Págs. 547- 565.“ Extensión y crítica en la década de 1960”
En Italia el pasado nunca se había desterrado del todo, por supuesto, pero el 'milagro económico' de la posguerra se logró a expensas de un alto coste tanto para la ciudad como para el campo. La excesiva retórica tecnológica de la devaluada arquitectura moderna seguía encontrando resistencia en varios ámbitos: la imprecisa 'arquitectura orgánica' defendida por el historiador y crítico Bruno Zevi; un extravagante formalismo (en manos de arquitectos como Paolo Portoghesi) ; una crítica social de izquierdas en los escritos históricos de Leonardo Benevolo y en los textos neomarxistas de Manfredo Tafuri; y una continuación casi inconsciente de algunos de los impulsos del racionalismo italiano que implicaban una fusión de la disciplina abstracta y clasicista con los medios constructivos modernos. Como se ha mencionado anteriormente, el problema de relacionar los edificios nuevos con su contexto urbano ya se había debatido mucho en la década de 1950, Ernesto Rogers seguía manifestando su interés por la tradición en sus editoriales de la revista Casabella. Estos fueron también los años en los que el historiador Giulio Carlo Argan publicó sus ideas sobre 'tipología': unas ideas que serían de considerable interés para arquitectos más jóvenes como Giorgio Grassi y Aldo Rossi, como puede apreciarse en el libro de este último, La arquitectura de la ciudad, publicado en 1966.
Págs.617-633 En el siglo XX, el clasicismo fluye como una corriente subterránea que a veces sale a la superficie tal y como es, y a veces se mezcla con las tendencias de la arquitectura moderna. En Italia y Alemania en los años de posguerra, y en España en el periodo inmediatamente posterior a Franco, la referencia directa a las formas clásicas era prácticamente impensable porque podía recordar los regímenes dictatoriales anteriores. Aun así, eran países con un marcado sustrato de recuerdos clásicos que podían integrarse en las superestructuras de la arquitectura moderna. Los neorracionalistas italianos (en particular Aldo Rossi y Giorgio Grassi) eran una muestra de este proceso. Para ellos la clave del pasado residía en la transformación de los tipos básicos y en destilación del significado en formas primarias. Su enfoque se apoyaba en una vena de valores clásicos que recorría la arquitectura moderna anterior, y en ciertas consonancias con esquemas de orden clásico; Le Corbusier y Ledoux, Terragni y Palladio, Khan y Schinkel: todos figuraban en su panteón. Había un interés teórico en los posibles orígenes ‘naturales’ y vernáculos del clasicismo y en unos valores metafísicos que supuestamente trascendían el tiempo....
... Aunque la intención de la generación del Team X era 'humanizar' la tecnología, los resultados arquitectónicos reales estaban expuestos a la crítica de que eran demasiado abstractos: que eso del hombre en la calle y las manipulaciones de la estructura y la planta eran simplemente una versión más compleja de un modo de construir moderno y básicamente alienante. La crítica de izquierdas a la arquitectura moderna alcanzó su punto culminante a finales de los años 1960, con la acusación de que la planificación urbana era simplemente el disfraz de un alarmante neocapitalismo, de que se había convertido, de hecho, en un instrumento para manipular a los pobres. Se suponía que la respuesta radicaba en consultar a los usuarios, en añadir toques neovernáculos o en transformar todo el sistema social. O bien debía consistir en reconsiderar el 'texto' de la ciudad tradicional con todos sus significados latentes. Los escritos de teóricos urbanos como Kevin Lynch (La imagen de la ciudad, 1960) se aducían para apoyar una cartografía de la forma urbana en función de 'hitos' y 'bordes'. Más desafiantes para la mitología progresista de la ciudad tecnológica (y para la ruptura y la fragmentación que parecían caracterizar la realidad) eran los escritos de Aldo Rossi (por ejemplo, el libro ya mencionado La arquitectura de la ciudad, 1966), que hablaba sin reparos de la 'memoria' y el 'monumento', abordaba la significación social de las calles y plazas tradicionales, y abogaba por la transformación de los antiguos tipos históricos. En una época en la que estaban en boga las 'megaestructuras' de ciencia ficción como las de los metabolistas japoneses o del grupo británico Archigram, estos recordatorios de la continuidad urbana eran inquietantemente razonables.
A finales de los años 1960, una visión total de la ciudad parecía menos y menos defendible, y la idea misma de una planificación total se ponía cada vez más en tela de juicio. La 'megaestructura' representaba el último intento de empaquetar la complejidad de la ciudad en una forma arquitectónica controlable, y llevaba la componente tecnológica de la arquitectura a una tremenda exageración de la estructura, los tubos y las jácenas, unos gestos grandiosos que se iban volviendo cada vez más excesivos y vacuos. Gradualmente, la ciudad histórica volvía a examinarse en busca de sus estructuras y patrones subyacentes, sus continuidades y convenciones. La ciudad vieja había tenido que adaptarse a lo nuevo, a menudo con resultados desastrosos; pero ahora se pedía que lo nuevo se adaptase a lo viejo. En las mentes de una generación incipiente molesta por el alto precio pagado por el 'progreso económico', el paradigma deseable llegó a ser la ciudad de los espacios, en vez de la ciudad de los objetos. El bloque aislado se veía reemplazado en sus intereses por la manzana cerrada con patio y fachada urbana. A esa herencia moderna de las formas idealizadas se le pedía que obedeciese las reglas tradicionales de la conducta urbana. Tal vez la creciente reacción en contra de la remodelación urbana revelaba un dilema mayor, surgido de la colisión entre una tecnología moderna despersonalizada y la necesidad de pertenencia e identidad. En cualquier caso, a finales de los años 1960, en los escritos críticos relativos a la ciudad, el 'lugar' había sido entronizado como una palabra mágica..
... Pág.589-613.“ El pluralismo de los años 1970”
Pero aunque existía todo ese escepticismo verbal sobre las doctrinas de la ‘arquitectura moderna’ -o de lo que se pensaba que habían sido esas doctrinas-, el rechazo en bloque de algún aspecto con frecuencia iba acompañado de la continuación inconsciente de otro. En algunos casos (por ejemplo, los proyectos de los New York Five o los del neorracionalista italiano Aldo Rossi), había realmente un salto hacia atrás, una revisión de las formas anteriores....
... El libro publicado por Rossi en 1966, L´architettura della città, había intentado argumentar en favor de un conjunto de arquetipos urbanos, basados en trazados ‘básicos’, que se consideraba que habían existido antes del caos de la industrialización. Su idea era que se debía trascender el funcionalismo mediante una modalidad analógica de proyecto que combinase los tipos anteriores con las necesidades del presente en un lenguaje de geometría simples. La teoría de los tipos urbanos formulada por Rossi recordaban las reflexiones anteriores de Terragni sobre los comienzos antiguos de la arquitectura, y no cabe la menor duda de que el estilo de Rossi, con sus inexpresivas hileras de ventanas perforadas en sencillas superficies blancas, estaba muy en deuda con los prototipos del racionalismo italiano de los años 1930.
Así pues, no resultó del todo engañoso que se acuñase el término ‘neorracionalista’ para describir la obra de Rossi y su movimiento llamado ‘Tendenza’. Las formas desnudas de los años 1930 fueron despojados de sus connotaciones fascistas y se les dio un carácter casi nostálgico. La sensibilidad neorracionalista se deleitaba en la composición axial y en la reducción a las geometrías más primarias.
Los evocadores dibujos de Rossi -de cabinas de playa, faros, graneros y construcciones vernáculas del valle del río Po- indicaban un compromiso nostálgico con el pasado del norte de Italia, e incluso un clasicismo latente.
Dejó escrito:<< la relaciones entre la geometría y la historia, esto es, la aplicación histórica de las formas, es un rasgo constante de la arquitectura.>> la influencia de Rossi fue considerable, especialmente en España y en la región del Ticino al sur de Suiza (Por ejemplo, Mario Botta), Y a principios de los años 1970 surgió un ambiente de rechazo a la aridez tecnológica de gran parte del diseño moderno.
Las ideas de Rossi se popularizaron también en los Estados Unidos, donde su trasfondo clásico se vinculaba de un modo bastante intencionado a las obsesiones italianófilas relativas a Terragni y Palladio.
La insistencia de Rossi en << el lugar, el monumento y el tipo>> resultó oportuno: llegó cuando otros cuantos arquitectos estaban reconsiderando los modos tradicionales de organizar el espacio urbano.
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Pág.284-316...Neovanguardismo "Pese a los seguidores norteamericanos que tuvo Aldo Rossi , el neorracionalismo no ejerció mucha influencia en la evolución de la arquitectura en los Estados Unidos . En parte esto puede atribuirse a su falta de relevancia para la ciudad norteamericana , que en ningún caso tiene la misma complejidad tipológica y morfológica que la ciudad tradicional europea . La tesis de la Tendenza sobre la 'continuidad del monumento' no podía tener mucha credibilidad en una sociedad en la que el propio contexto urbano era tan inestable. Por otro lado, en la segunda mitad de los años sesenta se hizo un intento de desarrollar una producción teórica y artística tan rigurosa como la lograda por la vanguardia europea antes de la guerra . Este esfuerzo cristalizó en torno a la obra de los llamados 'Five Architects' , un grupo de cinco arquitectos radicados en Nueva York y unidos por lazos poco rígidos bajo la dirección de Peter Eisenman"...
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Págs.445-549. “Un código virtual”
Otra forma distinta de historicismo en la arquitectura contemporánea es la que, en diversas maneras, recoge la línea clasicista latente, asociada constantemente, por otra parte, a la componente racional de la arquitectura, excepto en las épocas en que ésta ha sufrido el mayor influjo de la vanguardia. Ya es clasicista Asplund en el crematorio del cementerio sur de Estocolmo, de fecha tan temprana como 1935; y Mies van der Rohe, en el Crow Hall, del ITT, de 1956; en la galería de arte de la Postdamerstrasse, de Berlín, de 1968; en el proyecto para el Convention Hall, de Chicago, y quizá en el propio Seagram Building, de Nueva York; Walter Gropius. en una de sus mejores y últimas obras, la embajada de los Estados Unidos en Atenas, de 1961; Arne Jacobsen. en el rascacielos de la SAS, en Copenhague, de 1961; Philip Johnson, en casi todas sus obras; Kevin Roche, en el Knights Columbus Hall, de New Haven; Louis Kahn, en la mayoría de sus obras, puro con carácter completamente personal, como también es su generis el clasicismo de algunos jóvenes arquitectos Italianos dirigidos por Aldo Rossi. En el mismo ámbito del clasicismo, más por razones estático-morfológicas y de construcción modular que por intenciones arquitectónicas, deben incluirse también las obras de los grandes estructuralistas, de Nervi a Torroja, y, con diferentes implicaciones, de Wachsmann a Fuller.
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págs.59-88. “ El racionalismo como método de proyectación: progreso y crisis”
De la misma manera que el pensamiento posmoderno -expresado, por ejemplo, por Jean-François Lyotard- se basa en una crítica a las interpretaciones racionalistas dominantes, en la mayoría de obras de los arquitectos representativos de las últimas décadas predominan actitudes antirracionalistas y antifuncionalistas. Aldo Rossi y Robert Venturi, los dos máximos tratadistas de las últimas décadas, rechazan el esquematismo racionalista y reclaman la complejidad de la realidad, de la tradición arquitectónica y de la estructura de la ciudad....
...La tesis básica de La arquitectura de la ciudad (1966) de Aldo Rossi es la de interpretar la ciudad como fenómeno cultural, humano, económico y geográfico de una extrema complejidad. Además, Rossi plantea una crítica explícita al “unifornalismo ingenuo” en general (rebatiendo las concepciones de Bronislav Malinowsky) y, en general, desmontando el prejuicio de que la función precede a la forma, negando que la función sea legitimadora del discurso espacial. La realidad demuestra lo contrario: la definición formal es predominante en la arquitectura y potencia el cambio de usos; es la función la que sigue a la forma. El libro, en definitiva, es un alegato contra la pretensión de una interpretación exclusivamente racionalista y cuantitativa de la complejidad urbana...
págs.115-140. “Tipo y estructura. Eclosión y crisis del concepto de tipología arquitectónica”
Posiblemente, este artificio historiográfico utilizado por la crítica y la teoría arquitectónica del movimiento moderno, desde Edoardo Persico a Giedion, desde el Esprit Nouveau de Le Corbusier hasta AC. Documentos de Actividad Contemporánea del GATEPAC, haya perdido validez. Las crisis que se han evidenciado en las últimas décadas, con el hundimiento de los modelos ideales de sociedad y con el reconocimiento del pluralismo, el relativismo y un multiculturalismo abierto, se ha ido diluyendo el potencial instrumental del concepto de tipo-ideal y su validez universal.
Ciertamente, se constata que las interpretaciones de los coleccionistas de tipos -desde J.N.L. Durand hasta Nikolaus Pevsner- con su esfuerzo para ordenar un número infinito de ejemplos dentro de catálogos y repertorios, son inoperantes en la actualidad. El predominio de la forma sobre la función, los cambios de uso al reutilizar edificios antiguos o el campo abierto por experimentos en que las tipologías convencionales se diluyen, han transformado totalmente el orden tipológico. Fijémonos en que los autores más destacados de las diversas metodologías predominantes no han tendido a realizar obras modélicas, sino que han trazado un itinerario. Desde Aldo Rossi, Robert Venturi, James Stirling, Hans Hollein hasta Álvaro Siza, Rem Koolhaas o Jean Nouvel, sus obras son piezas que aceptan su condición fragmentaria dentro de un cierto método y de una cierta trayectoria, y no han pretendido, ni conseguido, convenirse en hitos indiscutibles, en tipos ideales....
...Estructura es otro de los conceptos básicos de la arquitectura -en su sentido más material de soporte constructivo y en su sentido más conceptual de ley formal básica-, que pertenece al amplio campo de la filosofía y del pensamiento científico, especialmente matemático. Una de las aplicaciones del concepto de estructura es el gestaltismo o psicología de la estructura y de la forma.
El estructuralismo de la segunda mitad del presente siglo se ha basado en la búsqueda de las leyes profundas que existen debajo de las apariencias superficiales del lenguaje, la sociedad o el arte. Claude Lévi-Strauss señaló que "dentro de la diversidad desconcertante de los hechos que se ofrecen a la observación empírica pueden encontrarse algunas propiedades invariantes diferentemente combinadas". Del mismo modo que el estructuralismo considera que bajo gran número de variaciones superficiales hay una cantidad limitada de estructuras profundas, Aldo Rossi y Giorgio Grassi han hablado de un repertorio limitado de tipologías arquitectónicas.
De esta manera, el concepto de estructura abre un amplio juego de relaciones dentro de la arquitectura. Puede entenderse como estructura constructiva -con la gran diferencia existente entre estructura muraria y estructura porticada- o como estructura espacial. Un primer juego de relaciones, por lo tanto, se establece entre estructura constructiva y estructura espacial. Otro, entre la estructura constructiva y el sistema compositivo: cómo confluye en las fachadas la contradicción entre la deseada isotropía de los edificios y la anisotropía de las estructuras porticadas.
págs.141-158.“Modernidad, vanguardias y neovanguardias”
En este sentido, la interpretación que algunos autores han hecho de Aldo Rossi y Robert Venturi dentro de las neovanguardias arquitectónicas es errónea, ya que lo que en ellos predomina es la voluntad de recuperación de la tradición, la insistencia en la permanencia de las formas, la recreación de las convenciones, en definitiva, el enfrentamiento abierto con el ansia insaciable de novedad y originalidad por parte de las vanguardias.
Como complemento a la búsqueda de la originalidad y novedad el dogma genera otro fenómeno: la hostilidad con el público. Esta voluntad de ruptura lleva a despreciar los códigos y convenciones establecidas en el mundo del arte y la arquitectura, y esto se ha convertido en el principal obstáculo para el enraizamiento de las vanguardias de la sociedad. Con el fáustico culto a la originalidad y con el uso de una metáfora militar al avance y conquista, hoy en día poco simpática, las vanguardias comportan generalmente una actitud de hostigamiento al espectador, que se traduce en un elitismo social que convierte la obra en exclusiva y difícil. Y al romper con los códigos establecidos se elimina su posibilidad de comunicación. Precisamente los planteamientos de Aldo Rossi y Robert Venturi arrancan de la voluntad anti-vanguardista de reconstruir este puente comunicativo entre la arquitectura y la colectividad a partir de la memoria (Rossi) y de los lenguajes convencionales (Venturi).
Págs 181-206..... (Dentro de un lenguaje de diversidad del minimalismo, podemos destacar la categoría del predominio de la forma estructural)… En la obra de autores que fueron considerados en su inicio neorracionalistas, como Aldo Rossi y Giorgio Grassi, y que muy pronto Manfredo Tafuri calificó con precisión como la “crítica tipológica”, este predominio de la forma estructural sintoniza con la premisa miesiana. Aldo Rossi, en un primer momento influenciado por el purismo suizo, y Giorgio Grassi, en un primer momento influenciado por el purismo protorracionalista alemán y holandés, han insistido en la tipología como estructura igual a su forma, fundadora de la imagen y la realidad arquitectónica (influida la realidad emocional). Más tarde, Aldo Rossi, a pesar de la fidelidad al minimalismo tipológico, correrá la aventura del mecanismo de la analogía, mientras en los proyectos y obras de Giorgio Grassi y Antonio Monestiroli, el tipologismo tiene un desarrollo más intenso.
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Págs.. 90-115. “Universos de la realidad y del tiempo”
... (Con relación a la Quinta de la Malagueira de Alvaro Siza)... En definitiva, una solución de síntesis que se consigue reconociendo la realidad, que acepta y suma en lugar de rechazar, eliminar, excluir o dividir. Con esto se corrobora cómo la arquitectura portuguesa de las décadas de 1950 y 1960 se inspiró en las obras y teorías de arquitectos italianos como Ernesto Nathan Rogers o Ludovico Quaroni, entre otros; por ello, la posición realista de Álvaro Siza se acerca a la crítica tipológica de Aldo Rossi, al reconocer que la presencia de la realidad tiene que ver con la historia y la ciudad; a todo ello se une también la versatilidad empírica del funcionalismo organicista de Alvar Aalto. Desde esta posición realista, tan adecuada para resolver un conjunto dedicado a vivienda popular, Siza incorpora los conceptos de cluster y mat-building del Team 10 para resolver un conjunto complejo que puede ir creciendo.
Págs. 116-131. “Estructuras de la memoria”
... Desde esta posición, se toma la ciudad dada e interpretada como la realidad desde donde partir. Por esta razón, cuando se interviene en las ciudades europeas, se intentan continuar las formas reticulares y endamero, poniendo énfasis en las características y elementos constitutivos de la ciudad tradicional: la calle, la manzana cerrada, las plazas, los paseos. Se parte del concepto de “preexistencias ambientales” que Ernesto Nathan Rogers planteó a finales de la década de 1950 y se propone cada intervención como continuidad de la ciudad existente. Ello se corresponde con las diversas ideas de la ciudad que han elaborado autores como Aldo Rossi, Carlo Aymonino, Philippe Panerai, Jean Castex, Rob Krier y Manuel de Solá Morales, especialmente durante la década de 1970, y significa la vigencia de un cierto platonismo que cae en el reduccionismo europeocentrista de considerar que la ciudad compacta es, si no el único, el mejor modelo urbano; el tipo ideal.
Morfologías historicistas. Por otra parte, encontramos aquellas propuestas urbanas que desde la década de 1970 plantearon un retorno a las morfologías tradicionales. Lo que la teoría urbana europea de Rob Krier propuso ha sido recogido por el llamado new urbanism norteamericano a partir de la década de 1990. Su objetivo ha sido rehacer los tejidos urbanos modernos a partir de unas imágenes nostálgicas de la ciudad tradicional, algo que han sabido recrear las visiones urbanas de pintores; algo que ya estaba en los dibujos del arquitecto, Massimo Scolari, en la década de 1970.
De hecho, la recuperación de la ciudad histórica que ya había sido propugnada por el arquitecto vienés Camillo Sitte, su tratado Construcción de ciudades según principios artísticos,12 un libro que defendía la calidad y los valores artísticos de los espacios urbanos de la ciudad europea tradicional y que ha mantenido su influencia hasta la actualidad. Con sus plantas y sus perspectivas, el libro de Sitte es el primer tratado sobre el sistema de los espacios públicos-plazas y calles- de las ciudades históricas. Es decir, del “espacio profundo infinito existente entre los objetos materiales individuales”, como escribió Alois Riegl. Este tratado, junto a La arquitectura de la ciudad de Aldo Rossi, es la base esencial de la teoría urbana de Rob Krier, explicitada en su libro Stuttgart. Teoría y práctica de los espacios urbanos. La voluntad de los tratados de Sitte, Rossi y Krier ha sido la de plantear propuestas intemporales para lo urbano. Tanto el libro de Rob Krier como las iniciativas de su hermano León, quien propuso crear los Congresos del New Urbanism (CNU), son referentes para este nuevo movimiento a favor del proyecto urbano y en contra del sprawl (esparcimiento urbano)...
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Págs. 79-114. “Mundos”.
ARQUITECTOS ESTRELLA PARA LA FÁBRICA PLANETARIA.... Esta situación va potenciando el espacio mediático de una serie reducida de estrellas de la arquitectura y otra serie de grandes despachos multinacionales, presentes en todos los concursos internacionales y que copan el protagonismo en las revistas internacionales, como El Croquis; revistas que además, niegan los valores sociales y contextuales de la arquitectura real y proponen solo imágenes. Del arquitecto liberal desde la posguerra hasta la década de 1980 -como Alison y Peter Smithson o James Stirling, o los arquitectos protagonistas del proyecto crítico- como Aldo Rossi o Carlo Aymonino, se ha pasado a ser los arquitectos estrella promocionados por los medios de comunicación, que producen edificios para el poder político y económico, para la global class.
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págs. 713-714. El arquitecto milanés Aldo Rossi disfruta un estatus de figura de culto como el lider de un grupo italiano mal comprendido, aunque extensamente admirado, llamado los neorracionalistas, llamados así mismos Tendenza. El grupo representa un tipo de paralelo arquitectónico a los extremos políticos existentes en Italia, con sus llamadas a un "orden" nuevo para una sociedad que desde la caída de Mussolini ha fracasado en el logro de cualquier sensación de permanencia. Los desórdenes específicos que provocaron el Neorracionalismo fueron las caóticas comunidades suburbanas que surgieron después de la II Guerra Mundial alrededor de las grandes ciudades como Roma y Milán. La vía hacia la salvación arquitectónica, en opinión de Tendenza, es una vuelta a una forma extrema de orden arquitectónico.
Rossi se preocupa del analisis de las "tipologías". Cree que "la arquitectura de la ciudad" (titulo de su libro de 1966) se puede reducir a un número limitado de tipos y que cada uno es reducible a una forma simplificada de idealismo platónico (o racionalismo tal y como se conoce la versión platónica). De esta manera, por ejemplo, cada vivienda desde el palacio a la casucha, se convierte en un solo tipo - "casa"- que se reduce a una forma geométrica muy simplificada, la condensación eterna de todas "las casas" existentes en una sola fórmula. La visión reduccionista de Rossi se deriva de una variedad de modelos: el conocido objetivo del Segundo Modernismo de alusión simbólica e historicista; la idea de Laugier de devolver la arquitectura al esquema de "choza primitiva"; la casa geométrica de Boullé y Ledoux y, lo más visible la reinterpretación severa de las ideas modernistas de los arquitectos de la Italia fascista. Esta última estaba lejos de ser un revival inocente por parte de la Tendenza, al ser la reaparición del fascista moderno una afrenta abierta a la mayor parte de los italianos, en efecto de shock calculado que corre paralelo al uso de Venturi de Las Vegas vernácula y chillona.
La estrategia segundo modernista postmoderna de Rossi es por lo tanto lo inverso del método "collage" de Stirling, Hollein y otros. En vez de construir una metáfora de "museo" o "agencias de viajes" con una barrera de imágnenes diversas, evoca una diversidad de significado a partir de una forma simple y reduccionista; una imagen de ensueño condensada, por llamarlo así, en vez de una secuencia de sueño. No debe sorprender que sus diseños, especialmente sus tipos favoritos como el monumento, el cementerio y el asilo, a menudo tienen tonos obsesionantes y misteriosos. Aquí Rossi se apoya mucho en lo que son en realidad los recursos surrealistas, recordando a menudo a cuadros de Giorgio Chirico; escalas y proporciones exageradas, muros cerrados y formidables, repetición obsesiva y yuxtaposiciones anormales. Esto último que se menciona es quizás la clave del éxito visual de su obra; los contrastes en color, escala y forma entre sus edificios puristas y su entorno habitualmente caótico.
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APORTACIONES DE ALDO ROSSI AL DEBATE ARQUITECTÓNICO CON SU ARQUITECTURA DE LA CIUDAD.
Entre los arquitectos contemporáneos que han alcanzado mayor resonancia internacional se encuentra el italiano Aldo Rossi (1931-1997). Desde que en 1966 publicara su célebre libro La arquitectura de la ciudad (1966), el impacto de sus ideas y de su arquitectura fue en progresivo aumento hasta convertirse en una figura de carácter global. Fruto de todo ello fue la concesión en 1990 del Premio Pritzker, siendo el primer italiano en recibir esa distinción.
Entre los años 60-70, la ciudad adquiere un carácter de sujeto y se escribe sobre ello como protagonista de un cambio. Existen varios libros al respecto: La Arquitectura de la Ciudad de Aldo Rossi, Las Ciudades Invisibles de Ítalo Calvino... Concretamente, la observación de Lévi-Strauss sobre la ciudad como obra de arte resulta de extraordinaria importancia para Rossi, que se enfrenta a la ciudad como arquitecto, es decir, como alguien que desea proyectarla y construirla. De tal manera que la ciudad ya no es vista como una simple máquina racional y eficiente, sino que surge una inquietud por el valor de la memoria como motor del futuro.
Desde que en 1966 se publicara La Arquitectura de la Ciudad por primera vez en italiano, la crítica al funcionalismo ingenuo, los conceptos de locus, monumento y tipo, o la recuperación del valor de la memoria colectiva en la arquitectura han permanecido para siempre en el debate teórico arquitectónico. Rossi exalta la importancia de la arquitectura iluminista en relación con la construcción de una “tendencia”. Siguiendo a Boullée, insiste en que no es posible reducir la arquitectura al vitruviano "arte de construir", es decir, al funcionalismo, sino que ésta debe fundamentarse en unos principios lógicos que sitúen en primer plano el aspecto tipológico de la arquitectura. Para ello, insiste en la importancia de la herencia histórica y, sobre todo, la relación de toda tipología con la trama urbana. La crítica al “funcionalismo ingenuo” está relacionada con la certeza de que la forma es más fuerte que cualquier atribución de uso y que la máxima precisión arquitectónica favorece la mayor libertad funcional. Para ello, recurre a un denso sistema de vínculos y referencias que constituyen el único medio para hacer aparecer la forma arquitectónica.
En definitiva, en este texto, Aldo Rossi reclamó el valor autónomo de la arquitectura y reivindicó, en el marco de lo que él denominaba la “ciencia urbana”, la obra singular y el monumento como elementos fundamentales de la historia de la ciudad y de la memoria colectiva. Pero más allá de estas aportaciones y en la línea de otros autores, desde el iluminismo hasta la actualidad, con este ensayo Rossi abordó directamente los principios y fundamentos de la teoría de la arquitectura y propuso el establecimiento de un cuerpo científico autónomo que fundara la actividad de la arquitectura y condujera a la acumulación de las experiencias, al estudio ordenado de los problemas y a una enseñanza sistemática. Por todo esto, La arquitectura de la ciudad se ha convertido en uno de los libros teóricos más influyentes de la segunda mitad del siglo XX (junto a Complejidad y Contradicción en la Arquitectura de Robert Venturi). Desde entonces forma parte del imaginario de varias generaciones de arquitectos y sigue siendo una obra fundamental para comprender los procesos de conformación de la ciudad entendida como arquitectura.
Ibane ZABALA