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George STEPHENSON

STEPHENSON, George

  • Ingeniero mecánico
  •  
  • 1781 - Wylan. Reino Unido
  • 1848 - Tapton Hause. Reino Unido

FRAMPTON Kenneth., Historia crítica de la  Arquitectura Moderna. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.  


Págs. 29-40.“Transformaciones técnicas: ingeniería estructural, 1775-1939”


Desde los tiempos de la viga de Boulton y Watt, de hierro colado y 33 cm  utilizada en su tractoría Salford, de Manchester, en 1809, se efectuó un esfuerzo continuado para mejorar la capacidad de luz de puente en las vigas y railes tanto de hierro colado como de hierro forjado.  La sección típica del raíl evolucionó durante las primeras décadas del siglo y de esta sección surgió evidentemente la viga estructural estándar de cocción I. El rail de hierro colado de Jessep, de 1789, dio paso al rail de sección T y hierro forjado de Birkenshaw en 1820, y éste condujo a su vez al primer rail americano, laminado en Gales en 1831, con una sección en forma de I más ancha en la base que en la parte superior. Esta forma fue adoptada gradualmente para la vía permanente, pero su uso estructural general no se produjo hasta después de 1854, cuando se laminaron con éxito versiones más pesadas y con mayor capacidad de luz. Entre tanto, los ingenieros probaron, varios sistemas para aumentar dicha capacidad del material construyendo miembros más profundos a partir de los ángulos y planchas de hierro forjado de tipo estándar que se empleaban en la construcción naval. Al parecer, Fairbaim constuyó ya y probó estas vigas I compuestas, en fecha tan temprana como 1839. 


Estos intentos ingeniosos para producir elementos capaces de asegurar una amplia luz, mediante el esfuerzo o montaje de componentes de hierro quedó más o menos eclipsado e mediados del siglo por el satisfactorio laminado de una viga de hierro forjado de 17.8 cm de grosor. El libro de Fairbairn On the Application of Cast and Wrought Iron to Building Purposes (1854), presenta un sistema mejorado de construcción fabril, consistente en vigas de hierro laminado de 40,6 cm de grosor que soportaban bóvedas aplanadas hechas con plancha de hierro, cubierto todo ello por hormigón. Puesto que las varillas de sujeción  en hierro forjado, todavía utilizadas para estabilizar la estructura, quedaban enterradas en el piso de cemento, esta propuesta acercó fortuitamente a Fairbain a los principios del hormigón armado.


En un aspecto similar, se erigió un notable edificio de cuatro plantas con estructura de hierro fundido, y forjado, en los astilleros de Sheermess. Este gran cobertizo, revestido con plancha de hierro ondulado, fue diseñado por el coronel Greene y construido en 1860, unos doce años antes de ser erigida la fábrica pionera de chocolate Menier, con su estructura totalmente metálica, por Jules Saulniers, en Noisiel-sur-Marne. En su uso sistemático de secciones I (de hierro fundido en el caso de las columnas y formado en el caso de las vigas), el astillero de Sheerness se anticipó tanto a la sección estándar como el metodo de montaje de la moderna construcción con estructura de acero.


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FUSCO Renato de .,  Historia de la arquitectura Contemporánea. Ed. Celeste. Madrid,1992.


Págs.11-64.“El Eclecticismo Historicista” 


El coste de tales instalaciones, como se ha dicho, y su organización centralizada, son el orígen de la formación de la nueva clase empresarial. La demanda del mercado aumentaba por el mayor nivel de vida de los habitantes y por el perfeccionamiento de muchos productos debido a las nuevas máquinas, que permitía, sobre todo, introducir en el mercado gran cantidad de bienes a un precio tan bajo que era accesible a la mayoría de los compradores. Se establece así la lógica del trabajo industrial; aumentar la producción, reducir los precios pará producir más en un tiempo cada vez menor. Mientras tanto, el nuevo y acelerado ritmo productivo y la necesidad de incrementar el intercambio y los transportes exigieron la renovación de la totalidad de la red de comunicaciones del país. Se abrieron nuevas carreteras, se habilitaron canales navegables y se aceleró el proceso del transporte sobre ruedas, primero en madera, después en hierro, hasta que con la locomotora de George Stephenson de 1829 tuvo lugar el nacimiento del ferrocarril.


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BENEVOLO, L., Historia de la arquitectura moderna. Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.


Págs.. 61-84.“ La época de la reorganización y los orígenes de la urbanística moderna (1983-1850)” 


Pero la necesidad de una reglamentación unitaria del espacio en que se mueve la sociedad industrial viene además demostrada, de la forma más convincente, por las posteriores realizaciones de la propia industria, y sobre todo por un hecho que, a su vez, caracteriza netamente la época de la reorganización: la creación de una red ferroviaria (figs. 55-58).


 En 1825, en Inglaterra, el primer ferrocarril es abierto al público, y en 1829 corre en Rockill la primera locomotora de Stephenson; a continuación, el ferrocarril hace su aparición en Francia y en los Estados Unidos (1830), en Bélgica y Alemania (1835), en Rusia (1838), en Italia y Holanda (1839) y, rápidamente, se extiende una tupida red sobre el territorio de los Estados europeos.


 El ferrocarril es un dispositivo que, técnicamente, acarrea bastantes servidumbres; aún tratándose de la iniciativa privada es necesario un acuerdo preliminar en lo tocante a ciertas características fundamentales -por ejemplo, el ancho de vía, que Stephenson fijó en cuatro pies y ocho pulgadas y media— y las autoridades deben preocuparse por reglamentar las poblaciones urbanas y rurales; allí donde el Estado promueve directamente este servicio -como en Francia e Italia— las autoridades tienen a su alcance un nuevo, potentísimo medio de intervención para modificar la ordenación del territorio, y están obligadas a revisar, de modo cada vez menos liberal, las leyes sobre la expropiación, para poder procurarse en condiciones favorables, los terrenos necesarios para la construcción ferroviaria.


 De este modo, por caminos distintos, madura la exigencia de una coordinación de las iniciativas de edificación en la ciudad industrial. Podemos decir que los métodos de la urbanística moderna arrancan de estos dos hechos: de las servidumbres impuestas por las nuevas realizaciones técnicas -el ferrocarril primordialmente- y de los servicios invocados por los higienistas para remediar las deficiencias sanitarias de las instalaciones paleo industriales.


 

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