No poseía el ingenio, la profundidad tectónica, la refinada brillantez de los detalles que apreciamos en la obra de Schinkel. Pero en mayor medida que otros arquitectos de la primera mitad del siglo XIX, Leo von Klenze junto con K.F. Shinkel, creó la imagen del pueblo alemán a través de sus construcciones y sus planos. El tardío clasicismo romántico alemán, es quizás el más importante que se desarrolla en Europa, y Leo von Klenze tendrá gracias a sus obras un especial protagonismo. Considerado por su formación una autoridad en la arquitectura europea, es miembro de las más importantes academias, en unos tiempos de creciente eclecticismo. Los nuevos retos constructivos que proporciona la naciente industria, hace que tanto él como Schinkel rehuyan del simple funcionalismo, postulando por lo “histórico y poético” donde entendían se encontraba el alma de la arquitectura.