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Soldado, aventurero, dramaturgo y también uno de los principales arquitectos del barroco inglés. Su padre fue un refugiado flamenco que se convirtió en un rico pastelero y se casó con la hija de SIr Dudley Carleton. Al joven Vanburgh se le educó como caballero y se el puso al frente del regimiento del conde de Huntingdon en 1686.En 1690 fue detenido en Calais por hacer espionaje y estuvo encarcelado durante dos años, parte de este tiempo en la Bastilla. Después de su liberación tomó Londres por asalto con sus satíticas e indecorosas comedias The Relapse y The Provok´s Wife. Tras ello cambió su ingenio hacia la arquitectura, al sugerirle el conde de Carlisle  que intentase diseñar el castillo de Howard (1699). Lord Carlisle le nombró también interventor del Ministerio de Obras (1702), convirtiéndose de esta manera, sin ninguna formación o cualificación, en el principal colaborador de C.Wren. No obstante, resultó ser un arquitecto genial. Los tories lo destituyeron posteriormente de su cargo de Interventor, pero fue repuesto tras la muerte de la reina Ana y nombrado Sir en 1714. Satírico y sociable, amigo de Tonson Y Congreve y miembro del Kit Cat Club, tuvo toda su vida relaciones amistosas con los grandes hombres que fueron sus clientes


Su estilo deriva del de C. Wren por su grandiosidad y probablemente debe mucho a Hawksmoor, su ayudante desde 1699 en adelante. Sin embargo, todos los edificios que diseñó poseen el sello de su peculiar y original personalidad, expresiva, viril y ostentosa, con más influencia flamenca que inglesa y a menudo un tanto vulgar y teatral. El castillo de Howard (1699-1726), es una asombrosa prueba de fuerza realizada por un genio joven y sin instrucción. Su gran oportunidad llegó en 1705 con el Blenheim Palace, obsequio de la nación a Marlborough en honor de sus victorias. Para realiarlo tuvo a su disposición dinero ilimitado y toda la concepción megalómana encaja perfectamente con su temperamento. Siempre hizo lo mejor dentro de la mayor escala posible y su genio, por lo dramático y heroico y por sus audaces agrupaciones de masas, así como por sus originales retracciones y proyecciones y alteradas siluetas, le proporcionaron muchas posibilidades de variación.


Su estilo alcanzó una repentina madurez en Blenheim - realmente la arquitectura barroca inglesa culminó aquí- y tuvo pocos cambios a partir de entonces. Las mejores casas conservadas son Kimbolton(1707-9), King´s Weston (1711-14), Seaton Delaval (1720-28), el Castillo Lumley (frente principal y reformas interiores c. 1722) y Grimsthope (solamente la zona norte c. 1723-4). Decía que deseaba que su arquitectura fuese "masculina" y que tuviese "algo de fortificación" y en ninguna parte su versión particular del Barroco está tan cerca de la solidez de una fortaleza medieval como en Seaton Delaval; sombría y ciclópea, esta casa extraordinaria es diferente a cualquier otro edificio en inglaterra o en cualquier otro lugar, subrayando con originalidad el criticismo e inconformismo de la arquitectura barroca inglesa, con respecto a cualquier otro tipo de arquitectura que se realizase por aquel entonces en otras latitudes. Su fuerte sentido de lo original le llevó a más y más explícitos medievalismos en otras obras, principalmente en su propia casa en Greenwich (después de 1717), que tiene forma de castillo y presenta una torre redonda "fortificada". Parece haber querido aquí anunciar el epíritu romántico de los posteriores estilos neogóticos. 


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KOSTOF, Spiro., Historia de la Arquitectura. Edit. Alianza Editorial. Madrid, 1986.


Tomo 3 págs. 958-960. El liderazgo de Inglaterra


En el nivel formal, más básico, no es sorprendente que los sistemas renacentista y barroco fueran esquivados con mayor facilidad en Inglaterra. La tradición clásica no era allí tan antigua, ni se había desarrollado tan metódicamente como en el caso de Italia o Francia. No había ruinas romanas destacables por aquellos lugares, y el episodio medieval había sido muy largo y peculiar. Este último era el estilo nacional desde mucho tiempo atrás, tanto como pudiera recordar cualquiera en aquel momento, llamado genéricamente «gótico». En el siglo XVII, se decía que el pueblo inglés era un pueblo «gótico» y que sus leyes y gobierno eran de origen «gótico». Los invasores góticos que se habían asentado en la isla, se creía, eran un pueblo libre, gobernado por leyes hechas por el pueblo; y aquellos parecían unos antepasados adecuados para una nación que habia luchado duramente contra los excesos del poder absoluto. Este sentido de una historia fuera de la corriente principal romana retrasó la aceptación general de las cosas clásicas...


... Los herederos del estilo nacional de la Inglaterra de la post-restauración fueron Nicholas Hawksmoor (1661-1736) y John Vanbrugh (1664-1726). Se dice que ellos representan la cumbre de un cierto barroco inglés. Pero lo que más atrae nuestra atención es la severidad, la cruda fuerza, la unión aditiva de los muros y los vanos, tan diferentes de los ritmos concatenados y flotantes y del dinamismo espacial de la Italia barroca (Figs. 22.5, 21.5b). Nos sorprende el tratamiento individual de las partes, el énfasis en las formas geométricas elementales interrelacionadas pasablemente, incluso toscamente. El rechazo de una plasticidad graduada en los exteriores, y la individualización de los elementos, particularmente de las sólidas columnas redondas, puede estar en cierto sentido más cercana a Francia (Fig. 21.24a), pero no así la disonancia de pesadas tensiones, la composición de bloques de grandes espinas dorsales, la rusticación de bloques planos que a veces se prolonga a las propias columnas, y el medievalismo de las moldes aladas de Vanbrugh que se revela no tanto en los detalles revividos, sino en el persuasivo desarrollo de su imaginación hacia lo pintoresco de la ruina clásica (Fig. 22.6). Todo ello era un híbrido que empujó lo clásico hasta el borde de lo romántico—esto respecto a lo denominado arcaísmo, pero resultó extrañamente profético en relación con aquellos arquitectos revolucionarios de Francia, especialmente Ledoux, que hicieron su aparición al final del siglo.


 

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