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PIANO, Renzo

  • Arquitecto
  •  
  • 1937 - Génova. Italia
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El famoso arquitecto nació en Génova, Italia, en 1937, en el seno de una familia de constructores. Renzo Piano frecuentó la Facultad de Arquitectura en Florencia (1959 a 1960) y en Milán, graduándose del Politécnico de Milán en 1964; sus trabajos iniciales fueron con estructuras experimentales ligeras; trabajó con su padre y su hermano en la sociedad familiar. De joven, repasó uno a uno los edificios de Le Corbusier.


 Luego, aprendió proyectos con Franco Albini y, a continuación, durante cinco años (1965-1970), con Louis Kahn y Z.S. Makowsky. Esta es su etapa formativa. Nunca se ha desvinculado de su ciudad natal, Génova en la que ha remodelado su metro y el puerto—. 


En la ceremonia de entrega del Premio Pritzker de 1998 a Renzo Piano, el jurado explicó pormenorizadamente por qué este arquitecto de origen italiano es una de las figuras actuales más destacadas de su profesióndesde el diseño hasta la propia obra. Tan importante es para él es el trabajo manual como la aplicación de técnicas informáticas, y hace gala de una gran sensibilidad por los materiales, ya utilice vidrio, metal , mampostería o madera. Dichos conceptos, valores y sensibilidades no son ajenos para alguien cuyo padre, tíos y abuelo fueron albañiles.


En su discurso de agradecimiento por el Premio Pritzker, pronunciado en la Casa Blanca el 17 de junio de 1998, Renzo Piano también hizo referencia a la profesión de sus antepasados: < Siempre me gustó ir a las obras con mi padre y ver crecer las cosas a partir de la nada, creadas por la mano del hombre. Para un niño, una obra es algo mágico: hoy ves un montón de arena y ladrillos, mañana una pared que se sostiene sola: y, al final, aquello se convierte en un edificio alto y sólido en el que pueden vivir personas. He sido un hombre afortunado: he pasado la vida haciendo aquello con lo que soñaba de pequeño>>. Piano describe su carrera como la materialización de un sueño de infancia y revela así parte de lo que le hace diferente. En su mente, y en la de no pocos observadores, las ideas esenciales que caracterizan su arquitectura son en buena parte resultado de sus primeras experiencias.


<<La arquitectura es un arte –afirmó Piano en la Casa Blanca-. Utiliza la técnica para generar emoción, y lo hace con su propio lenguaje, un lenguaje construido con espacio, proporciones, luz y materiales (para un arquitecto, la materia es como el sonido para un músico o las palabras para un poeta). Hay una cuestión que tiene, para mí, capital importancia:  la ligereza (como es lógico, no referida únicamente a la masa física de los objetos). Durante mis primeros trabajos, se trataba de un juego, un reto un tanto ingenuo consistente en crear espacios sin forma y estructuras ingrávidas. Posteriormente, se convirtió en la esencia de mi trabajo. En mis obras, trato de utilizar elementos inmateriales como la transparencia, la ligereza y la vibración de la luz. Creo que son una parte de la composición igual que las formas y los volúmenes>>. ¿Pero de dónde nace esta idea de ligereza, de vuelo, incluso? ¿Responde a un estudio atento de la historia de la arquitectura a está más relacionada con su educación?


 Aunque le interesa mucho el arte, Renzo Piano tiende a hablar de los artesanos cuando explica su trabajo. La coherencia o profesionalidad que busca están estrechamente ligadas a la repetición de gestos. <>, concluye.


La admiración de Renzo Piano por los ingenieros ha ido mucho más allá de la mera curiosidad. Su relación laboral con hombres como Peter Rice dan fe del enriquecimiento que ha introducido en su arquitectura al ahondar en el rigor aplicado del ingeniero. Peter Rice (1935-1992) trabajó en la Sydney Opera House (1960-1967) antes de unirse a Piano y Rogers en el proyecto del Centro Pompidou. <>, señaló Piano, <>. Y aunque Piano se refiere tanto a su propio trabajo como al de Rice aludiendo al arte del pianista, no existe confusión alguna en sus papeles respectivos. Como escribió Rice: <>.


 El interés del arquitecto por los detalles explica en gran medida su relación pasada y presente, con el trabajo de los ingenieros. ¿Cómo se sostiene un edificio y qué solución elegante y discretamente innovadora puede resolver un problema determinado de construcción y diseño?. Son preguntas que Rice y otros, como Tom Barker, han respondido junto con Renzo Piano a lo largo de su trayectoria. Sin embargo, en palabras de Piano, las soluciones técnicas imaginadas por los ingenieros o los artesanos parecen mezclarse en la visiónabierta que tiene de su propia profesión. <>. 


Tanto a Renzo Piano (con 35 años) como a Richard Rogers (38), el hecho de ganar el concurso para la construcción del Centro Pompidou en París en 1971 les reportó una fama internacional casi inmediata. Tras varios edificios pequeños, Piano debía diseñar 100.000m2 de espacio destinado a albergar no sólo arte, sino también diseño, artes interpretativas y una biblioteca. Las sorprendentes formas concebidas por Piano y Rogers causaron reacciones enfrentadas en el público desde el primer momento, pero el Centro ha tenido un flujo constante de veinte mil visitantes diarios desde que abrió sus puertas. < –explica Piano- pretendía ser una alegre máquina urbana, una criatura que podía haber emergido de un libro de Julio Verne, o un extraño barco en un muelle seco…Beaubourg es una provocación doble: un reto para los eruditos y una parodia del conjunto de imágenes tecnológicas de nuestro tiempo. Considerarlo alta tecnología es un error de interpretación>>, concluye.


(...)¿Cómo se logra transmitir esa impresión artesanal? Sólo se consigue si te gustan los detalles, si los trabajas y si amas los materiales de construcción. Para que los detalles queden bien es necesario, claro está, todo un proceso. Si te gusta la arquitectura tienes que sentir afecto por quienes la hacen: los ingenieros, los obreros… Te tienen que gustar las herramientas… y te tiene que gustar el lugar de trabajo.


Silvia PEÑA GARCÍA


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BENEVOLO, L., Historia de la arquitectura moderna. Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.


Págs. 1027-1106.”La época de la incertidumbre”   


3.-La batalla de las tendencias y las nuevas orientaciones de la búsqueda proyectual


En Europa, entre los arquitectos que empiezan su actividad en el mismo período, algunos se mueven con la misma disponibilidad, como el austríaco Hans Hollein (1934), que después de perfeccionarse en Norteamérica de 1958 a 1960, se revela en el Museo de Münchengladbach (1972-1982) y en algunos interiores vieneses (1976-1978). Otros —coetáneos sensibles a los mismos estímulos— encuentran una orientación objetiva y duradera en un compromiso técnico renovado, que pretende alcanzar tanto la puesta al día tecnológica como la elegancia de las soluciones formales. Dos de ellos —el italiano Renzo Piano (1937) y el inglés Richard Rogers (1933)— ganan el concurso para el Centre Georges Pompidou de París en 1970 (fig. 1348). Piano desarrolla una actividad internacional —en Génova, en París, en Estados Unidos— y realiza, también con Rogers, el singular edificio subterráneo del IRCAM (Instituto de Investigaciones Contemporáneas Acústico-Musicales) en París, y se interesa por las estructuras ligeras que anulan tendencialmente la distinción entre edificios e instalaciones temporáneas. Rogers proyecta una serie de espléndidos edificios industriales —en Newport, País de Gales; en Quimper, Bretaña; en Princeton, Estados Unidos— y la sede de los Lloydsen Londres. Dentro de una tendencia similar trabaja Norman Foster (1935), que se hace famoso en 1978, cuando realiza el Sainsbury Center for Visual Arts, que completa de forma magistral la Universidad del East Anglia de Lasdun (1978; fig. 1351) y la fábrica Renault en Swindon (1982; fig. 1352). En la presentación de este último edificio en The Architectural Review, P. Buchanan propone el término hightech,para designar una corriente específica de la arquitectura inglesa, emparentada en el extranjero con Piano y con los arquitectos más ancianos R. B.Fuller, Prouvé, F. Otto.


 

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