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FURUKAYAMA Masao., Tadao Ando. La geometría del espacio. Edit. Taschen. Colonia, 2006


p.61 Ando diseñó el denominado Museo de la Madera en 1994, situado en una zona montañosa de la prefectura japonesa de Hyogo. Este museo ofrece una introducción a las culturas de la madera de todo el mundo. Se trataba de crear un lugar que permitiera a los visitantes experimentar la cultura de la madera a través de los sentidos. La solución de Ando fue construir una sólida estructura de madera en una ladera boscosa de la montaña, una estructura diseñada para integrarse en el entorno. Los edificios que mejor expresan la actitud y el enfoque japoneses con respecto a lamadera son los santuarios Shinto, los templos budistas, las machiya (casas adosadas tradicionales) y las casas del té, pero el Museo de Madera es una clase de edificio completamente distinto. 


El edificio contiene unespacio anular de gran altura, de 46 m de diámetro y 16 metros de altura de techo, donde un auténtico bosque de columnas laminadas y vigas entrecurzadas llenan el espacio. El centro del anillo es un estanque circular abierto al cielo. Una estructura de madera con unespacio geométrico tan claro es poco habitual. El edificio parece comi si tuviera una fuerza mágica, primitiva, al mismo tiempo, sugiere una estructura futurista propia de una novela de ciencia ficción o una especie de pirámide de madera. 


Ando construye mobiliario de madera muy precido. En cuanto a la arquitectura, no se contenta con permanecer en el ámbito de la arquitectura tradicional japonesa, sino que ha realizado proyectos que expandenn las posibilidades de la construcción en madera. 


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Dentro del grupo de los museos monográficos y especializados, destacamos la realización por parte del afamado arquitecto Tadao Ando del Museo de la Madera. Está situado en el extremo noroeste de la prefectura de Hyogo, una zona del Japón densamente arbolada, donde las nevadas invernales suelen ser bastante importantes. Durante los últimos diez años, esta zona ha sufrido una destrucción masiva de la reserva forestal por parte de los promotores, que la han maltratado despiadadamente para construir instalaciones para la industria del ocio. Para comprender la importancia que tiene preservar nuestros bosques, es esencial instruirse previamente sobre la historia y las tradiciones de la cultura de la madera. El museo tiene la forma de un anillo de 46 metros de diámetro, un volcán en medio de la vegetación, ya que se halla emplazado en un ambiente densamente boscoso. En el centro del edificio hay un hueco circular de 22 metros de diámetro, abierto por arriba y con una piscina abajo, una especie de lugar de encuentro entre el cielo y el agua. El visitante se aproxima al edificio siguiendo un sendero en declive, creado aprovechando la pendiente natural del terreno. Ya en el interior, unos pilares y vigas de madera laminada de cedro de Hyogo sostienen la cubierta que se alza 16 metros más arriba; abajo, las escaleras, las terrazas y los suaves taludes dan al visitante una rica secuencia tridimensional, óptima para apreciar los artefactos de la cultura de la madera que allí se exponen.


Begoña GAZTAÑAGA

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