El Museo Nacional de Qatar es un emblemático edificio proyectado por el arquitecto ganador del Pritzker, Jean Nouvel, que emerge en la bahía de Doha, Qatar, frente al mar del Golfo Pérsico. Los 40.000 metros cuadrados que tiene el edificio están dedicados a la historia del país,a su naturaleza, su patrimonio y su gente, con la intención de mostrar también el próspero futuro de Qatar. Para simbolizar la misión del edificio Nouvel se inspira en la esencia del lugar, el desierto, concretamente en el mineral llamado rosa del desierto, formación a la que imita claramente la obra.
Tomar esta formación de cristales abundante en Qatar como leitmotiv fue todo un acierto, ya que su serie de elementos entrelazados dan un organicismo sorprendente al museo, asemejándose a una formación natural creada gracias al viento y a la arena. Técnicamente, el levantamiento del edificio no fue una tarea fácil, debido a sus enormes discos, muchos de ellos en exagerados voladizos, y a sus complejos encuentros. Sin embargo, este gran reto fue una oportunidad ideal para mostrar que Qatar se encuentra en la vanguardia tecnológica. La orgánica y caprichosa forma del edificio crea grandes espacios sombreados al exterior, con la intención de proteger a los visitantes del abrasador sol del desierto, mientras que en el interior, se crea un recorrido de espacios, como si de cavidades entre el mineral se tratase, donde se sitúan las distintas exposiciones. La materialidad del Museo se lleva a cabo principalmente con hormigón armado, acompañado de una estructura de acero. Los grandes discos se cubren con paneles UHPFRC (Ultra High Performance Concrete) reforzados con vidrio rosáceo. Esta solución es la adecuada para el entorno en el que se encuentra el edificio, ya que en ella debe soportar fuertes vientos y temperaturas extremas. Para el acabado del suelo se vuelve a recurrir al hormigón, aunque esta vez se pule, creando un manto continuo y uniforme de color arena.
Especial mención merece la intervención en el Museo del Estudio de arquitectos Koichi Takada, autor de la tienda de regalos. Una vez más la inspiración del proyecto vuelve a estar en la naturaleza del país, esta vez en Dahl Al Misfir (Cueva de la Luz), ubicada en el corazón de Qatar. A través de 40.000 piezas de madera se construye un espacio espectacularmente singular y orgánico. Su creación fue llevada a cabo mediante softwares de última generación, dando lugar a un complejo rompecabezas de madera, ensambladas por el maestro carpintero del proyecto, ya que cada una de las piezas es totalmente única y ocupa una posición exacta.
Laura ESPARZA