Pags. 132-147. “La critica radical y utópica”
En las propuestas urbanas utópicas, megaestructurales y alternativas de Constant, y también en las de Yona Friedman, como en su Ciudad Espacial (1958-1962), existen puntos de contacto con la ciudad expresionista, hecha de ensamblajes, estructuras transparentes en el espacio y formas finales orgánicas, y con el constructivismo y sus obras manifiesto, como el Monumento a la Tercera Internacional( 1919-1920) de Vladimir Tatlin, la Tribuna de Lenin (1924) de El Lissitzky o la torre de la Radio Sabolovka en Moscú (1919) de Vladimir G. Suchov. Esta última obra con forma orgánica, como un cono alargado y que sólo se construyó en versión reducida, hubiera llegado a tener 350 m de altura.
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Pág.132-143.“La nueva objetividad: Alemania, Holanda y Suiza, 1923-1933”
En este caso, al igual que en la cubierta de Veshch, la abstracción suprematista se considera compatible con los objetos convencionales . Al contrario que Frank Lloyd Wright en el edificio Larkin, Lissitzky no sentia ninguna necesidad de rediseñar los objetos fabricados en serie, como los teléfonos, aunque en ya en 1920 había rechazado el utilitarismo 'antiartístico' proclamado por el grupo productivista de Tatlin. Si bien reconocía que las construcciones concebidas con el empirismo de la ingeniería (sachlich) podían poseer tanto belleza espacial como significación simbólica, la Tribuna de Lenin que diseñó en 1920 ilustraba su propia combinación sutil de ingeniería y suprematismo: la estructura básica consistía en una viga triangulada inclinada, con un fotomontaje de Lenin colocado en la parte superior, mientras que las plataformas y la base estaban tratadas como formas elementalistas, milagrosamente suspendidas en el espacio. Esta yuxtaposición incongruente de elementos abstractos y no objetivos con formas empíricas de la ingeniería iba a caracterizar la obra de Lissitzky hasta principios de los años treinta . Aunque esta síntesis no era estrictamente compatible con la noción de Sachlichkeit, el planteamiento de Lissitzky llegó a ser el punto de partida de un estilo de construir internacional y 'objetivo' .
Pág.169-179.“La nueva colectividad: arte y arquitectura en la Unión Soviética”
Lenin llegó a desconfiar, si no a temer, la afirmación radical de Bogdanov de que había tres caminos independientes hacia el socialismo: el económico, el político y el cultural. Sin embargo, pese al repudio oficial de Bogdanov en 1920 y el subsiguiente sometimiento del movimiento Proletkult a la autoridad del Narkompros (Comisaría popular para la educación), el espíritu de la cultura Agitprop persistió, especialmente en el teatro de Meyerhold. También siguió encontrando expresión en los numerosos proyectos de quioscos, tribunas y otras construcciones de información didáctica diseñadas por artistas productivistas como G. Klutsis y Rodchenko. Estos proyectos supusieron los primeros intentos de formular un estilo socialista no profesional para la arquitectura. Aunque intencionadamente 'irrealizable', el diseño de Lissitzky para una Tribuna de Lenin de 1920, proyectada como un proun, constituía una alternativa a esa arquitectura. Lissitzky había acuñado el término proun – de Pro-Unovis, “en pro de la escuela del arte nuevo”- para indicar un campo creativo sin precedentes, a medio camino entre la pintura y la arquitectura.