Pág. 813-941. "La segunda posguerra en Europa"
2.- Continuidad y progreso en la edificación escandinava.
En cambio, en los países salidos de la guerra, este equilibrio está lejano. La tarea de los arquitectos está obstaculizada por muchos obstáculos previos: incertidumbre respecto a las tendencias políticas y sociales, insuficiencia de dinero y de medios técnicos, falta de fascinación de la arquitectura sueca, donde todos estos obstáculos aparecen agradablemente resueltos.
Dinamarca y Finlandia - contrariamente a Suecia - han padecido las destrucciones de la guerra, que deben remediar con un programa de emergencia. Pero la semejanza económico-social, el alto grado de preparación técnica y la influencia de los modelos suecos anulan, después de algunos años, las distintas condiciones de partida.
Copenhague tiene ya en 1947 un nuevo regulador, llamado «de los cinco dedos», porque encauza el desarrollo a lo largo de cinco directrices separadas hacia el interior del territorio. Helsinki obtiene, en 1946, la ampliación del territorio municipal (seis veces más grande) y, en 1949, convoca un concurso para la ordenación del núcleo central. Mientras tanto, una agencia privada, creada en 1951 por seis organizaciones sindicales y sociales (Asuntostátio) empieza la realización, en los alrededores de Helsinki, de la nueva ciudad de Tapiola, de tamaño limitado (15.000 habitantes) pero de una elevada calidad urbanística y de construcción. Después del éxito de esta realización, la misma agencia propone, en 1962, un plan regional (Ugimaa 2.010) que reordena toda la zona alrededor de la capital.
Dentro de este marco trabaja una nueva generación de arquitectos daneses - Nels (nacido en 1914) y Eva Koppel (nacida en1916), Jorn Utzon (nacido en 1918) - y los finlandeses - H. Siren (nacido en 1918) y Viljo Revell (1910-1964) - todos ellos activos en la construcción residencial, con resultados medianamente altos. Junto a ellos se sitúa - sin discordancia durante los primeros años - la obra de los maestros más famosos como Aalto y Jacobsen.
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Los ejemplos contemporáneos más próximos a las formas de los ecotopos son los que adoptan los proyectos de anillos verdes alrededor de las ciudades. No en vano se trata precisamente de un proceso de recuperación ambiental con la voluntad de rehacer las formas de dedos o de mosaico de los sistemas ecológicos. El antecedente de los anillos verdes es la propuesta del Green Belt en el plan para el Gran Londres (1944) de Leslie Patrick Abercrombie(1879-1957), inspirado en el sistema de coronas propuesto por Ebenezer Howard en su idea de ciudad jardín y en la propuesta de ciudad viva de Patrick Geddes. Este urbanismo de los ecotopos se manifestó también el plan para Copenhague (1947), con cinco dedos gigantes que definen la estructura de crecimiento controlado y la descentralización respetando el entorno paisajístico.
Actualmente están en proceso entre otros, los anillos verdes para Barcelona, para proteger e interconectar parques y reservas existentes; para Vitoria, que articula sus cuatro grandes parques (Zabalgana, Salburúa, Armentia y Olarizu); para Lille (Francia)y para las ciudades italianas de Turin, Roma y Milán. Se trata de reconstruir sistemas de grandes espacios naturales (parques naturales existentes y parques en proceso de creación) interconectados por corredores biológicos y ecológicos.
Págs.445-549 .“Un código virtual”
Además, como ya se ha observado, el nuevo empirismo se presentó como una propuesta completa, desde el arte aplicando el design, desde la decoración a la arquitectura y la urbanística. En este campo debe recordarse la adopción para Copenhague en 1951-1954 del llamado plano de los cinco dedos; el de Estocolmo, orientado por Markelius, de 1952; el de la región de Oslo, en curso de elaboración, en 1959. Todo esto no se justifica exclusivamente por el éxito de una tendencia del gusto, pero, por otra parte, no es casual la coincidencia con el arraigo del nuevo empirismo. Este representaba en síntesis, aparte de la favorable coyuntura política, económica y técnica de los escandinavos en general, y de los suecos en particular, una superación ≪incruenta≫ del racionalismo, basada en la sustitución de las normas rígidas y programáticas por el sentido común, de un espíritu de protesta por uno de adhesión y de integración, del rechazo de la historia por la utilización de motivos y de matices tradicionales y regionales. Esta modificación de la actitud sirvió para hacer más popular el proceso del Movimiento Moderno, más adecuado a los nuevos tiempos y aceptado sin reservas, hasta el punto de eliminar de sus productos toda carga destructiva y en la misma medida cualquier otra aportación positiva de la cultura contemporánea. Pero es indudable que con este profesionalismo opulento se han perdido también muchos valores esenciales en la evolución de la arquitectura moderna. No es accidental que, tras los años cincuenta, la arquitectura escandinava, más o menos neoempirista, se convierte en un fenómeno limitado a aquellas regiones afortunadas, con muy poca capacidad para incidir en la compleja problemática arquitectónica de los restantes países.