, etc.: págs. 201-203). Del pabellón, escribía en sus obras completas:


Uno de los problemas arquitectónicos más difíciles es dar forma los alrededores de un edificio a una escala humana. En la arquitectura moderna, donde la racionalidad del entramado estructural y la masa del edificio amenazan con dominar, a menudo hay un vacío arquitectónico en las porciones sobrantes del emplazamiento.


 Sería bueno que en lugar de llenar este vacío con jardines decorativos, pudiera incorporarse el movimiento orgánico de la gente en la configuración del emplazamiento con el fin de crear una estrecha relación entre el hombre y la arquitectura. En el caso del pabellón de París, afortunadamente este problema se pudo resolver.


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FUSCO Renato de ., “La arquitectura orgánica“ en Historia de la arquitectura Contemporánea. Ed. Celeste. Madrid,1992. 


Págs.351-381.La aportación de Alvar Aalto. Para distinguir en la obra de Aalto las características constantes de las variables y para individualizar sintéticamente sus aspectos más típicos y, como consecuencia, su aportación a la arquitectura orgánica, podrían en primer lugar enumerarse entre las primeras el carácter nacional de los edificios aaltianos, como es evidente en el pabellón finlandés de la Exposición de París de 1937 y en el interior del de la Feria Mundial de Nueva York de 1939. “Dondequiera que vaya Aalto está Finlandia” -ha escrito Giedion-. Ello representa la fuente intima de energía que aflora en todas sus obras. Como España para Picasso o Irlanda pura James Joyce.


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