págs.25-58 “Espacio y antiespacio. Lugar y no lugar en la arquitectura moderna”
Espacio y lugar
La concepción de espacio infinito como continuum natural, receptáculo de todo lo creado y lo visible, tiene una raíz ideal platónica. Platón habla en el Timeodel chora como el espacio eterno e indestructible, abstracto, cósmico, que provee de una posición a todo lo que existe. Se trata del tercer componente básico de la realidad, junto al Ser y al Devenir. Aristóteles, en cambio, identifica en su Física el concepto genérico de "espacio" con otro más empírico y delimitado que es el de "lugar", utilizando siempre el término topos. Es decir, Aristóteles considera el espacio desde el punto de vista del lugar. Cada cuerpo ocupa su lugar concreto y el lugar es una propiedad básica y física de los cuerpos. Si para Platón "las ideas no están en un lugar", en cambio según Aristóteles "el lugar es algo distinto de los cuerpos y todo cuerpo sensible está en el lugar /.../. El lugar de una cosa es su forma y límite/.../. La forma es el límite de la cosa, mientras el lugar es el límite del cuerpo continente/.../. Así como el recipiente es un lugar transportable, el lugar es un recipiente no trasladable".
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Sobre los límites de lo orgánico en la arquitectura
¿Dónde están los límites de la aproximación a lo orgánico en la arquitectura? Nada exacto puede afirmarse al respecto. Los límites de lo que comprende la arquitectura no pueden trazarse fácilmente, aunque pueden mantenerse -y se han mantenido- muchas posturas definidas.
La arquitectura es un arte austero que debe obedecer a leyes rigurosas. Esto es aplicable no sólo a los materiales de los que se compone, sino también a las formas que adopta.
La arquitectura no puede tener una libertad absoluta; se mueve dentro de ciertos límites que en cada periodo en particular tenían la fuerza de las leyes eternas. La naturaleza de la arquitectura consiste en alcanzar su realización dentro de los límites de esas leyes. Sin embargo, las relaciones entre la estructura geométrica y la forma orgánica han recorrido toda la evolución de la arquitectura desde el principio. La estructura geométrica fue la base de la primera gran arquitectura de piedra: las pirámides, símbolos de la vida eterna. Luego la arquitectura se aproximó a esas formas geométricas que Platón calificó de invariables y universales.
La humanidad siempre se ha sentido atraída, de muchas maneras distintas y empezando cada vez de nuevo, por la estabilidad eterna del cuadrado y el círculo, y de sus cuerpos relacionados: el cubo, la pirámide, el cilindro o semicilindro (tholos, ábside, bóveda, etcétera) y la esfera o semiesfera (cúpula).
Cuando se construye, la arquitectura debe crear una unidad a partir de una serie de partes diferentes. Uno de los muchos modos de conseguir esas relaciones espaciales que transforman una agrupación de partes en una unidad es mediante el uso de un sistema de proporciones o de un módulo sencillo, esto es, empleando ciertas medidas que se repiten en las tres dimensiones...
... Pág. 833. La influencia de la sensibilidad. En una carta que durante mucho tiempo se creyó apócrifa, pero que ahora se considera auténtica, Platón anunciaba que no tenía en su poder ninguna formulación de sus doctrinas y que nunca escribiría ninguna. No obstante -decía -, esa doctrina nunca se perdería. En el alma humana, como resultado de «estar impregnada de esas cosas y mantenerse en permanente contacto con ellas», siempre surgiría de repente esa doctrina, «al igual que un fuego se prende con una chispa que salta y arde con una brillante llama». Entendemos que esto mismo ocurre con la formación de nuestra conciencia cultural: puede despertarse súbitamente, pero esto nunca sucederá a menos que empecemos a quedar impregnados de esas cosas, nunca sucederá sin una fuerte voluntad de alcanzar un cambio interior, y sin una preparación de amplias miras.