Págs. 621-669. ”Formación del Movimiento Moderno en Europa entre las dos guerras. Los progresos de la arquitectura europea entre 1930 y 1940”
4.- Los países escandinavos
El Movimiento Moderno llega a los países escandinavos hacia 1930, sin tropezar con obstáculos tan fuertes como en otros lugares; inmediatamente después se efectúa aquí, con notable antelación sobre el resto de Europa, una revisión y una ampliación del repertorio internacional, incluyendo en él una parte de los valores heredados de la tradición. Puesto que estas experiencias tuvieron luego una amplia influencia en los demás países, nos parece importante reconstruir las causas que han impulsado por este camino a la arquitectura escandinava.
En estos países donde la arquitectura culta ha llegado siempre desde el exterior, sobreponiéndose a una tradición humilde y popular, el paso desde el clasicismo al neoclasicismo no es tan marcado como en otros lugares, y los revivals ochocentistas son vividos como un compromiso más sincero.
Así se explica la elevada calidad de la arquitectura neoclásica de G. F. Hetsch y G. Bindesboll en Dinamarca, de J. L. Desprez en Suecia, de C. L. Engel en Finlandia y de C. Grosh en Noruega, durante la primera mitad del siglo XIX, la falta de ímpetu en la discusión entre clasicismo y medievalismo, y la vitalidad del eclecticismo hasta la época de la primera guerra mundial y más adelante.
El movimiento del art nouveau pasa sin dejar huellas profundas, o bien es acogido como un aliciente para buscar formas menos habituales, como demuestra el movimiento neobarroco danés y la primera parte de la actividad de Saarinen en Finlandia. En la posguerra, la aspiración general a la regularidad favorece una arquitectura disciplinada, inspirada en los estilos históricos, transfigurados por un persistente y conmovido espíritu romántico: es la arquitectura de R. Ostberg y de I. Tengbom, en Suecia, de C. Petersen, en Dinamarca, de M. Poulsson, en Noruega y de J. S. Sirén, en Finlandia.
De este tardío eclecticismo se pasa, casi de golpe, al Movimiento Moderno, a veces por obra de los mismos arquitectos, como Asplund en Suecia. Persico escribe: «En este clima olímpico, el racionalismo, funkis, como dicen en Suecia, no es una tendencia polémica o un dogma nuevo, sino la constante aspiración de todo un pueblo a la belleza ideal, casi a la belleza intelectual”.