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Memorial Hall. Pabellón Central de la Exposición.

Exposición Universal de Philadelphia

  • 1876 -
  •  
  •  
  • Philadephia
  • Estados Unidos

KOSTOF, Spiro., Historia de la arquitectura. Alianza Editorial. Madrid 1988. Tomo 3


págs.1107-1165.“Ambientes Victorianos” 


pág.1128. La América victoriana.


pág.1137. El panorama desde el Este.


A pesar de todo su profesionalismo militante, los arquitectos prestaban atención a la libertad y a la imaginativa improvisación de los modelos de casas de los constructores. En la década de 1870 comenzaron a diseñar, para clientes ricos de la costa Este, casas ligeras con plantas flexibles tramadas en torno a un salón de estar. Con acceso más o menos directo desde el exterior, este salón tenía una enorme chimenea y estaba abierto a la luz mediante una pared de ventanas. La escalinata que conducía al piso superior, en ocasiones provista de asientos de obra, era una característica formal de uno de los lados o de una esquina. El espacio fluía libremente entre las habitaciones que estaban sólo mínimamente separadas unas de otras por meros tabiques, por ejemplo, o por puertas correderas muy anchas. Y el exterior, animado por gabletes y torretas, se abría hacia el jardín o el césped con grandes ventanas y terrazas de varias formas y tamaños que a menudo se apiñaban en una parte de la periferia de la casa.


Lo que se estaba cultivando a un coste considerable era una apariencia vernácula consciente de sí misma, pero ésta difería de la arquitectura vernácula de los constructores en dos aspectos: Primero, la estructura estaba revestida por ripias en lugar de estar al descubierto: de aquí el nombre de Estilo de Ripias. Aquí el énfasis pasaba del esqueleto al material de la superficie, de la articulación esbelta a las continuidades envolventes. Y segundo, la inspiración era más culta, más sofisticada, que el pintoresquismo del constructor para aquella gran clientela anónima de familias de clase media. Se hacía eco, en la masa general y en las características arquitectónicas, de la manera «Reina Ana» de Shaw y Nesfield  que había llegado a los Estados Unidos a través de grabados publicados en las nuevas revistas profesionales como The American Architect and Building News (El Arquitecto Americano y Noticias de la Construcción) y como The American Builder (El Constructor Americano). Pero la planta abierta de las casas del Estilo de Ripias, con sus espacios fluidos, era original; en una casa de estilo «Reina Ana», las habitaciones seguían siendo entidades separadas bien definidas. Y el prototipo inglés prefería las tejas y las vigas de madera vistas en el exterior, a menudo instaladas sobre muros de ladrillo perfectamente firmes.


 La predilección americana por las ripias evoca una fuente local: su propio pasado colonial. Del mismo modo que los arquitectos ingleses habían vuelto una década antes a las estructuras tradicionales del campo y a las vernáculas georgianas de las ciudades, los arquitectos de la costa Este redescubrían ahora las construcciones de las granjas de Nueva Inglaterra y de lugares como Newport, Marblehead y Portsmouth, que apenas habían cambiado desde los tiempos coloniales. Con la decadencia de las flotas pesqueras balleneras y de la tala comercial, estas antiguas ciudades portuarias estaban encontrando una nueva vida como lugares de veraneo para las clases acomodadas, la imagen nostálgica y cargada de recuerdos de su arquitectura alentaba la moda de los techos con vigas de travesaño en las casas de Estilo de Ripias, así como la carpintería de plomo en las ventanas, y las grandes chimeneas de mampostería que en la práctica se habían quedado obsoletas por la difusión del uso de las hornillas y los hornos.


Había un ingrediente adicional en la apariencia del Estilo de Ripias: Japón. Aquel país, tradicionalmente cerrado a occidente, había estado acariciando durante un tiempo una política de puertas abiertas. Su arquitectura de madera, que era la norma para casi todos los tipos de construcciones, había sido depurada a través de los siglos hasta ser un refinado sistema de estructura y diseño. Era probablemente la arquitectura en madera más avanzada del mundo. Los constructores japoneses de la Exposición del Centenario de Filadelfia de 1876 fueron un oportuno estímulo para los arquitectos del Estilo de Ripias. Y ello no sólo porque la construcción respondiera a su propia preocupación por la estructura de madera y su revestimiento, sino también porque la organización espacial de los interiores japoneses reforzaba la noción de una planta abierta, idea central para el propósito de estos diseñadores americanos. Un periódico dijo de estas construcciones japonesas que «en cualquier momento puede darse cualquier partición, y dos o más habitaciones, o la casa entera, pueden ser convertidas en un gran apartamento... Puertas y ventanas tal y como nosotros las empleamos, no hay ninguna».


Así es como ahora a las casas de Estilo de Ripias les gustaba sugerir postes de bambú, los kamoi o vigas abarcantes bajo las cuales había en un interior japonés, haciendo innecesarios los muros fijos, y las elegantes mamparas de celosías llamadas ramma. En algunas cosas, no obstante, no se siguió este modelo exótico. Por ejemplo, la casa japonesa tiene todas sus junturas con muescas, almillas y clavijas; nunca se usaban clavos. Además, todas las habitaciones estaban trazadas como múltiplos de una tatami o estera de suelo, que media aproximadamente 1 metro por 2, y todas las pantallas correderas que había entre ellas tenían la misma altura y anchura.


 El Estilo de Ripias era un fenómeno de los barrios residenciales de las afueras y de los lugares de veraneo de Nueva Inglaterra. Tenía un sentimiento antimonumental y ánimo era antiurbano. Se enorgullecía de su apariencia honesta y democrática. Pero su la industria escapista. Volvía la vista hacia aquellos días más sencillos de antes de que hubiese cambiado el mundo. Ignoraba la rápida urbanización de América desde la Guerra Civil y contribuía muy poco a los problemas de la construcción de las ciudades. Por lo tanto, continuó siendo una graciosa efusión regional reservada para segundas viviendas, casinos, y hoteles de verano para las vacaciones de familias acomodadas.


 

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