La cambiante ideología de la Bauhaus quedó aún más patente en un artículo de Gropius en ese mismo número de los Bauhausbücher; titulado ‘Casa-industria’, ilustraba una magnífica casa redonda proyectada por Karl Fieger, cuya concepción centralizada y ligera anunciaba ya la casa Dymaxion de Richard Buckminster Fuller, de 1927. Además de ella, Gropius publicaba sus propias ‘casas en serie’ ampliables pensadas como prototipos para la Bauhaussiedlung, un conjuntos de viviendas que esperaba poder construir a las afueras de Weimar. Estas casas en serie se hicieron realidad finalmente en las residencias para profesores construidas en la Bauhaus de Dessau en 1926.
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Figura única y combativa en la vanguardia arquitectónica norteamericana durante el New Deal, Richard Buckminster Fuller había adoptado una actitud claramente ‘objetiva’ -por no decir constructivista- ya en 1927, cuando diseñó la primera versión de su atoestable Dymaxion House, cuyo nombre era un neologismo que significaba dinamismo más eficiencia. Fuller, como los más extremos miembros del grupo suizo ABC, no se preocupaba en absoluto por las idiosincrasias de cualquier contexto dado y proyectó su casa como si fuera un prototipo para la producción en serie. Hexagonal en planta y ‘emparedada’ entre dos cubiertas huecas, estaba suspendida y triangulada (según el principio de la rueda de alambre) en un mástil central. En su forma, era presentada, como el todavía más excéntrico automóvil Dymaxion de Fuller en 1933, como la única solución inevitable. Fuller, nunca carente de retórica, describió esta ligera casa metálica en su revista Shelter de mayo de 1932, como una síntesis entre el rascacielos norteamericano y la pagoda oriental. Ingeniosamente equipada con un mástil hexagonal hueco que contenía todos los servicios necesarios, fue la primera en una serie de estructuras centralizadas que culminaron en la cúpula geodésica de Fuller, mucho más simple, adaptada primero para uso doméstico por su propia cuenta en Carbondale, Illinois, en 1959. La áspera ética redutiva del pionero individualista es evidente en la copla cantable con la tonadillas de ‘Home on the Rande’, que Fuller compuso mientras enseñaba como visitante en la Universidad de Yale a mediados de los años cincuenta:
Roam home to a dome / Where Georgian and Gothic once stood / Now chemical bonds alone guard our blondes / And even the plumbing looks good.
(Dirige tus pasos a una cúpula / Donde antaño hubo Georgia y gótico / Hoy sólo lazos químicos guardan a nuestras rubias / E incluso la fontanería parece buena.)
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Pág.284-316... "Si algo estaba destinado a reducir la arquitectura “al nivel de las actividades de ciertas especies de insectos y mamíferos” -por citar el ataque lanzado en 1956 por Berthold Lubetkin contra el reduccionismo de los arquitectos constructivistas soviéticos (su blanco era el grupo OSA , de Guinzburg)-, eran seguramente esas células residenciales proyectadas por Archigram . Inspiradas en el modelo de la casa Dymaxion (1927) de Fuller , o en su baño homónimo de una década después (véase página 242), estas viviendas aspiraban a ser ‘paquetes autónomos’, en el sentido de que estaban diseñadas principalmente para individuos o parejas. Aunque esta preocupación por las uniones sin hijos puede que fuera una crítica implícita a la familia burguesa , en última instancia la postura de Archigram apenas era crítica, como queda patente en el siguiente pasaje del libro de Peter Cook Architecture: Action and Plan , de 1967:”A menudo será parte de la labor del arquitecto investigar las ‘posibilidades’ de unemplazamiento; en otras palabras, usar el ingenio de la concepción arquitectónica para sacar el máximo beneficio de una parcela de terreno. En el pasado, este se habría considerado un uso inmoral del talento de un artista. Ahora simplemente forma parte de la sotisficación del conjunto del entorno y del proceso constructivo, en el que las finanzas pueden llegar a ser un elemento creativo en el diseño .”
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... También los prototipos deBuckminster Fuller, como la casa Dimaxion o máquina para vivir (1927), manifiestan una forma extrema del dogma racionalista, en el sentido más estricto. Sin ninguna concesión a la estética, a la forma o al estilo, es exclusivamente la acción mecánica y funcional la que conforma el edificio, entendido como un prototipo autónomo respecto a cualquier lugar.
En todos estos casos la arquitectura está interpretada como contenedor de actividades, como sumatorio de instalaciones, como máquina que absorbe la energía del entorno, como problema de medidas, como definición de estándares. La arquitectura racionalista parte de la entronización del método. Toda precipitación, intuición, improvisación ha de ser sustituida por la sistematicidad, los cálculos precisos y los materiales producidos en serie.
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El Estilo Internacional tuvo algunos seguidores que comprendieron sólo en parte sus principios subyacentes, y que adoptaron sus formas como una nueva vestimenta externa. En esos casos, las formas modernas llegaron a ser una especie de embalaje, una aplicación cosmética, más que la expresión de unos significados más profundos, o bien el resultado ordenado de la atención prestada a la disciplina funcional indicada por cierto cometido. Éste era uno de los peligros de hablar de la nueva arquitectura como un 'estilo' sin más; sugería que se podían tomar un conjunto de fórmulas visuales y luego aplicarlas. La obra del arquitecto holandés Willem Dudok proporciona un ejemplo de este 'estilismo' competente; y también, en Francia, la de Robert Mallet-Stevens. Ambos fueron capaces de hacer del reduccionismo moderno una especie de simplicidad agradable, pero que, no obstante, carecíadel trascendental contenido visionario del auténtico movimiento moderno.
Naturalmente, para los funcionalistas acérrimos las distinciones de esta clase no eran importantes; en lo que a ellos concernía, todo estilo era una falsa imposición. En 1929, el ingeniero-filósofo Richard Buckminster Fuller proyectó una casa de aluminio alrededor de un núcleo central de instalaciones; afirmaba que esta 'casa Dymaxion' estaba ligada mucho más estrechamente a la optimización funcional y tecnológica que las producciones cosméticas del movimiento moderno, que él rechazaba de plano
“ El 'Estilo Internacional' [...] demostró haber sido inoculado por la moda sin necesidad de conocer los fundamentos científicos de la mecánica estructural y la química.
La 'simplificación' del Estilo Internacional no fue entonces sino superficial; quitó, como se quita una cáscara, los embellecimientos exteriores de ayer y colocó en su lugar novedades formalizadas de una simplicidad aparente, permitidas por los mismos elementos estructurales ocultos de aleaciones modernas que habían permitido las denostadas vestimentas beaux-arts [...]. El nuevo Estilista Internacional colgaba 'muros con motivos austeros' de una vasta y super meticulosa fábrica de ladrillo que no tenía cohesión estructural en sus propias juntas, sino que en realidad estaba encerrada en armazones metálicos ocultos sostenidos por el acero sin medios de apoyo visibles. Con muchos de estos recursos ilusionistas, el 'Estilo Internacional' causó un espectacular impacto sensorial en la sociedad, de modo similar a como un prestidigitador capta la atención de los niños [...].”
En esta valoración se reiteraba la confianza en la 'honradez' en el uso y la combinación de la técnica y la función, sin la 'imposición' de filtros simbólicos o estéticos; y como crítica a la fontanería y a la veracidad estructural de la arquitectura moderna, las alegaciones de Fuller podrían tener sentido. Pero como críticas arquitectónicas, sus observaciones estaban francamente fuera de lugar; nos recuerdan que, pese a toda la retórica usada en la década de 1920 con relación a la 'expresión honrada' de la función, la estructura y la tecnología, el juego debía continuar, por decirlo así, a un paso del campo de las formas simbólicas, si es que lo pragmático se quería transformar en arte. Se puede ir más allá y decir que era en la tensión entre los hechos ya aceptados-como, por ejemplo, una ventana industrial o un soporte estandarizado de hormigón armado-y las asociaciones simbólicas que evocaban, donde residía parte del poder expresivo de la nueva arquitectura.