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FRAMPTON Kenneth.,  Historia crítica de la  Arquitectura Moderna. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.  


Pág.169-179.“La nueva colectividad: arte y arquitectura en la Unión Soviética” 


Toda esta actividad animó al gobierno a formar un grupo de investigación sobre la normalización de la vivienda, bajo la dirección de Guínzburg. El trabajo de este grupo llevó al desarrollo de una serie de unidades Stroikem, una de las cuales fue aplicada por Guínzburg a su bloque de viviendas Narkomfin, construido en Moscú en 1929. Aunque su sistema de calles o plataformas interiores daba acceso directo a un bloque adjunto que contenía una cantina, gimnasio, una biblioteca, una guardería diurna y una cubierta ajardinada, Guínzburg seguía siendo perfectamente consciente de que esta colectividad implícita no podía ser impuesta a los residentes tan sólo mediante la forma construida. Por aquella época, escribía:


Ya no podemos forzar a los ocupantes de un edificio concreto a vivir colectivamente, tal como hemos intentando hacer en el pasado, en general con resultados negativos. Hemos de ofrecer la posibilidad de una transición gradual y natural hacia la utilización colectiva de algunas zonas diferentes. Esa es la razón por la que hemos intentado mantener aislada cada vivienda de la contigua; ésa es la razón por la que hemos considerado necesario diseñar el nicho de la cocina como un elemento convencional de tamaño mínimo que podría eliminarse del apartamento para permitir la introducción del suministro de comida desde la cantina en cualquier momento. Considerábamos absolutamente necesario incorporar ciertas características que alentasen la transición hacia un modo de vida socialmente superior, alentar pero no dictar.


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CURTIS William. J. La arquitectura moderna desde 1900. Edit. Phaidon. Hong Kong, 2006. 


Págs. .201 -215“Arquitectura y revolución rusa” .


En su ideología y en su arquitectura, el grupo OSA consiguió abrirse paso cuidadosamente entre los dos extremos, a pesar de su tendencia a virar hacia un severo puritanismo en la expresión. Algunos arquitectos del grupo, como Moiséi Guínzburg , prestaban atención a la vivienda y a la creación de alojamientos colectivistas. Implícita en los proyectos de Guínzburg y en las diversas investigaciones teóricas de OSA estaba la creencia de que la lógica clara del proyecto y la sensatez de las formas ordenadas podía tener cierto efecto moral limitado sobre las formas de la sociedad que se estaban desarrollando gradualmente.


Un producto típico del grupo fue el edificio de apartamentos Narkomfín , construido en Moscú en 1928-1930. El concepto marcaba una transición entre la casa tradicional de viviendas que contenía pisos completamente privados, y un nuevo tipo de alojamiento comunitario en el que algunas zonas eran comunes, y en el que se buscaba un equilibrio razonable entre el individuo, la familia y el grupo social más amplio . El impacto del vocabulario formal de Le Corbusier era indiscutible: las viviendas estaban contenidas dentro de una caja larga y baja, levantada del suelo mediante pilotis, y la ventana corrida se usaba como un recurso primordial para articular el conjunto.


La OSA dedicó mucho tiempo a los estudios de viviendas, examinando cuestiones como la célula familiar funcional, los estándares mínimos acordes con la producción en serie, y el significado de diferentes espacios de acceso. El edificio Narkomfín fue un laboratorio de sus investigaciones sociales; combinaba toda una variedad de unidades unifamiliares 'tipo F', el mínimo, con unidades mayores 'tipo K' con tres habitaciones en dos niveles. La sección del edificio en conjunto era una ingeniosa creación que usaba una disposición tres sobre dos. De este modo, las salas de estar, situadas a uno de los lados del edificio, podían ser amplias de altura y estar bien iluminadas, mientras que los dormitorios y los cuartos de baño podían ser más pequeños, más económicos en el uso del espacio y podían estar incluidos al otro lado del edificio. Pero esta disposición funcional tenía propiedades adicionales: el sistema 3:2 permitía ensartar las plataformas de acceso a lo largo de todo el edificio cada tres niveles, y formar un rompecabezas con las viviendas de modo que se pudiese disfrutar de la luz y las vistas en los dos lados. No obstante, estas 'calles-plataforma' eran algo más que meros corredores funcionales de acceso ; podrían considerarse elementos simbólicos que expresaban las aspiraciones comunitarias; en el edificio Narkomfín , de hecho, tenían calefacción para favorecer los contactos a lo largo de todo el año. Las otras partes comunitarias del edificio, como la cantina, la cocina, el gimnasio, la biblioteca y la guardería se encontraban en un prosaico elemento rectangular unido al volumen principal mediante un puente. Esa idea de Le Corbusier de la terraza de cubierta se empleaba aquí como un espacio comunitario adicional para usarse en los meses de verano.


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COLQUHOUN Alan., La arquitectura moderna. Una historia desapasionada. Gustavo Gili.Barcelona. 2005. 


Págs. 109- 135.“Las vanguardias en Holanda y Rusia” 


OSA


En 1925 se formó un nuevo grupo profesional dentro de la facción constructivista, bajo el liderazgo intelectual de Moiséi Guinzburg (1892-1946) y los auspicios de Alexander Vesnin, que se llamó OSA( Unión de arquitectos Contemporáneos). Este grupo se oponía tanto a los racionalistas como al Primer Grupo de Acción, trataba de apartar la vanguardia de la retórica utópica de la tradición Prolektur y  orientarla hacia una arquitectura fundada en el método científico y la injerencia rusa de una tendencia hacia la reintegración y la síntesis. Como señalaba León Trotski en su libro Literatura y revolución (1923): “Si el futurismo se sentía atraído por la dinámica caótica de la revolución…, el neoclasicismo expresaba la necesidad de paz, de formas estables”. Este era igualmente cierto para las vanguardias occidentales, donde -como veremos más adelante- hubo un retorno a la calma y la precisión neoclásicas como reacción en contra de la irracionalidad del expresionismo, el futurismo y el dadá.


El grupo publicó una revista, Arquitectura contemporánea y estableció estrechos vínculos con los arquitectos vanguardistas de Europa occidental El libro de Guinzburg El estilo y la época (1924)seguía de cerca el modelo de Hacia una arquitectura de Le Corbusier (aunque se oponía a la idea de las constantes platónicas) y estaba influido por el concepto de Kunstwollen formulado por Rielg. Osa planteaba una arquitectura de equilibrio en la que se reconciliarían las fuerzas estéticas y las tecnicomateriales; a ella se oponía ferozmente la ASNOVA de Ladovski por su actitud positiva y su síntesis en la tecnología.


Una manifestación anterior de estas ideas internacionalistas había sido la efímera revista trilingüe Vehch/Gegenstand/Objet publicada en Berlín en 1922 por El LissItsky – portavoz de la vanguardia rusa en  Alemania. Y por el poeta Ilia Ehrenburg. El objetivo principal de esta publicación – que en su mayor parte estaba escrita en ruso- era familiarizar a los lectores soviéticos con las corrientes europeas. La revista enfatizaba la autonomía del objeto estético: “No queremos ver la creación artística restringida a los objetos útiles. Toda obra organizada – sea una casa un poema o una pintura- es un objeto plástico. El utilitarismo básico está lejos de nuestro pensamiento”. Aunque promocionaba ostensiblemente las últimas ideas constructivistas, la revista desatendía completamente la doctrina antiestética del Primer Grupo de Acción.


 Los arquitectos OSA se concentraron en la vivienda y el urbanismo como principales instrumentos del desarrollo socialista. Guinzburg no era un defensor de la vida comunitaria en su modalidad más doctrinaria, según la cual debía aplicarse un estricto taylorismo tanto al trabajo como al tiempo de ocio, y la vida familiar debía quedar virtualmente abolida, pero pese a la importancia que Guinzburg concedía a las opiniones de la gente corriente, los tipos de viviendas que ofreció en su conjunto residencial de Narkomfin de Moscú (1928-1929) eran impopulares porque, con su superficie mínima, no permitían llevar esa vida desordenada de clan familiar a la que la gente estaba acostumbrada. Este edificio refleja la influencia de Le Corbusier en cuanto a su organización plástica y en lo relativo a la combinación de alojamientos familiares y servicios unitarios.


El campo del urbanismo, OSA quedó atrapada en la controversia entre los urbanistas y los desurbanistas. En este debate, los primeros proponían una descentralización moderada de las ciudades existentes, conservándolas en lo sustancial, y la creación de ciudades jardín suburbanas en la línea de Letchworth y Hampstead Garden Suburb, dos ejemplos realizados por Raymond Unwin en Gran Bretaña. Por el contrario, los desurbanistas propugnaban la demolición progresiva de las ciudades existentes, salvo sus núcleos históricos y la dispersión de la población por todo el campo. Las visiones desurbanistas de Guinzburg resultan evidentes en sus proyectos de concurso para la Ciudad Verde (una ciudad de ocio que debía constuirse cerca de Moscú) y para la ciudad siderúrgica de Magnitogorsk, en los Urales, una de las ciudades proyectadas como parte del primer Plan Quinquenal en 1928. Para Magnitogorsk, Guinzburg proyectó casas ligeras de madera sobre pilotis, adecuadas para una nueva clase de vida nómada. Estos planes se basaban en las teorías del sociólogo Mijail Ojitovich (1996-1937), que proponía una dispersión de la industria y unas relaciones equilibradas entre la vida urbana y la rural, apoyadas en el modelo de la propiedad universal del automóvil, inspirado en Ford. En sus proyectos, OSA adoptó el concepto de ciudad lineal tal como lo había propuesto el urbanista español Arturo Soria (1844-1920) y su discípulo Nicolai Miliútin (1889-1942), que también fue el cliente de las viviendas Narkomfin de Guinzburg

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