BENEVOLO, L., Historia de la arquitectura moderna. Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.
Pág. 813-941. "La segunda posguerra en Europa"
6.-España.
Ya en los años sesenta, aparece en el contexto cultural vasco una figura que en los años setenta pasara a tener un papel preponderante a nivel de Estado: Luis Peña Ganchegui , autor en este período de edificios como la casa Entzus en Motrico (1965) y que inicia su experiencia personal a partir de una poética interpretación de la arquitectura popular vasca...
... Otra novedad dentro del panorama arquitectónico de los setenta es la configuración de un núcleo cultural vasco. Este grupo, formado por los arquitectos jóvenes que se aglutinaran en torno a la figura de Peña – reuniéndose en un principio en su estudio y formando en la actualidad parte del cuerpo de profesorado de la nueva Escuela de Arquitectura de San Sebastián -, tendrá, de hecho, más cohesión como grupo nacional que como escuela arquitectónica, en la medida en que la opción de Peña y de los jóvenes arquitectos seguidores de la tendencia son realmente diferentes.
Luis Peña realizará en los setenta una obra racional y llena de sentido común, en la que están presentes elementos de misterio, romanticismo y memoria colectiva, tan bien expresados en obras como la Plaza sobre el mar para el Peine del Viento del escultor Chillida, en san Sebastián (1976-1977) o en el Monumento a los caídos en defensa de Euskadi, en Oyarzún (1975). En otras obras como las sedes de la Unión Farmaceutica Guipuzcoana en Eibar (1973-1975) y en San Sebastián (1974) predomina una utilización realmente emocionalmente de los materiales, sobre todo de las grandes superficies de cristal. En el Conjunto residencial Iparaguirre (1974) prevalece la preocupación por integrarse en el contexto natural y urbano.
... Completando y cerrando el recorrido a través de la arquitectura española desde la posguerra, sería importante establecer cuáles son, en la actualidad, las diferentes maneras de entender la arquitectura y las diferentes salidas que se plantean:
Entre las salidas de un marcado carácter personal, basadas en las síntesis poéticas y artesanales de las arquitecturas populares y de las aportaciones de la arquitectura contemporánea, como es el caso de la obra de Coderch o de Peña.
La salida profesional, realista y posibilista, basada en la situación técnica y social del país y en el énfasis en el trabajo desde el oficio, lejos de excesivas teorizaciones defendida por Bohigas y los seguidores del espíritu de la Escuela de Barcelona.
La salida falsamente utópica, que aún enarbola la bandera de la transformación de la sociedad y de las costumbres a partir de la arquitectura, en la que se basan las propuestas propagandísticas de Bofill.
La salida social de los arquitectos que, a partir de los movimientos sociales de los últimos años y de la toma de conciencia del papel del planteamiento, se han centrado en un trabajo ligado tanto a la defensa de los movimientos urbanos como a la Administración democrática, ya sean los organismos autónomos o los municipios.
La salida cultural, que pone como primordial el esfuerzo por recuperar los fundamentos disciplinares, por redefinir las coordenadas desde las cuales analizar y proyectar la arquitectura, representada por Moneo, Fullaondo, Fernández Alba, los adscritos a la tendencia y otros muchos arquitectos defensores del momento analítico y teórico.
La salida irónica, basada en la especulación formal, en la capacidad expresiva de los signos arquitectónicos, como respuesta impaciente o risa nerviosa frente a una situación agobiante, presente en obras del Estudio Per, de Piñón y Viaplana, de Corrales y Molezún, de Higueras y Miró.
Y, por último, las salidas más minoritarias, como, en un extremo, los partidarios de un trabajo en la punta más avanzada de la tecnología, o en el otro extremo los defensores de arquitecturas alternativas que se basan tanto en la participación de los usuarios y el diseño de viviendas flexibles, como en la introducción de una revisión tecnológico-energética que tienda, por ejemplo, al uso de tecnologías intermedias o de energía solar.
Ente todas estas salidas posibles, tendríamos establecidas las diferentes maneras que existen de plantearse un trabajo arquitectónico mínimamente cualificado, en la España actual.