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MATISSE, Henri

  • Pintor
  •  
  • 1869 - Le Cateau-Cambrésis. Francia
  • 1954 - Niza. Francia

LAMBERT R.,  Introducción a la Historia del Arte. Universidad de Cambridge.Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 1985. 


Págs.17-19.“El siglo XX”.


Los fauvistas eran un pequeño grupo de pintores que trabajaban en parís a comienzos de siglo. Se les dio este nombre, que significa “animales salvajes”, cuando expusieron en el salón de 1905. El líder del grupo era Henri Matisse, y los demás miembros, entre ellos Derain, Vlaminck, Dufy y Braque, procedían de varios grupos distintos. Tenían en común el interés por un color brillante y puro. Matisse, convaleciente de una enfermedad, comenzó copiando impresos de colores. A partir de entonces se dedicó exclusivamente a estudiar pintura. Su primera obra, muy competente, estaba influida por Cñezanne, a quien admiraba mucho.


Cuando Matisse suspendio el examen de ingreso en la Escuela de Bellas Artes, Gustave Moreau, un profesor y pintor de gran imaginación, lo acogió en su estudio. Allí el joven Matisse estudió las composiciones de Rafael, los maestros holandeses y Poussin, así como la decoración ondulante de Moureau, basada en el "arabesco", las líneas curvas y entrelazadas de follaje en el arte islámico. Podemos seguir su proceso en los firmes y sensitivos dibujos que ejecutó hasta la misma década de 1950. Sin embargo, lo que por encima de todo le gustaba era el color, y lo utilizaba para dar placer y no sólo para describir algo...


...Hacia 1908 el fauvismo había alcanzado su punto álgido. Jóvenes artistas, a quienes quedaba toda una vida por delante, habían llevado este movimiento a su límite. Sin duda, Matisse era consciente de la obra de los vubistas, y su propia colección de arte primitivo había sido uno de los factores que estimularon el interés de aquellos por el arte antiguo; pero la exploración analítica de dichos artistas no se ajustaba a su temperamento, por lo que él continuó su propia trayectoria. Le impresionó enormemente la exposición islámica de Munich de 1910 y a continuación emprendió vije a Tánger. La combinación de orden y color del are oriental ejercieron una gran atracción sobre él; y de nuevo se sintió entusiasmado por la luz intensa y clara del norte de Africa, como le había sucedido anteriormente en el sur de Francia.


Después, en la década de 1950 (cuando la artritis de sus manos el impedía pintar), hizo unos recortables en los que llevó a cabo su tendencia primera a la simplificación e intensificación, para sugerir las cualidades esenciales de un tema. Recortaba el papel como un escultor talla directamente su obra. Mezclaba los colores, luego "dibujaba" sobre el papel coloreado utlizando las tijeras como un lápiz. El efecto era intenso e inmediato, a pesar de la simplicidad de medios. El caraclo es uno de estos recortables. el movimiento comienza en el centro y sigue en espiral hacia afuera. El ritmo de los movimientos parece a veces rápido, otras veces lento. El borde irregular forma parte de la espiral pero a la vez la contiene. Y matisse está de nuevo manipulando el color. El amarillo normalmente debería proyectarse hacia delante y el verde retroceder, pero aquí están superpuestos y desobedecen las formas. 


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FUSCO Renato de., Historia de la arquitectura Contemporánea. Ed. Celeste. Madrid,1992.


Págs.205-261.“La vanguardia figurativa” 


El fauvismo. El fauvismo, que surge sin un programa preciso de la confluencia del gusto de algunos pintores que expusieron en el Salón de Otoño de 1905, fue un movimiento cuyo objetivo era lingüísticamente la síntesis forma color. En las obras de estos artistas estaban proscritos el dibujo y los trazados lineales, resultando la imagen de la yuxtaposición violenta de zonas de colores primarios. No pretendían ya la representación de los objetos inmersos en la luz solar, sino la de las imágenes más libres que resultaban de la superposición de colores equivalente a dicha luz. Algunos pintores fueron fauves durante toda su vida (Matisse, Derain, Dufy), otros se adhirieron al movimiento sólo por tiempo limitado, como Rouault y Braque. Este hecho, junto con la doble componente del fauvismo, por un lado un exacerbado sentido formal y «decorativo» y por otro la tendencia a la «deformación» morfológico-colorista, convirtieron esta corriente, por así decirlo, en la célula madre de otros dos movimientos importantes, el expresionismo y el cubismo, que tendrán respectivamente en Rouault y Braque dos de sus mejores exponentes.


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CURTIS William. J.  La arquitectura moderna desde 1900. Edit. Phaidon. Hong Kong, 2006. 


Págs. 149-159.“El cubismo, de Stijl y las nuevas concepciones del espacio” 


En sus “Notas de un pintor” de 1908, Henri Matisse señalaba que “una obra de arte debe llevar en sí misma una significación completa e imponerla al observador incluso antes de que éste pueda identificar el tema” y que la naturaleza no debía copiarse, sino interpretarse y someterse “al espíritu del cuadro” dando así como resultado “una armonía no muy distinta a la de una composición musical”. Incluso un defensor del clasicismo como Geoffrey Scott, en la Arquitectura del Humanismo 1914, llegó a escribir: “La arquitectura percibida simple y directamente en una combinación de masas, espacios y líneas”.


págs.685-689."Conclusión: modernidad, tradición y autenticidad"


Pese a las ruidosas proclamas de los ‘posmodernos’ a comienzos de los años 1980 sobre el fin de una era, sus vocabularios reales suponían poco más que pegar piezas preexistentes de arquitectura moderna, con aplicaciones aquí y allá de un historicismo epidérmico. Esto difícilmente constituía una crítica fundamental; era más bien un cambio de vestimenta. Por el contrario, las creaciones de los maestros, de Le Corbusier y Wright en particular, alteraron la propia anatomía espacial del diseño y supusieron una reorganización fundamental de las estructuras profundas (por decirlo así) de la disciplina misma. Al igual que Picasso, Braque, Matisse y Kandinsky habían hecho en la pintura, estos maestros pusieron a punto nuevos lenguajes expresivos de gran alcance y aplicabilidad con los cuales otros arquitectos, ya fuesen tímidos o intensamente inteligentes, pudieron construir. La producción mundial del último cuarto de siglo tiende a confirmarlo. Existen terminales de aeropuertos en zonas remotas de África que no tendrían su apariencia actual sin los prototipos de Mies van der Rohe, y edificios recientes de elevada intensidad poética que se apoyan en los conceptos espaciales inherentes al esqueleto Dom-ino de hace casi un siglo. Para bien o para mal, el movimiento moderno se ha convertido en la tradición dominante de nuestro tiempo.


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COLQUHOUN Alan.,La arquitectura moderna. Una historia desapasionada. Gustavo Gili.Barcelona. 2005.


Págs. 87- 107."Expresionismo y futurismo” 


En torno a 1910, las artes visuales alcanzaron un nuevo nivel de abstracción, profundizando en el rechazo del concepto de arte como imitación mucho más de lo que habían hecho hasta entonces.  Estas nuevas corrientes tuvieron su origen en la pintura francesa posimpresionista y fauvista, y rápidamente se extendieron por otros países europeosadoptando la forma de expresionismo en Alemania y del futurismo en Italia. En Francia, los movimientos artísticos progresistas y las instituciones artísticas conservadoras fueron en buena media capaces de coexistir, pero cuando los nuevos experimentos formales, se extendieron por Alemania e Italia, llegaron a asociarse a movimientos que eran diametralmente opuestos al estamento académico dirigente. En consecuencia, las vanguardias arquitectónicas se fueron incorporando cada vez más a la esfera de las artes visuales y se fueron alejando de una tradición específicamente tectónica.


Tanto el expresionismo alemán como el futurismo italiano comenzaron como movimientos en las artes visuales y la literatura, aunque pronto atrajeron a algunos arquitectos insatisfechos tanto con el moribundo Jugendstil como con una alternativa neoclásica. Los expresionistas y los futuristas mantuvieron un estrecho contacto entre sí; diversos manifiestos futuristas se publicaron en la revista expresionista Der Sturm y en 1912 los propios artistas futuristas expusieron su trabajo en la galería del mismo nombre. Pero aunque sus raíces artísticas eran idénticas,  estos dos movimientos diferían en al menos un aspecto crucial: mientras que los expresionistas se debatían entre una visión utópica de la tecnología moderna y una nostalgia romántica del Volk (el pueblo, la nación), los futuristas rechazaban totalmente la tradición y veían en la tecnología el fundamento para un nueva cultura de masas.


La palabra expersionismo  se acuñó originalmente en Francia en 1901 para describir las pinturas del círculo de artistas en torno a Henri Matissequienes modificaban sus representaciones de la naturaleza según su propia visión subjetivaPero la palabra no se incorporó al discurso critico internacional hasta 1911, cuando fue adoptada por los críticos alemanes para referirse al arte moderno en general y luego, casi inmediatamente después, a una variante específica alemana.


 


 


 

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