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WACHSMANN, Konrad

  • Arquitecto
  •  
  • 1901 - Frankfurt, Oder. Alemania
  • 1980 - Los Ángeles. Estados Unidos
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FUSCO Renato de ., Historia de la arquitectura Contemporánea. Ed. Celeste. Madrid,1992.


Págs.445-549. “Un código virtual” 


La poética de la que nos ocupamos, surgida entre los años cincuenta y sesenta, propone unos proyectos a nivel intermedio entre la arquitectura y la urbanística, por lo que se habla de macroestructuras, de gran escala, de town-design, etc. Coincide sociológicamente con la reconstrucción postbélica, con el inicio de la gran producción de masas y, vinculada con el desarrollo de la actividad terciaria, que ha hecho crecer desmesuradamente las metrópolis modernas, es un fruto de la cultura de masas. Como ésta, ha cuestionado la ideología del Movimiento Moderno y muchas de las propias ideologías políticas, rechaza la metodología racionalista del zoning y olvida el elemento arquitectónico a escala tradicional, en beneficio del dato tecnológico, del tema de los grandes números y la apelación a nuevos símbolos y mitos, por lo que en un anterior estudio nuestro hablamos de la arquitectura como mass-medium...


...Otros dos precursores de dicha tendencia, pertenecientes también a la generación de los maestros, son Konrad Wachsmann y R. Buckminster Fuller. El primero, cuyo nombre aparece junto con el de Gropius en los estudios e investigaciones sobre normalización y composición de elementos prefabricados, se ha dedicado posteriormente por completo al campo de las grandes estructuras basadas en los elementos principales: la barra y el nudo. Como se deduce de las declaraciones de este arquitecto-tecnólogo, «el estudio de dichos nudos (...) constituye hoy la esencia misma del secreto del arte de construir: (...tendremos) una ordenación continua, partiendo de los elementos fundamentales que originarán los nudos, que originarán superficies y estructuras, que originarán los edificios, que originarán las calles y las plazas o parques, que originarán los conjuntos urbanos, que originarán el panorama futuro del mundo civil» Como se ve, el problema de las grandes dimensiones y la intención utópica inherente no nacen aquí a partir de una visión global y arquitectónica de las macroestructuras, que encontraremos en las páginas siguientes, sino de un proceso puramente aditivo, completamente similar al de los racionalistas del período entre ambas guerras, pero bastante más pobre que éste en cuanto que meramente tecnológico.


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MONTANER, Josep María.,  Sistemas arquitectónicos contemporáneos. Gustavo Gili. Barcelona, 2008. 


Págs.. 90-115. “Universos de la realidad y del tiempo” 


...Este hecho se hace muy evidente en los experimentos y diagramas del holandés Piet Blom, quien evolucionó de esquemas básicos de mat-buildings hacia ciudades en el espacio. Por todo ello, en las décadas de 1960 y 1970 la síntesis de las posibilidades de la lógica de la producción de detalles, articulaciones y estructuras, desarrollando los conceptos de complejidad en el espacio y recurriendo a los prefabricados tridimensionales, permitió potenciar la eclosión de las megaestructuras, es decir complejos arquitectónicos, generalmente polifuncionales, desarrollados en el espacio y realizados con tecnología avanzada, que aparecen para resolver programas complejos como centros direccionales, centros regionales, grandes hospitales, complejos culturales o catedrales del consumo. Ejemplos emblemáticos serían el longitudinal centro cívico y comercial de la New Town de Cumbernauld(1958-1960) o toda la obra experimental del arquitecto de origen alemán Konrad Wachsmann, desarrollando sistemas prefabricados ligeros a base de estructuras modulares.


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COLQUHOUN Alan., La arquitectura moderna una historia desapasionada. Gustavo Gili. Barcelona, 2005.


p. 231-245."Pax americana: la arquitectura en Estados Unidos, 1945-1965"


"Unos cuantos años después de comenzar a ejercer la profesión por su cuenta en 1947, la obra de Kahn empezó a apartarse radicalmente de la tradición heredada de la arquitectura moderna.  En su nueva obra parece haber una fusión de las ideas de Viollet-le-Duc con las del neoclasicismo (que se pueden remontar en particular, a los escritos de Quatremère de Quincy, teórico de principios del siglo XIX), a todo lo cual Kahn había tenido acceso a través de la tradición beaux arts en la que se había formadoPor un lado se sentía atraído por el racionalismo estructural de Viollet-le-Duc; por otro, creía en el concepto de formas o tipos invariables.


Para Kahn la convergencia entre esas dos tradiciones venía sugerida por las geometrías platónicas encontradas en la naturaleza, tal como se ponía de manifiesto en los libros de Ernst Haeckel y D´Arcy Wentworth Thompson. Un interés similar por estas geometrías mostraron Richard Buckminster Fuller, Robert Le Ricolais (1897-1977) Korad Wachsmann (1901-80), cuyas estructuras poliédricas estéreas tuvieron una profunda influencia en la arquitectura de Kahn a principios de la década de 1950 (Kahn se refería a las estructuras estéreas como “piezas huecas”)"


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FRAMPTON Kenneth.,  Historia crítica de la  Arquitectura Moderna. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.  


Pág.169-179.“La nueva colectividad: arte y arquitectura en la Unión Soviética” 


 La reacción de Iván Leonídov, protegido de Guínzburg, consistió en proyectar un tipo de club totalmente distinto, más centrado en las instituciones educativas y en las instalaciones deportivas. En 1928 empezó a producir una serie de diseños que en realidad derivaban todos de su notable Instituto Lenin, proyectado un año antes para un solar situado en las colinas de Lenin, a las afueras de Moscú. El diseño de este instituto de estudios superiores se componía de dos formas primarias acristaladas: una torre rectilínea para la biblioteca y un auditorio esférico que descansaba en un único punto. Todo el conjunto, suspendido y flotante, arriostrado por cables tensados, debía estar unido a la ciudad mediante un tren monorraíl elevado. Este concepto de ciencia ficción que tenía Leonídov del club como una megaestructura suprematista -- una visión claramente influida por la obra de Malevich -- alcanzó su clímax en 1930 con el proyecto para un Palacio de la Cultura, cuyos auditorios, planetarios, laboratorios y jardines de invierno, todos ellos acristalados, se apoyaban en una matriz reticulada rectilínea que hacía pocas concesiones al paisajismo tradicional. El carácter casi metafísico de su superficie quedaba mitigado por macizos de exuberante vegetación y por prismas cuyas formas transparentes, aunque reveladoras de sus interiores, no estaban definidas en cuanto a su función. El dirigible y su mástil de amarre, incluidos en la composición, estaban pensados claramente como ejemplos de la misma tecnología ligera que se utilizaría en las construcciones pegadas al suelo, unos edificios cuya construcción a base de una malla espacial integrada anticipaba el trabajo realizado a mediados de siglo por diseñadores como Konrad Wachsmann y Buckminster Fuller.


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 BENEVOLO, L., Historia de la arquitectura moderna. Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.


págs.671-732. "El Movimiento Moderno en América"


4.- El "New Deal" y la contribución de los maestros de la Bauhaus.


En América la situación es completamente distinta; con la aparición del automóvil empezó la descentralización y la dispersión de las residencias hacia los suburbios que rodean a la ciudad, mientras que los medios de comunicación a distancia llevan hasta el interior de las casas una parte de las funciones recreativas que se realizaban anteriormente en locales comunes (fig. 815 y 816). Es el ideal teorizado por Wright, en 1934, en su Broadacre City. El problema de conciliar la concentración con las necesidades individuales de cada vivienda, la cantidad con la calidad, disminuye así notablemente; el problema de la casa puede plantearse en términos preponderantemente cualitativos y más complejos, irreductibles a un standard mínimo.


Gropius emprende este camino felizmente, porque comprende que de ahí puede nacer un nuevo ambiente urbano, dotado de mayor continuidad, donde las funciones no son rígidamente catalogadas y distanciadas, sino más unidas entre sí y presentes a la vez, en cierta medida, en los distintos lugares. Pero también advierte el peligro de estancarse en una fórmula como Broadacre, de poner toda la atención en la calidad y la individualidad, descuidando las exigencias de la normalización y del control cuantitativo.


En 1941, quizá para superar este dilema, Gropius empieza a trabajar con Konrad Wachsmann (1901-1980). Con él perfecciona los estudios sobre prefabricación, iniciados en Alemania en 1931 para la Hirsch Kupfer und Messingwerke A. G. y pone a punto entre 1942 y 1945, el packaged house system para la General Panel Corp. (figs. 820-823).


Entre las dos líneas de estudio que Gropius ha indicado a su vez para resolver el problema de la construcción residencial —para la construcción densa, el estudio distributivo de las unidades de muchos pisos distanciadas entre sí; para la construcción espaciada, el estudio constructivo que prevé la prefabricación— la segunda parece adaptarse mejor a la aplicación americana. La finalidad es siempre de orden económico, pero ahora se le añade una fuerte preocupación urbanística. De hecho, la prefabricación —mientras se limite a los elementos particulares y deje libre al arquitecto para combinarlos de muchas maneras distintas— constituye, quizás, el medio para conservar un orden y una unidad de dirección en la variada construcción intensiva de los suburbios americanos. Por esto Gropius insiste en la necesidad de conciliar la normalización de los elementos con la libertad del conjunto, para poder huir de los dos peligros opuestos de la repetición mecánica y de la dispersión individualista:


“El verdadero fin de la prefabricación no es ciertamente el de multiplicar al infinito, a ojos cerrados, un mismo tipo de casa; los hombres siempre se rebelarán contra una excesiva mecanización, porque es contraria a la vida. Pero no por este motivo la industria se detendrá en el umbral de la casa; por lo tanto, sólo nos queda aceptar el desafío de la máquina, intentando someterla a las necesidades de nuestra vida. El procedimiento de la construcción se separa paulatinamente en dos partes distintas: en primer lugar se realiza en los talleres, la fabricación de cada elemento por separado, luego se pasa al montaje, en el lugar elegido. Cada vez es más evidente la tendencia a fabricar en cantidad, en vez de casas enteras, cada uno de los elementos de la construcción. Este es el viraje decisivo... si no intentamos superar nuestros prejuicios contra la prefabricación, la generación futura no dejará de reprochárnoslo. La condición esencial para alcanzarlo es que el elemento humano quede como punto de partida para determinar la forma y la medida de nuestras viviendas y de nuestros barrios residenciales. Sólo en este caso la prefabricación será algo positivo, propicio a una vida humana y digno de proseguirse en interés de todos.”


Wachsmann, por su cuenta, se interesa sobre todo por el mecanismo técnico y por las infinitas posibilidades que teóricamente se hallan latentes. Considera los distintos temas de la edificación como combinaciones de elementos constantes y normalizados, y se preocupa de obtener, con la menor variedad de piezas, la mayor variedad de acoplamientos. A este fin interesa sobre todo el estudio de las relaciones, es decir, no tanto la hechura de cada pieza, sino la de las juntas:


“El desarrollo de una junta, recurriendo a los métodos tecnológicos más avanzados, se convierte en un fin principal que determinará en gran parte las características finales de una estructura. El estudio de tales juntas, que no se limitan a conectar dos, tres, cuatro o más partes, y no sólo de modo simple, sino de manera a hacer posible cualquier tipo de combinación, incluso tridimensional y capaz de transmitir los esfuerzos de una parte a otra... constituye actualmente la esencia misma del secreto del arte de la construcción. De ahí podrá surgir una ordenación continua, partiendo de los elementos basilares que formarán los conjuntos, que originarán superficies y estructuras que originarán los ambientes que, a su vez, originarán los edificios que originarán calles y plazas que originarán los conjuntos urbanos que, finalmente, originarán el panorama futuro del mundo civilizado.”


Estos dispositivos sólo se pueden elaborar en un laboratorio, después de una larga serie de experimentos teóricos, lejos de las perturbaciones de la práctica profesional; «por esto —concluye Wachsmann— debemos aceptar temporalmente la separación entre pensamiento y acción».


Creemos que Gropius no estaría de acuerdo con esta afirmación. De hecho, la búsqueda con Wachsmann constituye únicamente una etapa de su experiencia tras la cual vuelve a dedicarse a la proyección activa, reuniendo algunos ex alumnos 24 en un estudio llamado The Architects Collaborative Inc. (TAC).


 


 

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