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 FRAMPTON Kenneth., Historia crítica de la  Arquitectura Moderna. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.  


Págs. 20-28.“Transformaciones territoriales: evolución urbana, 1800-1909”


Propio de la clase terrateniente, este concepto de la casa de campo neoclásica colocada en un paisaje irregular (una imagen derivada de las obras pintoresquistas de Capabitity Brown y Uvedale Price) fue así aplicado por Nash a la creación de residencias en hilera situadas en el perímetro de un parque urbano. Sir Joseph Paxton fue el primero en adaptar sistemáticamente este modelo para su uso general en Birkenhead Park, construido a las afueras de Liverpool en 1844. El Central Park, de Frederick Law Olmsted, en Nueva York, inaugurado en 1857, estaba directamente influido por el ejemplo de Paxton, incluso en cuanto a la separación del tráfico de vehículos y de peatones. La idea alcanzó su concreción final en los parques parisinos creados por Jean-Charles-Adolphe Alphand, en los que el sistema de circulación dictaba de forma absoluta la manera en que debía usarse el parque. Con Alphand el parque se convierte en una influencia civilizadora para las masas recién urbanizadas.


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BENEVOLO Leonardo., Historia de la arquitectura moderna. Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.


Págs.85-124. “El primer modelo de ciudad en la época industrial: Haussmann y el Plan de Paris (1850-1870)”.


Al otro lado de la ciudad, en la confluencia con el Mame, se organiza el Bois de Vincennes, destinado a los barrios del Este, para demostrar cómo el emperador se ocupa de las clases populares. Al Norte y al Sur, justo dentro de las murallas, se crean dos jardines menores, los Buttes-Chaumont y el Parc Montsouris.


Para estos trabajos, Haussmann cuenta con un colaborador de primer orden: Alphand. En sus memorias habla con evidente placer de los trabajos de jardinería, y hoy esta parte de su obra aparece quizá como el título más válido de su fama.


Págs. 125-154.“Ingeniería y arquitectura en la segunda mitad del siglo XIX (1870.1890)”


Sabido es que un grupo de artistas y escritores protesta públicamente por la construcción en hierro de la torre (Torre Eiffel)  con una carta abierta a Alphand, comisario de la Exposición.


“Nosotros, escritores, pintores, escultores, arquitectos, apasionados amantes de la belleza de París, hasta ahora intacta, protestamos enérgicamente en nombre del gusto francés, con el cual no se ha contado, contra la erección, en pleno corazón de nuestra capital, de la inútil y monstruosa Torre Eiffel, que el público maligno, inspirado a menudo por el sentido común y el espíritu de justicia, ha bautizado ya con el nombre de Torre de Babel. ¿Seguirá asociándose la ciudad de París a la imaginación barroca y mercantil de una construcción (o de un constructor) de máquinas, para ensuciarse irremediablemente y deshonrarse? Porque la Torre Eiffel, que no desearía para sí ni siquiera la comercial América, es la deshonra de París, no lo dudéis. Es necesario para poderse dar cuenta de lo que se nos prepara, figurarse por un instante una torre vertiginosa y ridícula que domine París, como una gigantesca y oscura chimenea de fábrica; todos nuestros monumentos humillados, todas nuestras arquitecturas disminuidas hasta desaparecer en este sueño estupefaciente. Y, durante veinte años, veremos prolongarse como una mancha de tinta la odiosa sombra de la odiosa columna de hierro remachado. A usted, señor y querido compatriota, a usted, que ama tanto París que la ha embellecido, pertenece el honor de defenderla una vez más. Y si nuestro grito de alarma no es oído, si nuestros razonamientos no son escuchados, si París continúa con la idea de deshonrar París, usted y nosotros, por lo menos, habremos hecho oír una protesta honrada.”

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