LUPFER Gilbert, SIGEL Paul., Gropius 1883-1969. Propagandista del nuevo diseño. Edit Taschen. Köln,2006
pág. 33 "Con motivo de su 75 aniversario, el diario más importante de Chicago, el Chicago Tribune, convocó un concurso internacional de arquitectura del que debía surgir el proyecto para la nueva sede de la editorial. Las bases del concurso no estaban muy definidas y tendían a lo superlativo: realizar "el edificio de oficinas más bello del mundo", rezaba el texto del concurso de ideas publicado en verano de 1922. Prescindiendo de otros datos relativos al programa funcional concreto, sólo venían preestablecidos, la situación, el tamaño del solar y la altura mínima de la nueva construcción: un rascacielos que debía insertarse de forma destacada en el perfil de la metrópolis. Estaba claro que las ambiciones representativas del proyecto ocupaban el primer plano de todas las consideraciones; por ello, para todos los arquitectos participantes en este concurso se planteaba la cuestión de cómo debía ser un rascacielos de oficinas moderno. El concruso era internacional y abierto, pero al mismo tiempo se invitó directamente a diez estudios de arquitectura de los Estados Unidos. El plazo de presentación para los proyectos americanos terminaba el 1 de noviembre, el de los proyectos internacionales el 1 de diciembre de 1922. Sin embargo, el concurso resultó juriídicamente problemático, ya que el 13 de noviembre tuvo lugar una sesión del jurado de la cual surgió una lista provisional de ganadores compuesta únicamente por los proyectos de los despachos americanos invitados. Sólo un proyecto internacional, el del finlandés Eliel Saarinnen, fue integrado a posteriori en el grupo de ganadores y galardonado con el 2º premio. Aunque el procedimiento se podría haber calificado al menos como suestionable, el concruso constituyó un importante campo experimental, sobre todo para el grupo de arquitectos modernos de Europa, ya que los resultados tuvieron una fuerte presencia mediática.
El proyecto realizado en 1922 por Gropius y Meyer mostraba un rascacielos con varios escalonamientos asimétricos; sus Chicago windows horizontales, hacían una reverencia a la moderna tradición arquitectónica de Chicago, sucesora de Louis Sullivan. Las losas de los balcones, además de representar coladizos notables, estaban dispuestas irregularmente generando un ritmo adicional en el edificio y acentuando la excitante pero al mismo tiempo equilibrada composición total. Como tantas veces en los trabajos de Gropius, el proyecto combinaba diferentes principios de diseño e influencias. Con su austeridad formal y la renuncia al historicismo, Gropius permaneció fiel al estilo de la fábrica Fagus. La coposición a base de cubos adosados entre sí y balcones en esquinas ofrecía un excitante equilibrio enrre las verticales y las horizontales, y hacía por otra parte una clara referencia a los principios formales del grupo holandés De Stijl. No menos importante era la alusión de Gropius a la tradición local de la Chicago School.
Este proyecto, al igual que la mayoría de los que tendían a la objetividad, no tuvo ni la más remota posibilidad de ser premiado. El proyecto finalmente construido fue el de raymond Hood y John Mead Howells, que con la marcada aguja gótica de su torre se inscribía en una tendencia historicista."