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Eero Saarinen

SAARINEN, Eero

  • Arquitecto
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  • 1910 - Kirkkonummi. Finlandia
  • 1961 - Ann Arbor, Míchigan. Estados Unidos

Si bien el interés por la arquitectura moderna en occidente ha estado marcado por diversas corrientes a lo largo del siglo XX, la figura de Eero Saarinen emerge como un destacado exponente que revitaliza y redefine los paradigmas arquitectónicos de su tiempo. Nacido en Finlandia en 1910, Saarinen se convirtió en un arquitecto activo en Estados Unidos, dejando una huella imborrable en la historia de la arquitectura.
Su enfoque innovador y su habilidad para fusionar funcionalidad y estética lo consolidaron como una figura clave en la transición hacia la arquitectura moderna. A pesar de su formación académica en arquitectura, Saarinen escapó de las limitaciones convencionales, explorando constantemente nuevas ideas y técnicas para dar forma a sus creaciones arquitectónicas.
Durante su carrera, Saarinen demostró una profunda conexión con la naturaleza y el entorno circundante, buscando la armonía entre sus diseños y el contexto en el que se insertaban. Esta relación se refleja en la meticulosa atención que dedicaba a la integración de sus edificios con el paisaje circundante, así como en su comprensión de la importancia de la luz natural en la experiencia arquitectónica.
Uno de los elementos distintivos de la obra de Saarinen fue su enfoque en la forma y la estructura. Sus creaciones, que incluyen iconos como el Gateway Arch en St. Louis y el diseño del aeropuerto de TWA en Nueva York, destacan por sus líneas elegantes y sus formas esculturales. La pureza de sus diseños, a menudo caracterizada por la ausencia de ornamentación innecesaria, refleja su compromiso con la simplicidad y la funcionalidad.
La obra de Saarinen no solo se limitó a la estética; también abordó la relación entre la arquitectura y la función, buscando la armonía entre el propósito de un edificio y su forma. Este enfoque integral se evidencia en la versatilidad de sus proyectos, que abarcan desde edificios corporativos hasta instalaciones públicas y espacios urbanos.
Los críticos y estudiosos de la arquitectura, como Kenneth Frampton y Peter Jodidio, han reconocido la contribución significativa de Saarinen al discurso arquitectónico internacional. Su capacidad para integrar identidad, contexto y globalización lo posiciona como un destacado representante del enfoque crítico regional, un movimiento que busca expresar la conexión intrínseca entre la arquitectura y su entorno cultural.
Saarinen, a pesar de su temprano fallecimiento en 1961, dejó un legado perdurable en el mundo de la arquitectura. Su enfoque innovador, su búsqueda constante de la excelencia y su capacidad para desafiar las convenciones establecidas continúan inspirando a arquitectos y amantes del diseño en la actualidad. Entre los numerosos honores y reconocimientos que ha recibido, destaca el impactante Premio Pritzker de Arquitectura, otorgado póstumamente en 1979, que atestigua la influencia perdurable de su visión creativa en el panorama arquitectónico mundial.
 

Nahia MANZANOS, Naroa MAURIZ, Silvia NICOLÁS


SERRAINO Pier Luigi., Eero Saarinen 1910-1961. Un expresionista estructural. Edit. Taschen. Colonia, 2006


Págs.6-15. Introducción. 


Arquitecto y orador, Eero Saarinen atrapaba la atención de su público gracias a la convicción con la que transmitía sus ideas y a la claridad de su pensamiento…. Era “un arquitecto que practicaba la crítica” (Douglas Haskell The Architectural Forum)….


… El considerable volumen de trabajo que Saarinen produjo en un período de tiempo relativamente corto encuentra su contrapunto literario en la gran cantidad de textos de su autoría nunca publicados y en los discursos que dio para transmitir su visión del diseño. Profundamente consciente de su papel en el discurso moderno de mediados de siglo, Saarinen orquestó cuidadosamente la inserción de sus propios proyectos en la historia a través del manejo de su imagen pública, de sus relaciones estratégicas con los poderosos corporativos más influyentes, sus alianzas con figuras claves de los medios y la colaboración de una restringida cohorte de talentosos fotógrafos de arquitectura. El elenco completo de la élite arquitectónica estadounidense de posguerra se despliega al ojear sus agendas personales. Charles Eames, Walter Gropius, Mies van der Rohe, Phillip Johnson, Richard Neutra etc. junto a estas celebridades aparecen integrantes de las más altas esferas del mundo empresarial; ejecutivos de CBS, adminstradores universitarios, magnates de General Motors, presidents de aerolíneas… Hábil jugador en el campo de los poderes económicos y politicos, Saarinen triunfó dando una impronta personal a sus diseños, algo que le convirtió en el arquitecto probablemente más representativo de su generación…


 .. Saarinen es el hijo del Movimiento Moderno por excelencia. Hijo de Eliel, afamado arquitecto finlandés, nace en Kirkkonummi Finladia.. su madre era escritora y diseñadora textil.. continua la búsqueda de Eero de una identidad como individuo y arquitecto frente a una presencia paterna tan eminente. Competidor feroz, Eero representó el papel que su padre había escrito para él, y Eliel había establecido metas extraordinariamente elevadas para su hijo….. “Jamás contestes cuando no conozcas los hechos relacionados con el tema y no hayas pensado detenidamente acerca de la respuesta adecuada”.


En su tierra natal el talento de Eliel gozó de un temprano reconocimiento. Educado en el conservador ambiente académico de finales del XIX, Eliel dedicó su vida a dar forma a un nuevo orden para el diseño contemporáneo, con el fin de contrarrestar las recreaciones históricas de la Belle Époque que entonces prevalecían… diseños para la Estación de ferrocarril de Halsinki y su participación en el Chicago Tribune en 1922 le convirtieron en una figura de culto en los círculos del Movimiento Moderno. Su búsqueda de una arquitectura basada en principios fundamentales, tal y como afirma en su libro The Search for Form in Art and Architecture,  enunció un concepto que fue la base de todo el trabajo de su hijo- “Cada período de la historia, cada época cultural ha tenido la fuerza creativa para generar su cultura con un estilo expresivo propio, gracias a una aguda sensibilidad para hallar su forma fundamental”.


 Tras la recepción ampliamente favorable del proyecto que presentó al concurso para el Chicago Tribune, Eliel se trasladó a USA con su familia en 1923… pensando que en el nuevo mundo existirían oportunidades únicas de involucrarse en proyectos monumentales de relevancia urbanística. Su primer destino fue Evanston (Illinois). Un año más tarde se mudó  Ann Arbor tras aceptar un puesto de profesor invitado de diseño arquitectónico en la Universidad de Michigan. En 1925, George G. Booth, editor de The Detroit News, encargó a Eliel Saarinen diseñar el planeamiento y los edificios para Cranbook, un centro de educación ubicado en Bloomfield Hills, cerca de Detroit, donde los Saarinen se establecieron.  El encargo les mantuvo ocupados mientras el país entero se despeñaba hacia las profundidades de la Gran Depresión, tras el derrumbe de la Bolsa de Valores de New York en 1929. La Academia Cranbook promovía un original modelo pedagógico que integraba las artes y la arquitectura y fue el lugar de aprendizaje de numerosos futuros protagonistas del Movimiento Moderno en USA. El ejercicio paralelo de su profesión y de la enseñanza fue una constante en la carrera e Eliel en su nuevo entorno; se instaló en Bloonfield Hills y se convirtió en director de la Academia. Fue autor de numerosos ensayos y de algunos libros que tratan temas relacionados con el diseño. Puso mayor énfasis, sin embargo en la reflexión crítica sobre la ciudad moderna.  Su disgusto por aquello que percibía como un crecimiento urbano caótico debido a la modernización de la sociedad y a la creciente velocidad del transporte público y privado, le llevó a abogar por una concepción de la ciudad como entorno tridimensional de tiempo y espacio. Para él, todo desafío en el campo del diseño sería siempre la base para una relación sobre el planeamiento en general; más que una entidad existente por sí misma, todo edificio es parte del tejido urbano.


 El joven Eero interiorizó muchos de los preceptos de su padre: el retorno a los fundamentos esenciales de la forma y materia, el respeto por la artesanía de calidad, la creencia en la interrelación de las artes. Era finlandés y una referencia romántica a la naturaleza impregnaba su concepción de la arquitectura. Observando sus lazos familiares, la vocación de Eero parece casi inevitable. Dos de sus tíos eran arquitectos. Su hermana Pipsan, era diseñadora y decorador de interiores, y estaba casada con J. Robert F. Swanson, un arquitecto que fue socio de los dos Saarinen entre 1937 y 1939. Desde 1930 hasta 1931, Eero estudió escultura en la Académie de la Grande Chaumiére de Paris y, en 1934, obtuvo una licenciatura en Bellas Artes en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Yale. Se destacó por sus propios méritos muy pronto, cuando consiguió más de seis segundos premios en numerosos concursos, ganándose el apodo de Second Nedal Saarinen. A través de la Asociación Charles O, Matchnam visitó Italia, Egipto, Palestina, Grecia, Alemania y Suecia en 1935 y, en 1936….  Finlandia, donde trabajó en la reconstrucción del Teatro Sueco de Helsinki junto con el arquitecto finlandés Jarl Eklund. A fines de la década de 1930, comenzó a integrarse cada vez más en la empresa de su padre. Trabó lazos de amistad con Charles Eames quien, en 1939, trabajaba en la oficina de Eliel, y con Ray Kaiser, la futura esposa de Eames. Charles y Eero estuvieron a cargo del taller de diseño de Cranbook y, más tarde colaboraron en la creación de diseños de muebles, así como en el de la casa Jon Entenza, en Pacific Palisades, California, también conocida como Case Study nº9. Eero pasó los tres últimos años de la guerra prestando servicios en el departamento de gráfica de la Oficina de Servicios Estratégicos en Washington D. C. Padre e hijo siguieron trabajando juntos hasta la muerte de Eliel en 1950. Durante la ceremonia fúnebre, Alvar Aalto se refirió a Eliel como a “el primer gran urbanista finlandés”. El mismo año, la empresa cambió su nombre por el de Eero Saarinen & Asociados.


 La obra de madurez de Saarinen se desarrollo en el clima de efervescente de la affluent society, la sociedad opulenta de posguerra. El fin de la II Guerra Mundial marcó el comienzo de un período de progundos cambios en USA. Una vez desaparecida la angustia del conflicto; una euforia sin precedentes impulsó considerables transformaciones sociales y un enorme desarrollo cultural. El año de 1945 marcó el comienzo de una nueva era en las vidas de los estadounidenses de clase media. En tiempos de paz, los norteamericanos se concentraron en la reconstrucción y en el goce de su renovado poder político. El período de la expansión de posguerra duró veinte años y dejó huellas tangibles de su magnitud en el tejido social del país. Entre 1945 y 1965 nacieron ochenta millones de personas en USA. Aquella explosión demográfica fue uno de los factores que alteraron el uso de la tierra y la infraestructura de la nación. Elaine Tyler May, historiadora de la cultura, relata que “en los cuatro años que siguieron al fin de la guerra, los estadounidenses adquirieron 21,4 millones de coches, 20 millones de refrigeradores, 5.5 millones de cocinas, 11.6 millones de televisiones y se instalaron en un millón de viviendas nuevas cada año”. Aquella tendencia al consumo se extendió hasta bien entrada la década de los 50. Una sensación de abundancia y un insaciable apetito de bienes materiales – el origen de lo que se llamó la “estética de la abundancia”- influyó en el diseño de la época. Eero se aferró a la infraestructura y a los conocimientos generaos por el complejo industrial militar, ahora desmantelado y transformado para fines civiles, para producir una arquitectura específica de su época.


 Eero Saarinen fue un humanista, que se consideró a sí mismo parte de la segunda generación de arquitectos del Movimiento Moderno. La primera ola de arquitectos de este movimiento, argumentaba, había tenido que hacer comprender a la sociedad que la función era generadora de la forma. Una vez que aquella lección había sido interiorizada, la arquitectura podía servir para otros propósitos y responder a las nuevas inquietudes de la sociedad de posguerra. En palabras de Eero: “La arquitectura es el arte de construir, un arte que satisface las necesidades: primero, la necesidad física, y , segundo, la necesidad espiritual del ser humano. La primera busca organizar el espacio para las diversas actividades del hombre, la segunda persigue expresar los temores, esperanzas y aspiraciones humanas en la forma”. Esta definición es la base de su  compromiso total con el diseño. Aunque sólo unos pocos proyectos son conocidos hoy en día a través de las imágenes idealizadas de algunos de los mejores fotógrafos de arquitectura, la inspiración de Eero produjo más de 200 obras en 25 años de ejercicio de su profesión. La monumentalidad épica de muchos de los encargos que recibió y el carácter iconográfico de sus edificios son manifestaciones de su búsqueda de lo sublime. En contra de toda fórmula de diseño preestablecida, Saarinen creía que cada problema tenía su propia solución y que había que desarrollar la idea central de manera coherente, desde el concepto y a lo largo de todo el proceso, hasta en los más ínfimos detalles. Expresar el programa de necesidades a través de su estructura, aquello que Saarinen llamaba “expresionismo estructural”, fue  un rasgo importante de toda su producción. Dijo Saarinen: “La arquitectura moderna está ahora lo suficientemente madura como para que se piense en los mayores problemas de expresión”. Para evitar normas y sistemas que limitaran la creatividad y homogeneizaran la individualidad, Saarinen consideraba que la intuición era el medio a través del cual el expresionismo podía alcanzar su manifestación máxima. Agregó que “el espíritu de los tiempos nos habla. Su influencia nos llega a través de la intuición y ha de ser interpreta con intuición”. Saarinen procuraba encontrar una arquitectura que fuera una expresión de su época aunque basada en los fundamentos de la naturaleza. Esa dimensión metafísica diferencia mucho su producción de la de sus contemporáneos. “El ser humano tiene sus temores, sus esperanzas y su sentido de la transitoriedad de la vida. De alguna manera, la arquitectura tiene que reflejar todo eso”.


Un orden a nivel urbanístico inspira el diseño de los encargos a gran escala de Saarinen. El Centro  Tecnológico de General Motros, un encargo heredado de Eliel, y el parque y monumento Jefferson National Expansion Memorial, son fragmentos de utopías urbanísticas, en los que la certeza de la estabilidad del diseño se impone, físicamente en el plano e ideológicamente en el programa, sobre la anarquía del desarrollo urbano no planificado.  Saarinen consideraba que esto último era una consecuencia de los cambios por los que estaba pasando la sociedad de posguerra. El grado de expansión debido a la producción industrial en serie era la característica dominante de nuestra civilización. No obstante, Saarinen aventuraba que los entornos modernos todavía tenían que encontrar la unidad estética típica de los poblados medievales, en los que tanto métodos de construcción como materiales se limitaban a las posibilidades de la región circundante. Esa visión legitimiza la esencial importancia que Saarinen atribuía al contexto físico. La manera en la que un edificio encaja en el entorno urbano es un factor decisivo en la manera en que la arquitectura impone su presencia en el lugar. La integración de lo antiguo y lo nuevo es, por tanto, un proceso obligatorio, también para la estratificación de la ciudad moderna; las facultades de Erza Stiles y S.F.B. Morse, de la Universidad de Yale, constituyen un ejemplo de esta integración. La creación de un entorno homogéneo completo se presenta como una obligación del arquitecto, contemporáneo. Saarinen subraya sus intenciones diciendo: “La arquitectura moderna, está intentando suministrar y dar forma a un entorno para el hombre del siglo XX”. Aquella nueva misión tenía que enfrentarse a un creciente fenómeno en el crecimiento de la ciudad, el automóvil. En un discurso que dio junto a Victor Gruen ante el Club Económico de Detroit en noviembre de 1956, Saarinen declaró que “durante los próximos treinta años, la arquitectura tendrá que responder a las necesidades y los problemas sociales creados por el automóvil. La rehabilitación de los sectores urbanos deteriorados y el establecimiento de núcleos culturales descentralizados son algunos de estos problemas”.


 Los cambios globales que afectaron a la profesión del arquitecto y a la industria de la construcción causaron gran impacto en la actividad profesional de Saarinen. Con el surgimiento de las grandes corporaciones, emergió un nuevo perfil de clientes, y de arquitectos. El capital invertido en aquellos complejos y lo innovador de las construcciones que albergaban fueron una característica única de la época. Saarinen se movía a sus anchas en aquel mundo, vendiendo lo que, en su opinión, era una auténtica expresión de la era moderna ; la tecnología. Los paneles de metal prefabricados se transformaron en la metáfora de una imaginería sin precedentes en los centros de las ciudades estadounidenses. El ensamblado in situ de elementos prefabricados había sustituido el tradicional revestimiento de piedra y ladrillo. Cada vez que le fue posible, Saarinen intentó aplicar tecnologías de una industria a otra diferentes, algo que defendió como tecnologícal transfer. Le fascinaba la unión de la arquitectura y la ingeniería. Era partidario del uso intensivo de modelos tridimensionales a lo largo del proceso de diseño que iban desde las rústicas maquetas iniciales hasta modelos de gran tamaño. Sin embargo, la tecnología fue sólo uno de los factores que influyó en el diseño contemporáneo. En la mencionada conferencia, Eero agregó: “Opino que las fuerzas que darán forma a la arquitectura en el futuro serán cuatro – las mismas que le han dado forma en el pasado y lo siguen haciendo hoy. Estas son las fuerzas social, económica, tecnológica y estética. La interacción entre éstas la interpretación humana crea la arquitectura.


Los medios seguían con atención las actividades de Eero Saarinen, que se había convertido en un personaje público con su proyecto para General Motors. De su padre había heredado los contactos con las revistas de arquitectura de mayor reputación del país, y los mantenía vigentes con su prolífica creatividad. También resultaba interesante para la prensa popular; la revista Time Magazine le dedicó el artículo de portada en la edición del 2 de julio de 1956. Aline B. Louchheim, su segunda esposa, se hizo cargo de la gestión de su imagen ante la prensa y de mantenerse vivo el interés por su persona. Historiadora del arte, antigua editora de arte asociada y crítica del diario New York Times, se casó con Eero en 1953. De esta unión nació un hijo que se llamó Eames, en honor al querido amigo Charles Eames. Aline era la jefa del Servicio de Información de Eero Saarinen & Associados, gestionaba todas la relaciones públicas y diseña estrategias de mercado específicas para promocionar los proyectos del estudio. Subdividía la campaña de promoción en cuatro momentos claves: 1) Decisión de obtener el encargo arquitectónico 2) Aprobación del diseño, contrato o comienzo de la construcción 3) Construcción 4)Terminación e inauguración. Comentaba “que esas cuatro etapas representan el gran momento que persigue todo trabajo de relaciones públicas”. Aquella campaña publicitaria llamaba la atención sobre Eero, que era muy agresivo en la búsqueda artística pero más bien reservado en situaciones informales.


En Septiembre de 1960, se decidió trasladar su estudio al nº20 e la calle Davis, en Hamdem, Connecticut. Frederick David Grave, un fabricante de cigarrillos, era el dueño de la futura propiedad, una residencia similar a un castillo llamada Lucerne. Construida a principios de siglo, Lucerne contaba con 17 habitaciones y 650 metros cuadrados de espacio flexible de trabajo. Saarinen eligió el sitio por su ubicación en un centro cultural, por su proximidad a la Universidad de Yale y por constituir un entorno ideal para familias de ingresos relativamente modestos, un criterio que le hizo eliminar New York desde un principio.


El plan era mudarse el Día del Trabajo, el 6 de septiembre del año 1961. La mayoría de las actividades del estudio estaban cerradas en el Este del País: “Dos tercios del tiempo que pasamos viajando, y los enormes costes que estos viajes significan, se invierten ahora en viajes a Nueva York. La mayoría de nuestros asesores viven allí. “Pero el 14 de agosto de 1961, Eero Saarinen mostró síntomas de enfermedad.. muriendo en Michigan el uno de septiembre de 1961, tras una operación de dos horas… repentina muerte debido a las complicaciones de un tumor cerebral.. dejó un vacío de poder en el próspero estudio que llevaba… encontrándose entonces trabajando en más de diez proyectos.. contando con un equipo de casi 100 personas. Los dos socios que sobrevivieron a Eero Joseph N. Lacy y John Dinkeloo. Kevin Roche se unió al estudio en … a pesar de la perdida de su líder, los socios restantes anunciaron la mudanza a Connecticut, tal como estaba planeado, el 8 de septiembre de 1961… la empresa continuó con sus actividades y presentó varios proyectos a concursos.. A Aline también le diagnosticaron un tumor cerebral muriendo diez años después… Kevin Roche y John DInkeloo heredaron la empresa y firmaron algunas de las obras más significativas de los años siguientes…


 El aporte de Eero Saarinen a la arquitectura moderna aún no ha sido suficientemente reconocido. Durante los últimos años, ha salido a la luz material de archivo adicional y un reciente cambio de actitud con respecto a la arquitectura de posguerra está generando nuevas opiniones sobre el mundo de sus protagonistas. César Pelli, Robert Venturi, SOM (Skidmore, Owings & Merrill).. son algunos de los que más tarde se convertirían en celebridades después de haber trabajado en el estudio de Saarinen al comienzo de sus carreras…. Con su prematura muerte no pudo ver terminados muchos de sus proyectos ( Aeropuerto internacional de Dulles, memorial Jefferson…etc.)


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 COLQUHOUN Alan.,La arquitectura moderna una historia desapasionada. Gustavo Gili. Barcelona, 2005.


págs. 231-245. "Pax americana: la arquitectura en Estados Unidos, 1945-1965".


El programa de las Case Study Houses


Fue en Los Angeles durante la posguerra, donde se hizo un vigoroso intento por orientar el sector más caro del mercado residencial de posguerra en la dirección de la arquitectura modernael programa de las Case Study Houses, iniciado por John Entenza, un aficionado al arte y la arquitectura modernos que en 1938 se convirtió en propietario y directos de la revista Arts and Architecture y la transformó en portavoz de la vanguardia. En el número de julio de 1944, Entenza – junto con el fotógrafo y artista gráfico Herbert Matter y los arquitectos y diseñadores Ray & Charles Eames (1912-88 / 1907-78), Eero Saarinen (1910-1961) y Richard Buckminster Fuller (1895-83) – publicaron un manifiesto a favor de la aplicación de la tecnología de guerra para resolver el problema de la vivienda en la posguerra. Los montajes de Matter para anunciar el manifiesto mostraban cierta familiaridad con el grafismo futurista y constructivista,  pero hacía un énfasis novedoso en la analogía entre las máquinas, el sistema nervioso humano y las estructuras moleculares. El manifiesto refundía la ideología de la Bauhaus y Le Corbusier desde la óptica de la tecnología norteamericana de posguerra. Al definir los principios en los que debía basarse la vivienda de posguerra afirmaba: “La casa es un instrumento de servicio. Los grados de servicio son reales y pueden medirse; no dependen del gusto. La casa no debería hacerse valer por su diseño arquitectónico. En realidad, cuanto mejor llegan a integrarse los servicios de la casa,  menos probable resulta que seamos conscientes del modo en que se ha realizado físicamente. La cocina, el baño, el dormitorio, el equipamiento y almacenaje se beneficiarán al máximo de un sistema industrializado de prefabricación. En las zonas de estar y distraerse, la variación se convierte en una preferencia personal legítima. Un diseñador ha de conocer lo que la casa debe proporcionar para satisfacer las necesidades fisiológicas y psicológicas de los miembros de la familia”.


En un tono optimista y positivista, el manifiesto defendía la convicción de que un arte basado en las leyes psicológicas y una arquitectura basada en el método científico conducirían a una cultura unificada y en sintonía con la era moderna. El objetivo del manifiesto, no era la revolución social, sino una revolución en la estética que empezaría por la burguesía ilustrada y se iría filtrando hacia abajo hasta las masas. No obstante, el manifiesto tenía una intención moral y social, además de estética: la estética concreta que promovía era la de transparencia y la de “autenticidad”, indispensables – se pensaba- de los ideales de un orden social racional y justo. Las técnicas de prefabricación – que combinan la estandarización y la selección- harían que los principios estéticos estuviesen a disposición de todo el mundo. En lo que difería del movimiento moderno europeo y de los reformadores sociales como Mumford y Bauer era en su posición de que esa cultura uniforme que imaginaba era compatible con un capitalismo basado en el mercado.


Puede que la firma SOM fuese única por su tamaño y por el anonimato de su organización, pero tomaba parte en una expansión general del edificio empresarial de oficinas después de la guerra en la que la colaboraban muchos arquitectosEntre estos, Eero Saarinen tiene una obra de particular interés. Eero fue socio de su padre Eliel hasta la muerte de este en 1950, y había heredado de él la fe en la elevada misión del arquitecto creativo individual; también suscribía esa máxima beaux-arts de que la forma de un edificio debía de expresar su carácter. Todo esto le llevó en el proyecto del centro – del que se hizo cargo tras la muerte de su padre -  a desarrollar una arquitectura que abrazaba y promovía las ideas técnicas, estilísticas y empresariales de la General Motors.


La obra norteamericana de Mies van der Rohe ocupa una posición que es al mismo tiempo central y periférica con respecto al desarrollo del edificio empresarial de oficinas; central en el sentido de que los proyectos de Mies para el Illinois Instituto of Technology (ITT) 1940-56 y las viviendas de Lake Shore Drive ambas en Chicago, proporcionaron la sintaxis formal básica para los edificios empresariales de SOM y Saarinen; periférica en el sentido de que Mies se mantenía a cierta distancia de las necesidades inmediatas de sus clientes.


En el extremo arquitectónico del espectro hubo algunos intentes de reintroducir en la arquitectura la monumentalidad proscrita por la línea principal del racionalismo. La obra corporativa de SOM y Saarinen era claramente racionalista en su espíritu, pero esto no les impedía presentar edificios simbólicos en el momento apropiado, como en el  caso de la capilla expresionista de SOM para la Academia del ejército del Aire de Estados Unidos en Colorado Springs 1954-62. En efecto Saarinen se fue obsesionando cada vez más con la expresión del carácter de cada edificio.  Esto puede apreciarse en el auditorio y la capilla de Massachuset Institute of Technology MIT 1950-55, en la residencia de estudiantes de Yale University (1958-62) y en la terminal de la compañía TWA en el aeropuerto de Idlewid (ahora J.F. Kennedy 1956-62).


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CURTIS William. J.  La arquitectura moderna desde 1900. Edit. Phaidon. Hong Kong, 2006. 


Págs. 395 - 415.“La arquitectura moderna en los Estados Unidos. Inmigración y consolidación” 


La victoria de las formas modernas trajo consigo sin duda, la responsabilidad de representar el poder establecido y una vez que el devaluado estilo internacional se convirtió en una ortodoxia agotada, se hicieron absolutamente necesarios un nuevo rechazo y una nueva reevaluación.


En los Estados Unidos, este proceso ya estaba en marcha a finales de los años 1950, con resultados divergentes. Por un lado estaban los expresionistas quienes como Saarinen,intentaban ampliar el ABC de la arquitectura moderna con formas curvilíneas, ocasionalmente poderosas, a veces encantadoras, pero con demasiada frecuencia reductos amanerados de expresión. Luego se dieron también retornos al historicismo, las Beaux Arts nunca desaparecieron del todo, y Philip Johnson, Edward Durrel Stone y Wallace Harrison y Max Abramovitz perseguían un neoclasicismo incluso, quizá porque los encargos de tipo monumental encomendados a estos arquitectos parecían requerir un grado de retórica y de referencias mayor de lo que permitían las formas estilizadas del estilo moderno de Gropius. Y también hubo nuevas y poderosas integraciones como las de Louis Kahn,que consiguió llegar a una síntesis de lo moderno y lo antiguo.


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MONTANER, Josep María., Sistemas arquitectónicos contemporáneos. Gustavo Gili. Barcelona, 2008.


págs.10-25. “La crisis del objeto” 


La crisis del objeto moderno Sin embargo, el surgimiento del objeto moderno como tal tras la crisis del sistema clásico no podrá darse ya fuera de una permanente crisis del objeto autónomo, de una inquietud intelectual y creativa que ya nunca podrá calmarse del todo. Las opciones legitimables se multiplilcaban. Se mulpiplican las reinterpretaciones de la complejidad y versatilidad de los sistemas naturales y de los paisajes (desde Frank Lloyd Wright a Alvar Aalto), al mismo tiempo que, en una posición opuesta, el énfasis en la racionalidad de la maquina tanto podía llevar a las arquitecturas articuladas y expresivas de su funcionalidad en las obras de Walter Gropius, Le Corbusier o Eero Saarinencomo conducir a las obras incipientemente minimalistas aisladas de Mies van der Rohe o Ludwing Hilberseimer.


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 Eero Saarinen fue un arquitecto finlandés, criado y educado en Estados Unidos, cuya obra es una de las más representativas del International Style. Combinó las características más puristas del Movimiento Moderno, con el funcionalismo y con la herencia de la tradición nórdica. Nació en un contexto inmediatamente anterior a la Revolución Rusa y la I Guerra Mundial. Estos acontecimientos y el segundo premio obtenido por su padre Eero Saarinen en el concurso para el edificio del periódico Chicago Tribune, hizo que la familia emigrara en 1923 a Estados Unidos.


La arquitectura de los Saarinen está relacionada con la tradición del modernismo arquitectónico europeo, destacando el uso de formas y materiales relacionados con la tradición nórdica. Tras la muerte de su padre, Eero Saarinen creó su propia firma: “Eero Saarinen and Associates”, donde él mismo fue el socio principal hasta su fallecimiento.   


Eero Saarinen crece como profesional en el periodo de apogeo de la productividad industrial en Estados Unidos, tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).  La industrialización acelerada de las ciudades europeas y norteamericanas comenzó a crear la necesidad de nuevos tipos de edificaciones con usos hasta entonces desconocidos: oficinas, bloques de apartamentos o fábricas con capacidad para albergar nuevas máquinas y gran cantidad de trabajadores. El éxito logrado por Eero Saarinen se debió en gran parte a su capacidad para relacionarse con empresarios, medios de comunicación y talentosos fotógrafos de arquitectura, lo que dio lugar a una serie de destacados encargos: sedes de universidades, laboratorios de investigación, iglesias y aeropuertos.  Tras el éxito del centro técnico de General Motors, Saarinen llevó a cabo el diseño y construcción de nuevas sedes. Estos edificios conservan el estilo racional heredado de su padre, pero los interiores eran, en general, más orgánicos e imaginativos. A lo largo de los años 50, su firma comenzó a tener importante prestigio llevando a cabo destacados edificios como la pista de hielo en Yale y la Capilla Kresge, en el MIT.


Saarinen trazó también una segunda línea dentro de su carrera basada en una clara admiración por la arquitectura de Mies van der Rohe, que se puede apreciar en edificios de  pequeña escala como la casa Miller o el Irwin Union Trust and Bank, realizando elegantes prismas de muros cortina, pilares metálicos exentos, luces cenitales y una selección de materiales nobles que conseguían una perfecta relación entre el exterior y el interior de los edificio.  Eero Saarinen se hizo famoso por sus  diseños de líneas curvas, especialmente en las cubiertas de sus edificios, a las que conseguía imprimir una gran ligereza.


En su última etapa, Eero Saarinen abrió el paso a formas más libres y creativas de hormigón armado, que proporcionaban una personalidad única y compleja a cada construcción, en concordancia con su carácter. De carácter monumental es su Gateway Arch, en Saint Louis. Diseñó también la terminal de la TWA en el aeropuerto Kennedy, en Nueva York (1962). Por otra parte fue especialmente sensible con el mundo del diseño, con la patente  de  mobiliario interior (silla Womb, silla Tulipán…),  colaborando con el matrimonio Eames.


Eero Saarinen fue un hombre cuya obra resultó determinante en la nueva orientación hacia una mayor creatividad y experimentalismo de la arquitectura de los años 50 y hacia la innovación de la envolvente arquitectónica en las décadas posteriores.


Carla GODOY - Isabel GUEVARA

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