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MONTANER, Josep María.,   Sistemas arquitectónicos contemporáneos. Gustavo Gili. Barcelona, 2008. 


págs.26-63.“Sistemas racionales” 


 En este terreno encontramos dos teorizaciones arquitectónicas minimalistas que parten de métodos opuestos: en un extremo, la teoría pionera del monje benedictino Hans van der Laan, que se basa en una arquitectura básica y ascé­tica, de exclusión y renuncia, y en el otro extremo, la teoría del arquitecto Juan Borchers, que quiso llegar a una síntesis de todas las teorías sobre las propor­ciones arquitectónicas.


La sistematicidad es la esencia de la teoría y la obra del monje y arquitecto belga Hans van der Laan (1904-1991), autor del tratado De architectonische ruimte [El espacio arquitectónico]2' y de diversos monasterios contemporá­neos, como la abadía benedictina de Vaals, en Holanda (1986). La abadía está conformada por una serie de espacios minimalistas que siguen sistemas de medidas y criterios clásicos de simetría y euritmia, para los que Van der Laan diseñó incluso todo el mobiliario. Van der Laan creía en la existencia de una sintaxis arquitectónica básica, los "números plásticos", que reconciliaban los sistemas geométricos, aritméticos y armónicos, y que partían del conoci­miento de unos datos espaciales y formales que son comunes a todo el género humano. Para proyectar desde esta esencia de la arquitectura, Van der Laan propone tres escalas espaciales: la cella o interior íntimo, el patio o espacio de locomoción, y el campo de visión, hacia el exterior y la naturaleza. Según Van der Laan, la arquitectura es la mediadora entre la tierra y el cielo; su acto fundamental es crear un lugar. Para ello la arquitectura se basa en recintos, estructurados por muros y pilares, y relacionados por puertas y ventanas que atraviesan el grueso del muro. Lo esencial es comunicar un orden y una armonía implícitos.


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La abadía de St.Benedictusberg en Vaals (Países Bajos) es una abadía benedictina que se construyó a partir de 1922 como un simple cuadrilátero con dos torres que marcan las esquinas y que quedó sin terminar durante varios años. En 1956 recibe el encargo de proyectar la Abadía el arquitecto Hans Van Der Laan. Su intervención completa el edificio inacabado diseñado en 1923 por el arquitecto expresionista alemán Dominicus Böhm. Los planos del proyecto de Van Der Laan se finalizan en una primera etapa en 1957. Se construye en 1961 la cripta. A continuación la iglesia superior, atrio y hospedería en 1967. Le siguen el claustro y la biblioteca, que se completan en 1986. El arquitecto, que también fue un monje benedictino, residió en la abadía hasta su muerte en 1991. Fue un prolífico teórico de la arquitectura cuya principal contribución trata sobre los principios fundamentales de la arquitectura y la combinación de conceptos espaciales y filosóficos con herramientas prácticas de diseño. Su principal invento fue un sistema proporcional llamado “el número plástico”, que consideraba una respuesta objetiva a los fundamentos de la percepción, las cualidades del espacio y los elementos de la estructura. El número plástico "se basa en el principio de que podemos comprender y cuantificar la experiencia subjetiva del espacio". Los proyectos construidos de Van der Laan se convierten en terrenos de prueba para su sistema: en la abadía, el número plástico define la relación entre los elementos individuales, los módulos y las correspondencias dentro de las celdas, los espacios abiertos, las alturas y las aberturas, hasta el diseño de cada mueble. La elección de materiales toscos y austeros junto con una ausencia total de decoración subraya el interés de Van der Laan por una arquitectura completamente definida por reglas proporcionales y control de la luz. Esta obra le valió a Van Der Laan el premio Limburg de Arquitectura en 1989.


Edurne ARGANDOÑA


 

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