Págs.74-79.“Construir para las masas. 1945-1970”.
La confusión era aún mayor debido a que los centros industriales, es decir, los que habían permanecido intactos, habían entregado toda su capacidad de fabricación al esfuerzo bélico y por ello no podían multiplicar sus esfuerzos para proveer productos en los tiempos de paz. A pesar de todo, la gente creía con firmeza que podían construir un nuevo mundo feliz sobre las ruinas de la guerra y el Plan Marshall norteamericano de 1947, cuya finalidad era apoyar la reconstrucción económica, era un instrumento, para poner a Europa Occidental en marcha hacia la recuperación. La destrucción ofreció oportunidades sociales y arquitectónicas nunca vistas antes. Los gobiernos estaban tan desesperados por reconstruir con rapidez que se desperdiciaron muchas oportunidades, y viviendas con unos niveles mínimos de calidad, ubicadas en lugares fortuitos, se hicieron realidad en vez de planes bien pensados que ofrecieran viviendas dignas, que suponían más tiempo de construcción, pero que hubiesen sido mejor a largo plazo. En los Estados Unidos la prisa en construir dio superficies inmensas de alojamientos prefabricados “en extensión” como Levitown en Long Island, una urbanización de 17.500 casas, de William Levitt, pionero en el enfoque de producciones masivas y en cadena de viviendas, llamadas fábricas “in situ”, de manera que podía construir 35 casas en un día. Esas casas prefabricadas, baratas y fáciles de construir, hacían de cierta manera real el sueño americano de una casa para todo el mundo. Era un sueño también apoyado por grandes préstamos federales para los posibles compradores.Pero por desgracias esas casas sólo se presentaban bajo cuatro o cinco modelos básicos que iban del “estilo rancho” al “Cape Cod” con el resultado de que se perdía personalidad y un suburbio de California no se podía diferenciar de uno de Massachusetts.
En todo el mundo la mayor utilización del coche con motor, así como las nuevas demandas de técnicos automatizados en la industria, que necesitaban más espacios, dier on como resultado nuevas tendencias en la planificación de ciudades. La gente abandonaba las ciudades del interior para ir a los suburbios que no paraban de crecer y las casas que dejaban eran sustituidas por bloques de edificios. Esta tendencia significaba que amplias áreas de las ciudades más grandes del mundo estarían repletas de día, pero vacías de noche y los fines de semana. Por ejemplo en 1958 el City Planning Board de Boston (Massachusetts) encargó un plan de nuevo desarrollo para que se llevara a cabo el centro de la ciudad y que incluía el desmantelamiento del núcleo urbano y la demolición del 85% de los edificios y la eliminación de las casas residenciales.