En 1901 Berlage tuvo una oportunidad para poner en práctica su teoría urbana, cuando la ciudad de Amsterdam le encargó la preparación de un plano para Amsterdam Sur. Para Berlage, la calle era, esencialmente, una habitación exterior, la consecuencia necesaria de la alineación de viviendas a lo largo de ella. Esta insistencia en el recinto, prefigurada en la ciudad medieval, ya había sido postulada por Berlage en su diseño para la Bolsa. Según Alphand y las teorías del planificador alemán Stubben, las cualidades de los espacios callejeros en Amsterdam Sur, varían de acuerdo con su anchura y su amueblamiento. Las calles más anchas, estaban dotadas de parterres y avenidas arboladas en los flancos y las más estrechas estaban trazadas, simplemente, con árboles y pavimento. En las principales secciones se crearon espacios centralizados, en cierto modo según los principios de Stuben y de Camillo Sitte, todo ello alimentado por un sistema moderno de tránsito masivo, en forma de tranvía eléctrico.
En 1915 Berlage revisó totalmente su plan para añadir unas avenidas a una escala tipo Haussmann,dos de las cuales convergentes en un sector conocido como Amstellaan, se completaron con sus alrededores a principios de la década de 1920. Su realización, que demostró inequívocamente la preocupación de Berlage por la continuidad física del entorno urbano, acabó por causarle un conflicto con la polémica anti-calle del Congres International d´Architecture Moderne (CIAM), fundado en 1928. Sin embargo, hoy en día el valor de su realización urbana parece más pertinente que nunca, ya que, como ha escrito Giorgio Grassisobre Amstellaam:
“Es todavía el punto clavo de los alrededores de Amsterdam, el punto donde se encuentra expresado con mayor claridad el concepto de la vida en colectividad, donde el valor cívico de cada parte se funde en una visión unificada que, al estar menos preocupada por las moradas óptimas de ciertos experimentos racionales… en su concepción nuclear de la vivienda, ha expresado debidamente los valores de la ciudad. Y no sólo ha reconocido la necesidad física de sus habitantes en cuanto a recreo y descanso, sino también el impulso para formar comunidades y para asumir en ello un símbolo de vida. “
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Págs. 241-255“La comunidad ideal: alternativas a la ciudad industrial”
Otra importante obra urbanística que enlazó las concepciones del siglo XIX con los urbanistas progresistas década de 1920 fue la llevada a cabo por Hendrik Petrus Berlage en la ampliación de Amsterdam Sur entre 1902 y 1920 aproximadamente. Fuera de las murallas perimetrales de fortificación, el crecimiento de Amsterdam a lo largo de todo el siglo XIx había continuado sin orden ni concierto. El influjo de la industria exige una enorme dotación de viviendas decorosas concebidas a escala de barrio. Berlage puso orden en el caos con la ayuda de grandes avenidas que definen piezas importantes de carácter masivo y sólido; a su vez, éstas estaban atravesadas por sistemas secundarios de calles y plazas tranquilas con tiendas, escuelas e instituciones públicas. La unidad principal de alojamiento colectivo era la manzana cerrada, compuesta en torno a grandes patios interiores que contenían jardines. Muchas de ellas tenían una planta simétrica con elementos centrales macizos que marcaban las entradas. Los edificios tenían delicados detalles enladrillo oscuro, y los arcos, las ventanas, las esquinas, etcétera, contribuyen a dar a toda la zona unidad temática y sobriedad de efecto, todo ello compensado por el orden más relajado de los árboles y los senderos.
Un trazado básico similar fue adoptado por los arquitectos 'expresionistas' Piet Kramer y Michel de Klerk en sus diversos proyectos de manzanas colectivas en Amsterdam. El conjunto de viviendas Eigen Haard (literalmente hogar propio), construido por De Klerk en 19171920 también estaba más allá del borde del centro histórico compacto, y el arquitecto intentó consolidar el tejido urbano monumentalizando virtualmente las viviendas y tratando el perimetro como una unidad escultórica singular; sin embargo, todo ello estaba brillantemente articulado mediante cambios de ritmo, textura, escala y color para insinuar cambios en la función y la disposición interiores, y para responder a las presiones variables de un solar triangular. En un extremo, en el centro de la base del triángulo, se cortó el borde exterior para situar un portal de entrada y se usó una aguja para marcar su presencia. Una vez más, el tono era sobrio y compacto, como si la arquitectura estuviese intentando deliberadamente contrarrestar el desarraigo y el cambio continuo de la existencia urbana moderna con algo tranquilizador y evocador de cierta cooperación gremial anterior. Hablando de sus planes para Amsterdam, Berlage había afirmado que estaba instituyendo «una especie de revitalización urbanísticas; al parecer, De Klerk también equilibrio entre una solución innovadora a las nuevas exigencias y una sensación de continuidad.
En 1934, la urbanista norteamericana Catherine Bauer hizo una valoración del urbanismo holandés, que según ella, dejaba en evidencia los mezquinos esfuerzos realizados, en su porpio país, en Francia y en Alemania:
“Pero fue en Holanda donde el movimiento romántico dejó su impronta más duradera. Berlage y sus seguidores – influidos por un lado por el medievalismo de Morris, y por otro por el genio más libre y original del norteamericano Frnak Lloyd Wright- lograron hacer el prier estilo vernáculo auténtico de la arquitectura moderna. Es decir un “estilo” cuyos monumentos no iban a encontrarse simplemente en villas aisladas o edificios públicos, sino en manzanas, calles enteras de “casas”, tiendas y oficinas, en el trazado y la implantación, y dentro de la vivienda tanto del homme moyen sensuel como de la de los literati más avanzados o bohemios. Esto era así particularmente en Amsterdam, donde distritos enteros -incluyendo muchos alojamientos obreros de bajo coste levantados con ayuda oficial, y también hoteles palaciegos, excuelas, casas de baños y puentes son testimonios de un enfoque novedoso del mundo moderno, en su mayor parte completamente unificado… La misma clase de rejuvenecimiento (pues no hubo una ruptura completa o revolucionaria con el pasado hasta mucho más tarde), estaba en marcha en los países escandinavos, donde las primeras viviendas cooperativas tienen una especie de dignidad decorosa difícimente de descubrir en los modelos de casas de vecindad de Londres, Paris o Nueva York.”
Era raro entender el alojamiento como un elemento de un conjunto mayor, y la complejidad misma de la ciudad industrial, hacía difícil imaginar una totalidad
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Págs. 739-771.“El urbanismo como problema humano"
Los planes de Berlage para Amsterdam Sur
El primer plan, 1902
Además de las ordenanzas de 1901, en Amsterdam había personalidades creativasindividuales que estaban trabajando para hacer realidad un tipo de urbanismo que seapartaba de la rutina. Esas energías no se limitaban a esta ciudad, sino que también podíanencontrarse en otros sitios. Tenemos, por ejemplo, a Otto Wagner en Viena, que estabalibrando una batalla prolongada amarga y finalmente infructuosa con la corporaciónmunicipal
Por el contrario, Ámsterdam concedió una notable libertad a un arquitecto independiente y de auténtico genio al encomendar la urbanización del distrito deÁmsterdam Sur a Hendrik Petrus Berlage. Berlage trazó sus primeros planes para esta urbanización en 1902. El edificio de la Bolsa - que iba a hacer de su nombre el centro del debate en toda Europa- estaba por entonces a punto de acabarse.
Berlage asumió la responsabilidad de trazar todo un distrito residencial (Ámsterdam Sur) con total independencia de los funcionarios municipales y del Departamento de Obras Públicas. Los resultados constituyen un excelente ejemplo para nuestros propósitos: conningún otro caso podríamos hacernos una idea mejor del nivel alcanzado por el urbanismoen ese período y de los límites reales de lo que podía lograrse. Las conclusiones extraídasde este plan de Berlage también son perfectamente aplicables a la arquitectura.
Los proyectos de Berlage reflejan la dificultad fundamental en esos momentos:la incapacidad de alcanzar nuevos medios de expresión en las soluciones propuestas para los problemas específicos de la época. Particularmente en el plan de 1902 (y en cierta medida incluso en la versión posterior de 1915) se aprecia la lucha implícita en el intento por parte de Berlage de romper con las fórmulas de las décadas anteriores, susespasmódicos esfuerzos por alcanzar modos de expresión adecuados a su propósito: lahumanización del distrito residencial.
Cuando se reconoce que un arquitecto tan eminente como Berlage no podía liberarse del poder absoluto de las ideas preconcebidas y estereotipadas, se puede entender la situación del rutinario urbanismo oficial en torno a 1900. Ésta es la razón de que vayamos a analizar con cierto detalle los planes de Berlage para Ámsterdam Sur.
El carácter romántico del plan
A primera vista, los dibujos de Berlage en 1902 sugieren un diagrama de las circunvoluciones del cerebro, más que el trazado de una ciudad. Los meandros ovales de las calles representan curvas que son familiares en los parques públicos de Haussman en la década de 1860. Estos contornos están en perfecta consonancia con el carácter generalmente romántico del primer plan de Berlage.
Otra influencia que conformó el trazado fue la aversión por el eje forzado y artificial, y por todo el sistema de calles en damero. Los sermones de Camillo Sitte habían hechoparecer que el remedio para esa apariencia tan triste era la vuelta a la ciudad medieval, consus patrones naturales de crecimiento.
El problema específico consistía en construir un barrio residencial para inquilinos de clase media y obrera; esencialmente era un problema de alojamiento. Pero ¿cómo podíanagruparse las viviendas sin convertirse en causa de molestias mutuas? La preocupación deBerlage por esa cuestión es evidente en cada línea de su obra; y con ello, el temor devolver a caer en las soluciones crueles y banales que dominaban la práctica habitual.
La incertidumbre que revela el plan
En realidad, una verdadera solución para esta dificultad era imposible en ese momento. Aunque la idea de la ciudad jardín se había anunciado unos cuantos años antes, tal vez Berlage no había tenido noticia de ella. En todo caso, era irrelevante para su tarea: él estaba proyectando un distrito que se suponía que iba a tener bastante densidad de población. En ese periodo de incertidumbre con respecto a la dirección que debería tomar el urbanismo, Berlage se replegó al sistema renacentista, en el que el eje de cada calleprincipal estaba dominado por algún edificio público destacado. Los edificios de viviendasque debían conferir carácter a cada sector quedaban reducidos, por tanto, a un mero telón
de fondo y los centros energéticos a los que enmarcaban (mercados, teatros, auditorios, etcétera) estaban colocados en un modo bastante arbitrario. Las viviendas formaban una espina dorsal artificial sobre la que se asentaba todo el proyecto, y el modo en que se establecen sus relaciones mutuas (mediante parches o eliminando edificios) sugería un rompecabezas. Por último, las propias residencias no estaban bien orientadas a lasnecesidades humanas; ni siquiera estaban bien relacionadas con el recorrido del sol. Este ejemplo puede servir para mostrar que en 1900 incluso las mentes más progresistas tendían a una monumentalidad artificial; o seudoartificial, pues se usaba paraocultar la incertidumbre y la perplejidad con que se abordaba la organización de una ciudad, incluso cuando se había dado carta blanca al urbanista.
El segundo plan, 1915
El segundo proyecto de Berlage para la región de Ámsterdam Sur, hecho en 1915, ofrecía únicamente un marco general para su urbanización. Esta vez el ayuntamiento pidió tan sólo un plan que abordase los aspectos generales de cualquier expansión posterior, sin especificar detalles de ejecución. Éstos debían completarse luego para satisfacer cualesquiera que fuesen las necesidades que pudiesen surgir. Berlage volvió a tener las manos libres en su trabajo, y el emplazamiento era una pradera despejada, cortada tan sólo por algunos pequeños canales de irrigación.
El plano original de Berlage para esta zona (un dibujo bellamente realizado) estaba colgado en las oficinas del Departamento de Obras Públicas de Ámsterdam. La primera impresión que produce es decisiva y deriva de la red de calles que aparecen en él. Esta red es tan predominante que tras su ojeada rápida podríamos suponer que el plan es para un centro comercial más que para un tranquilo barrio residencial que ocupa unos terrenos no urbanizados en las afueras de la ciudad. El rasgo más llamativo es laenorme Y formada por tres calles que vienen desde la orilla del río Amstel. La espina dorsal del trazado de 1915 es el bulevar de la Amstellaan, de una anchura inusitada para Holanda, que forma la base de la Y.
El distrito de Ámsterdam Sur, en especial alrededor de la Amstellaan, fue construido por la llamada Escuela de Amsterdam poco después de la I Guerra Mundial. Antes de su muerte prematura, el líder de este grupo, Michel de Klerk, tuvo un papel protagonista en la obra. Durante la década de 1920, este sector, con sus fachadas uniformes, fue el ejemplomás conocido de la posibilidad de crear una zona residencial que fuese atractiva y queestuviese bien adaptada a la vida humana.
La calle, humanizada
La Amstellaan no debe su inusitada anchura y los árboles y la vegetación plantados en el centro a ningún intento de control del tráfico; ni surgía - como el BoulevardRichard-Lenoir en París (1861 - 1863)- para cubrir un canal o cualquier otra fractura delterreno; su ajardinamiento era algo más que esa delicada pantalla para los pozos de luz ylos conductos de ventilación exigidos para mantener en funcionamiento el viejo canal quecorría bajo el Boulevard Richard-Lenoir. En este caso, la anchura y la vegetación estaban pensadas para crear un mejor espacio habitable, y proporcionar más aire y libertad a los residentes. Y las fachadas no se usan como las puertas de un armario, para ocultaruna maraña de casas embutidas en su interior. En la parte trasera de los edificios que dan ala Amstellaan hay unos patios espaciosos, plantados de césped y arbustos. Sin embargo,el plan de 1915 en su conjunto no estuvo precedido de una investigación suficiente sobrelos requisitos de la vivienda en la zona de Amsterdam Sur.
La oposición de Berlage a la ciudad jardín
Aunque hay dudas sobre si Berlage tenía noticias del movimiento de la ciudad jardín en 1902, lo cierto es que lo rechazó rotundamente en 1915. Entonces escribió que la manzana de viviendas era la única solución existente, mientras no se desarrollase un nuevo estilo arquitectónico que fuese capaz -como en épocas anteriores- de agrupar todas viviendas individuales. Las autoridades urbanísticas deberían regular las calles o partes de las calles en lugar de las viviendas singulares, de modo que la unidad de las calles incluyese las residencias que formaban parte de ellas. “La construcción de viviendas seestá convirtiendo en una labor de producción en serie. La construcción de manzanas debeusarse de nuevo, y con una extensión incluso mayor que antes, para ofrecer unasolución.”
La reacción de Berlage -no sólo en contra de los deprimentes frentes de la calles habituales en la época, sino también del ideal romántico de la ciudad jardín- resulta fácil de comprender. En sus planes para este distrito, Berlage proponía como remedios el empleo de una superficie unificada y una disposición serena y sin pretensiones. Éstas son precisamente las cualidades que encontramos en su edificios para la Bolsa. Pero al mismo tiempo, su posición histórica resulta del todo evidente. La exigencia de levantar callesenteras con frentes unificados suponía la reinstauración de la fachada neutra deHaussmann. En efecto, Berlage estaba tratando de recuperar un recurso histórico que yaestaba reconocido como bueno. Sin embargo, este intento dejó la atmósfera despejada para nuevos avances.
Las calles de todo el sector de Ámsterdam Sur son amplias y tienen generosas plantaciones de flores y árboles, tratadas con el gran esmero que los holandeses ponen en su jardinería. Este proyecto es mucho más humano y digno que el urbanismo espectral delas décadas anteriores. Pero este plan, al igual que la arquitectura de los años anteriores a 1900, aún no logró alcanzar una expresión genuinamente contemporánea basada en la nueva concepción de la vida; lo único que consiguió fue reformar las calles y reducir supredominio sobre el trazado global; siguen siendo calles flanqueadas por residencias, y esaclase de calle no es solución a los problemas de vivir en una gran ciudad. Esto no significa negar que el barrio posea una notable grandeza; nadie puede recorrer la región de Ámsterdam Sur sin apreciarlo. Y por esa época, en ningún otro lugar de Europa continental se combinaron con tanta elegancia la vegetación y las hileras uniformes de edificios.
Berlage mostró el coraje necesario para formular un sistema verdaderamente impresionante de calles y para concebir todo un distrito de la ciudad como una unidad. Las fachadas individualizadas desaparecieron y en su lugar lo ocuparon frentes de calle uniformes, tratados como superficies. Estos frentes, pese a su muy criticado tratamientomonumental en las esquinas de las calles nunca renuncian del todo a su efecto plano.
Cuando volvemos a observar la Amstellaan desde el punto de vista de los avances posteriores, sentimos que pertenece a la línea principal del urbanismo del siglo XIX: la calledomina el conjunto. Es más, la Amstellaan es representativa de todo el proyecto: hay reforma , pero no una nueva concepción.