Págs. 294-310. “Alemania: los enciclopedistas”
En uno de esos libros, Hilbersheimer pasa revista a la nueva arquitectura como movimiento que abarca la mayor parte de Europa. Internationale Neue Baukunstilustra la obra de unos setenta arquitectos europeos (y cuatro estadounidenses), y demuestra un juicio muy seguro: muy pocos de los arquitectos cuya obra incluye han perdido luego la estima profesional y por lo menos en un caso -Sant’Elia- los hechos subsiguientes han justificado plenamente su inclusión. Otros de los elegidos demuestran casi una clarividencia por parte de Hilbersheimer: Alberto Sartoris y la firma Figini-Pollini habían construido escasamente un edificio cuando Hilbersheimer escribió su libro.
Otros dos libros escritos por Hilbersheimer en esa época pasan revista a tipos determinados de edificios, usando el término «tipo» en sentido muy amplio: en Hallenbauten se ocupa de auditorios, mercados, etc., Groszstadt Architekturpasa revista a edificios públicos y semipúblicos de escala metropolitana. El cuarto libro, el más interesante de la serie, trata un material específico, el hormigón.
El título, Beton als Gestalter, da una idea falsa del contenido y sugiere que la obra pertenece a una corriente de pensamiento que adquiría preponderancia por entonces y tendía a interpretar el Estilo Internacional en términos puramente racionalistas, como producto de los materiales y las técnicas empleadas.
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Pág. 183-192.“Del racionalismo al revisionismo: La arquitectura en Italia, 1920-1965”
El racionalismo. El segundo movimiento progresista de posguerra nació en 1926 con la formación del Gruppo 7. Los componentes de este grupo entre ellos Adalberto Libera (1903-1963), Luigi Figini (1903-1984) y Gino Pollini (1903-1991) eran todos estudiantes del Politécnico de Milán y pertenecían a una nueva generación de posguerra. Sus objetivos quedaron resumidos así en la revista Rassegna italiana: «La herencia de los vanguardistas que nos han precedido era (…) una verdadera furia devastadora (…) El distintivo de la juventud de hoy día es un deseo de lucidez y de ciencia (…) Nosotros no queremos romper con las tradiciones. La nueva arquitectura, la verdadera arquitectura, debe ser el resultado de una estrecha asociación entre la lógica y la racionalidad. El programa de los racionalistas, con su fusión de funcionalismo y espíritu clásico, estaba tomado en buena parte de los artículos de Le Corbusier en L'Esprit Noucean. Los líderes intelectuales de este movimiento eran el crítico de arte Edoardo Persico (1900-1936) y el arquitecto Giuseppe Pagano (1896-1945), director y redactor jefe, respectivamente, de la revista Casabelia desde finales de la década de 1920...
...Estos arquitectos racionalistas llevaron a cabo importantes proyectos, tanto privados como públicos: entre ellos, Figini y Pollini (por ejemplo, la casa del propio Figini en Milan, de 1934 - 1935) y Giuseppe Terragni, cuya Casa del Fascio en Como (1932-1936) era una fusión del monumentalismo clásico con la abstracción moderna.
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