Arquitecto alemán. Inició su formación como arquitecto en las escuelas técnicas de arquitectura de su ciudad natal y amplió sus estudios en la Escuela Técnica de Arquitectura de Berlín. Durante su estancia en la Artbeitsrat, fue el responsable de la elaboración de su plan de estudios, que tuvo gran influencia en el que posteriormente elaborarían Walter Gropius y Johannes Itten para la Bauhaus. Posteriormente fue nombrado director de la Staalichen Bauhochschule. Permaneció en dicho cargo hasta 1930, año en el que fue destituido por motivos políticos por el ministro del interior e instrucción, Wilhelm Frick, quien nombró a Schultze-Naumburg como su sucesor
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Pág.118-124.“La Cadena de Cristal. El Expresionismo arquitectónico europeo. 1910-1925 ”
Con el armisticio de noviembre de 1918, Taut y Behne empezaron a organizar el Arbeitsrat für Kunst, un “consejo de trabajo para el arte” que finalmente se fusionó con otro colectivo algo mayor, el Novembergruppe, formado por las mismas fechas. Este ‘consejo’ hizo públicas sus intenciones básicas en el Architekturprogramm de Taut, de diciembre de 1918, que abogaba por una nueva obra de arte total creada con la participación activa del pueblo. En la primavera de 1919, el manifiesto de Arbeitsrat für Kunst reafirmó este principio general: “Arte y pueblo deben constituir una unidad. El arte no debe ser nunca más el placer de unos pocos, sino la vida y la felicidad de las masas. El objetivo es lograr la alianza de las artes bajo las alas de una gran arquitectura”. Dirigido por Behne, Gropius y Taut, y asociados con los pintores del grupo Die Brücke, el Arbeitsrat für Kunst contaba con unos cincuenta artistas, arquitectos y mecenas radicados en Berlín y sus alrededores, incluyendo entre los primeros a Georg Kolbe, Gerhard Marcks, Lyonel Feininger, Emil Nolde, Hermann Finsterlin, Max Pechstein y Karl Schmidt-Rottluff, y entre los segundos a Otto Bartning, Max Taut, Bernhard Hoetger, Adolf Meyer y Erich Mendelsohn. En abril de 1919, estos cinco últimos presentaron una muestra de trabajos visionarios bajo el título de ‘Una exposición de arquitectos desconocidos’. La introducción que Gropius escribió para esta exposición fue, en realidad, el primer borrador de su programa para la Bauhaus de Weimar, publicado ese mismo mes: “Deseemos juntos, pensemos juntos, creemos juntos la nueva idea de la arquitectura. Pintores y escultores, abríos un camino a través de los obstáculos que os separan de la arquitectura y convertíos en compañeros constructores, compañeros de lucha por el objetivo final del arte: la concepción creativa de la catedral del futuro, que debe englobar de nuevo, en una forma total y única, la escultura y la pintura”.
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Pág. 813-941. "La segunda posguerra en Europa"
4.- La reconstrucción en Italia,Francia y Alemania.
Es preciso considerar el significado ideológico de esta tendencia; la separación entre industria y artesanía - problema del que parte Gropius en 1919 - no ha sido colmada, sino estabilizada convencionalmente y, mientras se aseguran las relaciones funcionales, las culturales quedan bloqueadas, a causa de la rigurosa división entre los respectivos campos de acción. Esta forma de construir puede sostenerse sólo mientras el coste de la mano de obra permanezca bajo, pero ahora este coste está aumentando y se plantea necesariamente el problema de trasladar a la producción masiva la tradicional habilidad de los artesanos; se presenta, pues, otra vez, a escala más amplia, el problema que Gropius abordó cuarenta años antes en la Bauhaus, con las mismas implicaciones de orden general.
Las energías humanas ya no son las mismas que en la primera posguerra: los mejores hombres de la antigua generación han tenido que abandonar Alemania, la generación posterior ha quedado dispersada y desorientada por la ruinosa experiencia hitleriana, y la última, que empieza ahora a trabajar, no encuentra en los más ancianos la suficiente orientación.
Entre los arquitectos que han vivido la primera experiencia del movimiento moderno en la república de Weimar, trabajan únicamente aquellos pocos a quienes el nazismo no obligó a emigrar: Bartning, Scharoun, los hermanos Luckhardt..., cada uno con una dirección y un repertorio formal ya definido. Scharoun encuentra ahora el espacio para desarrollar su compleja búsqueda espacial en algunos grandes edificios, los rascacielos «Romeo y Julieta» en Stuttgart (con W. Frank, en 1954-1959) y con resultados que convencen más en dos salas para espectáculo: el teatro de Kassel (con H. Mattern y W. Huller, 1952) y la Filarmónica de Berlín (con W. Weber, 1963).