La bodega Cos d’Estournel recibió este nombre en 1810 por su dueño y fundador Louis Gaspard d’Estournel que heredó parte de parcela en 1791 después de morir sus padres. Dándose cuenta de las oportunidades vinícolas de la tierra, fue adquiriendo parcelas vecinas aumentando el territorio de producción de 14 a 45 hectáreas.
Era un hombre muy curioso y apasionado por la cultura India, que le sirvió de inspiración para la construcción de la bodega inicial donde se ubican los viñedos. En este singular edificio de eclecticismo historicista, predominan sedas y elementos de madera exótica, además de detalles de este tipo de arquitectura en puertas y cubiertas resueltas al modo de las antiguas pagodas.
Con el paso del tiempo y a pesar de haber cambiado de dueño, las instalaciones de la bodega mantienen el estilo arquitectónico inicial, conservando las señas de identidad, y sirviendo al mismo tiempo de reclamo publicitario para la nueva arquitectura del vino, desarrollada a finales del siglo XX e inicios del XXI, en el que se tiene especialmente en consideración la cultura del espectáculo.
Así en el año 2008, cuando el actual dueño quiso ampliar la finca para la producción vinícola, contrató al grupo Wilmotte & Associés SA, que a su vez sub-contrató a Alain-Charles Perrot, jefe encargado de los monumentos históricos, para intervenir en dicho edificio.
Esta ampliación consistió en 5.300 metros cuadrados, donde se construyeron dos niveles hacia abajo para instalar las nuevas tecnologías vinícolas basadas en la gravedad. Por otra parte, esta intervención tecnológica, hecha en vidrio y acero en conjunción con la madera, solo se aprecia en el interior, puesto que por fuera existe una perfecta armonía al ser construida la parte nueva con el mismo estilo tradicional en piedra caliza.
La bodega es por tanto un château completamente diferente a los que existen en la región de Burdeos, siendo todo un icono debido a la originalidad de su fábrica.
Aurora MARÍN