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El Hospital de los Inocentes era una inclusa que se empezó en 1419 en una propiedad adquirida por el Gremio de Mercaderes de Seda, generalmente está considerado como la expresión monumental más antigua del nuevo estilo Renacentista. Aunque todavía se le relaciona con la arquitectura románica y tardogótica italianas, sus rasgos novedosos minimizaron la afililación del edificio a los estilos medievales. Los hospitales toscanos del Trecento a menudo son diseñados con pórticos de arcadas y Brunelleschi mantuvo este rasgo para el Inocenti. Pero eliminó la antigua balaustrada sobre la que descansaban las columnas, cambió los fustes poligonales a cilíndricos, y transformó los estilizados capiteles de hojarasca por el rico follaje corintio. Tradujo las viejas formas a un nuevo idioma que era clásico por alusión, pero que estaba menos inspirado por los prototipos clasicos ortodoxos que por las variaciones ideosincrásica de Brunelleschi de detalles clasicistas que había en estructuras románicas florentinas como el Baptisterio y S. Miniato al Monte. 


La claridad y correspondencias de la fachada del Ospedale, subrayadas por los frisos, cornisas y basas que enmarcaban las proporciones individuales del conjunto, eran extraordinarias. Una plataforma de nueve escalones (construida después de la muerte de Brunelleschi) sostenía una arcada de nueve paños con una ventana con frontón sobre el centro de cada paño. Puede que se pensara poner pilastras dobles o simples directamente encima de cada columna, pero nunca se realizaron. Originariamente la arcada estaba equilibrada por un paño cerrado en cada extremo, una disposición que recalcaba la simetría del diseño, igual que la bóveda vaída que cubría a cada paño ponía énfasis en la regularidad de su forma cuadrada.No era sólo la claridad del diseño y la ciencia que había detrás de sus proporciones lo que daba al Inocenti su perceptible resonancia all´antica, sino también el exquisito tallado de sus detalles clasicistas, atribuibles a la antigua destreza de Brunelleschi como escultor y orfebre. El paso de escultor a la arquitectura era natural y lógico; se enseñaba a los escultures a diseñar y trazar piezas arquitectónicas, el marco arquitectónico para las esculturas y mobiliario de la iglesia como púlpitos, tabernáculos y galerías de coro era un quehacer normal en el tiempo.


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GIEDION S., Espacio, tiempo y arquitectura. Edit. Edit. Reverté. Barcelona, 2009.


Págs. 65-183. “Nuestra herencia arquitectónica”


La nueva concepción del espacio: la perspectiva y el urbanismo


El primer edificio en el que aparece el espíritu del Renacimiento es la logia situada en el frente del Ospedale degli Innocenti, en Florencia. Este Ospedale degli Innocenti, el hospicio, fue construido por encargo del gremio de los tejedores de la seda, del que Brunelleschi, como orfebre, también era miembro. Entre 1419 y 1424, el arquitecto construyó los nueve arcos situados en el centro del edificio.


Puesto que el primer edificio del Renacimiento estaba destinado a un servicio práctico comunitario, no tenía que ajustarse en su apariencia a los principios decorosos e imponentes que regían para las construcciones del estado, unos edificios en los que con frecuencia se reflejaba el gusto del periodo anterior. Por esta razón los palacios florentinos conservaron su semejanza con las fortalezas cerradas góticas hasta mediados del siglo XV. En este hospicio, Brunelleschi tuvo la oportunidad de abrir ese bloque cerrado, a modo de fortaleza, que era el edificio. Y lo hizo por medio de un porche con arcos de medio punto, agradable por su grácil ligereza.


El muro superior de los Innocenti no está almohadillado, sino que se mantiene como una superficie lisa, con escasas ventanas. En el exterior queda patente una preferencia renacentista: el entablamento que divide horizontalmente en dos toda la superficie de la fachada.


Pero lo que principalmente distingue este hospicio es el pórtico, y su rasgo más interesante es el modo en que se trata la bóveda. Han desaparecido los nervios diagonales cruzados del Gótico; los sustituye una ligera bóveda vaída, que asemeja una vela henchida por el viento. Unos arcos transversales se usan para marcar claramente los límites entre cada bóveda y la contigua, satisfaciendo así la exigencia renacentista de la total independencia de cada elemento de un proyecto.


No hay ninguna conexión directa entre la arquitectura clásica y el hospicio de Brunelleschi. Con frecuencia se ha observado que los rasgos principales del estilo arquitectónico de Brunelleschi están estrechamente relacionados con edificios que veía cada día en Florencia: el Baptisterio, la iglesia de San Miniato y la Abadía de Fiesole. Todos ellos están dentro de la tradición de la arquitectura medieval que va desde el siglo VIII al XII. La bóveda vaída o hemisférica que Brunelleschi usó con tanta seguridad en sus iglesias y en los Innocenti –y que fue siempre su motivo preferido para el abovedamiento– era igualmente poco usual en la Antigüedad. Sin embargo, era muy común en la arquitectura bizantina, especialmente en las logias y en los vestíbulos de entrada a las construcciones eclesiásticas. En tiempos de Brunelleschi existía una conexión relativamente estrecha entre Florencia y Bizancio. Investigaciones recientes también han dejado claro que algunas otras soluciones renacentistas al problema del abovedamiento están más en deuda con la Edad Media y Bizancio que con la Antigüedad clásica.


 

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