Imprimir

BENEVOLO, L., Historia de la arquitectura moderna. Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.


Págs. 1027-1106.”La época de la incertidumbre”  


1.- El desafio de los asentamientos irregulares.


El Tercer Mundo tiene cada día más importancia y sus situaciones -el crecimiento demográfico, las grandes ciudades de más de diez millones de habitantes, lasdesigualdades y la desintegración de los modelos de asentamientos- seconvierten en los caracteres dominantes del mundo contemporáneo.


En los años setenta, la población mundial pasó de 3,6 a 4,4 millones, pero este crecimiento acelerado es el resultado global de una disminución en los paísesdesarrollados y de una aceleración bastante mayor en los países atrasados. Las estimaciones de Naciones Unidas prevén, para finales de siglo que la población aumentará todavía de 4,4 a 6,2 mil millones ( es decir un 40%); pero la de África aumentará un 75%, la de América Latina un 65%, la de Asia oriental un 24%, la de Estados unidos y de la Unión Soviética un 17% y la de Europa un 7%. En los países desarrollados, el desplazamiento de la población activa de la agricultura a la industria es ya un hecho pasado, y en la actualidad se perfila el de la industria a los servicios; por tanto, las ciudades no aumentan ya y, en muchos casos, se empieza a ver una migración opuesta, de los grandes centros hacia las afueras. En los países atrasados, en cambio, el desarrollo industrial se produce ahora y está condicionado por la concentración de los servicios en pocos centros, relacionados con el circuito internacional; todo esto produce un enorme aumento de la población urbana, sobre todo en las capitales políticas y en los nudos de comunicación, que alcanzan amplitudes y ritmos nunca vistos en el pasado.


En 1980, Nueva York es todavía la mayor aglomeración del mundo con sus 20,2 millones de habitantes, seguida por Tokio (20), México D.F (15), Shangai (14,3), Sao Paulo (13,5); Pero en el año 2000, México D.F tendrá 31 millones de habitantes, sao Paulo 25,8, Shangai y Tokio 23,7 y Nueva York 22,4.


Para hacer frente al desarrollo precipitado de las aglomeraciones urbanas del Tercer Mundo se dispone de los métodos de la planificación urbanística y de laproyectación arquitectónica moderna, enumerados en el capítulo anterior para el decenio 1960-1970: investigaciones, programas y proyectos realizados por las agencias y los estudios profesionales europeos y norteamericanos se van difundiendo por el mundo entero gracias a las organizaciones económicas y políticas que actúan a escala internacional; otros estudios y otros proyectos son realizados en los lugares mismos por arquitectos y grupos formados en las universidades de los países avanzados. Pero el conjunto de los resultados contradice de forma clamorosa las finalidades declaradas por la cultura arquitectónica moderna: los edificios proyectados por los arquitectos y conformes a las ordenanzas, las ciudades trazadas según las reglas de los planos urbanísticos y provistas de todos los servicios públicos, las calles, los parques etc., pertenecen sólo a una parte de la población; la otra parte no puede servirse de ellos, y se asienta por su cuenta en otras casas, barrios y ciudades irregulares, relacionados con los anteriores, pero claramente distintos. Los terrenos se ocupan sin título jurídico , las casas se construyen con medios de fortuna y sin tener en cuenta las ordenanzas de la construcción, faltan los servicios colectivos o son introducidos con retraso, con criterios totalmente distintos de los vigentes en la otra ciudad.


Estos asentamientos serán llamados ‘marginales’, puesto que fueron considerados como una franja secundaria de la única ciudad legítima, como las barracas y los tugurios que siempre existieron, en medida limitada al margen de las ciudades industriales de todo el mundo. Pero esta definición ya no se adapta a la situación actual, puesto que los asentamientos irregulares crecen de formamucho más rápida que los regulares; en ellos vive, en muchos países, la mayoría


de la población, y representan un gigantesco hecho consumado que permanece fuera de las normas legales, pero que tiene un peso preponderante en la realidad; los planes más ambiciosos ya no se proponen su reducción, sino simplemente dosificar o estabilizar su desarrollo precipitado. A escala mundial la población se duplica cada 30 años, la población urbana cada 15 años y la población marginal cada 7.5 años. 


Las formas de esta discriminación varían según los países. Los barrios irregulares se levantan al lado de los regulares, mezclados en todos los modos posibles, pero siempre decididamente distintos (el límite es muy claro, nunca gradual, precisamente por la incompatibilidad de los mecanismos de formación); se llaman con muchos nombres distintos -ranchos en Venezuela, barriadas en Perú, favelas en Brasil, bidonvilles en los países de habla francesa, squatters en los países de habla inglesa, bustees en la India, gourbi villes en África del Norte, Gecekondu en Turquía, Ishish en oriente medio- y forman un paisaje compacto, complementario y omnipresente al fondo de la ciudad regular. Las casas, a menudo, son repeticiones de las cabañas rurales de dónde proviene la mayoría de sus habitantes, pero adquieren un nuevo carácter por su continüidad y por la falta de espacios libres, como en las primeras aglomeraciones industriales europeas. Entre ambas ciudades -que se enfrentan visualmente de modo directo- rigendeterminadas relaciones muy precisas; los habitantes de la ciudad regular noentran en la irregular, mientras que los habitantes de la ciudad irregular circulancada día por la regular, utilizando y reciclando sus desperdicios. En otros casos, laciudad irregular nace dentro de la regular: los barrios más antiguos, en estado ruinoso y abandonados por sus habitantes originarios, se convierten en precarias viviendas para los nuevos emigrados y forman otros asentamientos marginales mimetizados entre los monumentos del pasado. Este es quizá la suerte inevitable de las ciudades musulmanas, de África a Asia, donde el tejido antiguo -absolutamente distinto del moderno ‘convencional’ impenetrable para los coches, construido con materiales que se deterioran fácilmente y que necesitan de una conservación continua. De hecho ya ha sido abandonado y solo se restauran los monumentos principales. Así pues, la conservación de las ciudadesantiguas resulta un privilegio reservado a Europa, y de hecho es totalmente excluida en los demás países; Isfahan, Damasco, Delhi serán probablemente destruidas en los próximos años; sólo se salvarán sus mezquitas y sus palacios. Y, por fin, en otros casos, dónde el clima lo permite, no se necesitan ni casas ni barrios para la población marginal: ya en 1960. 600.000 personas dormían en las calles de Calcuta, Los países ‘desarrollados’ tampoco se escapan de estos mecanismos difundidos a escala mundial: las construcciones ‘abusivas’ aparecen puntualmente donde la planificación urbanística no sigue el paso de las transformaciones de los asentamientos: en Roma (donde alrededor de 60.000 personas viven en barracas y aproximadamente 800.000 en casas construidas sin licencia en terrenos no edificables, en italia del sur, en los países balcánicos e ibéricos y en algunas zonas de la Unión Soviética.


 

Subir